Desde el 17 de noviembre las autoridades canadienses decretaron el estado de emergencia en la provincia de Columbia, situada en el occidente del país, tras reportarse importantes inundaciones y deslizamientos de tierra.

Más de 17 mil personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y granjas luego de un fenómeno meteorológico extremo que, de acuerdo con la Policía de la provincia, ha dejado como resultado al menos cuatro fallecidos y varios desaparecidos.

Miembros de la Fuerza Aérea y Fuerzas Militares de Canadá se trasladaron a la zona para ayudar a socorrer a los que aún están en medio de las inundaciones. Estas acciones se encuentran acompañadas por una gran cantidad de voluntarios que se han desplazado desde todo el país para colaborar en las tareas de rescate y salvamento.

Por su parte, el primer ministro Justin Trudeau, aseguró que los militares continuarán en la zona y señaló la posibilidad de que el número de víctimas fatales aumente.

Un reporte de CBC News destacó que la ministra federal de Empleo, Carla Qualtrough, manifestó que los residentes desplazados o que quedaron desempleados debido a las inundaciones deben solicitar un seguro de empleo de inmediato, incluso si normalmente no calificarían.

Además la provincia solicitó al gobierno federal que renuncie al período de espera de una semana que generalmente se aplica antes de que las personas puedan solicitar los beneficios del seguro de empleo, ello debido a la gran cantidad de granjas que sufrieron serias afectaciones.

Cambio climático en acción

Alyssa Charbonneau, meteoróloga de la Agencia de Ambiente de Canadá, explicó que las precipitaciones registradas en esta región canadiense representan un evento extremo. Varios medios reportan que la agencia alertó que 200 mm de lluvia se han registrado en ciertos sectores del sur de la provincia.

Destacan también las declaraciones del jefe de bomberos de Abbotsford, Darren Lee, quien comentó que estas inundaciones son solo comparables a la catástrofe que generó cientos de evacuaciones en 2006.