Las pozas turquesa de “Semuc Champey” en Guatemala, un destino para el turismo de naturaleza

Aislado en una porción de selva todavía bien conservada, el paraje de Semuc Champey con aguas que se tornan transparentes en contraste con el fondo de un rosario de pozas, se torna en color turquesa y tienen una pureza extraordinaria.

Semuc Champey, es un enclave natural localizado en el departamento guatemalteco de Alta Verapaz, donde el monolingüismo es la principal característica de sus pobladores, que durante años lograron que los foráneos utilizaran el q’eqchi’ como una lengua franca. Los q’eqchi’es de hoy conservan sus prácticas y creencias mágicas. Hasta hace algunos años,  los lingüistas afirmaban que el poqomchi’ era uno de los idiomas mayas que más conservaba su forma primitiva.

En este paraje, en medio de un espeso bosque tropical se halla un puente natural de piedra caliza de unos 300 metros de largo por el cual fluye el río Cahabón y en cuyos alrededores se encuentran una gran cantidad de pozas de 1 a 3 m de profundidad, cuyo color verde turquesa cambia a lo largo del año variando con el clima, el sol y otros factores naturales. Al final puede observarse al río Cahabón como se interna en una caverna de piedra caliza.

El río Cahabón es uno de los más importantes de Guatemala. Nace en la sierra de las Minas y se hunde en el lago Izabal, donde se junta con el curso del Polochic tras 196 kilómetros de recorrido.

Fruto de su singularidad y su alto valor biológico, la porción de jungla que rodea Semuc Champey fue declarada en 2005 Monumento Natural guatemalteco,  y se encuentra muy próximo geográficamente al Parque Nacional Grutas de Lanquín con el que comparte un centro de visitantes para dar cobertura al turista; además cuenta con un mirador a más de 50 m de altura para observar los 350 m de largo de las pozas naturales que conforman “Semuc Champey”, con cataratas de hasta 40 pies de alto y todas las pozas alimentadas por riachuelos del lugar.

Debido al bosque subtropical que rodea el lugar, dispone de una enorme riqueza ecológica, entre la que se han identificado cientos de especies de aves; y animales como: el oso hormiguero, armadillo, águila crestuda, tapir, pécari, tucán o ciervo de cola blanca, entre otros permitiendo la obsevación de los viajeros, que los buscan con avidez.

En el dialecto maya local, Semuc Champey significa “donde el río se esconde bajo la tierra”. Es porque, precisamente, el Cahabón se oculta por una sucesión de cavidades, se entuba, gana presión y aparece como un potente chorro blanco. A partir de ahí, va reposando en piscinas naturales que se comunican entre ellas por escalones de travertino de diferentes alturas.

El espacio natural está gestionado para facilitar la visita lo menos invasivo posible con el entorno. Así, el magnífico mirador camuflado en la selva requiere una buena ascensión de más de media hora por unas pasarelas y escalinatas bien acondicionadas pero que exigen esfuerzo en la sofocante selva. Desde allí se tiene una visión panorámica de las pozas, con una sucesión de azules y verdes maravillosos. Después, se suele bajar hasta el mismo curso, donde se autoriza el baño en prácticamente todas las pozas.

Por el hecho de haberse declarado monumento natural, Semuc Champey ha evitado la proliferación de restaurantes, bares, kioscos o tiendas de recuerdos que sería común que hubieran aparecido en un paraje tan codiciado. Solo en la parte final del estrechamiento del río se aceptan actividades como el alquiler de embarcaciones recreativas, al oeste del centro de visitantes, donde se informa de las normas de conducta que deben cumplirse.

Los guías que acompañan a los turistas por los diferentes senderos señalizados tienen, en general, buen conocimiento de las plantas de la selva y ayudan a localizar entre el follaje a los grupos de monos araña y monos aulladores que habitan la jungla, así como a encontrar algunas de las minúsculas orquídeas que se ocultan entre plantas mayores.

Semuc Champey está a unos diez kilómetros de la villa de Lanquín y más distante, Cobán que ofrece todos los servicios turísticos.

José Luis Perelló Cabrera
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Investigador. Cátedra de Estudios del Caribe «Norman Girvan»

Universidad de La Habana