Fiel a su relevante papel en el escenario global, América Latina vivió otro importante momento en el octogésimo periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a finales de septiembre último en la ciudad estadounidense de Nueva York.
Como parte de un contexto marcado por crecientes tensiones geopolíticas, crisis ambientales y retos sociales profundos, la presencia y las intervenciones de presidentes y representantes de la región resaltaron la necesidad de unidad, soberanía y compromiso con el desarrollo sostenible.
El tema de la reunión, “Juntas y juntos somos mejores: más de 80 años al servicio de la paz, el desarrollo y los derechos humanos”, significó un marco ideal para que América Latina defendiera sus causas históricas y contemporáneas con voz firme y clara.
Dicha área geográfica, reconocen diversas voces, utilizó este foro —como en ocasiones precedentes— para reivindicar la integración, la justicia social y el derecho a un desarrollo autónomo, frente a desafíos comunes y presiones externas.
Lula
Uno de los discursos de más peso tuvo como protagonista al mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien abrió el debate general —pues su país lo hace de manera habitual— con un mensaje contundente sobre la independencia.
Lula señaló que la soberanía y la democracia son innegociables, y envió un claro mensaje a las fuerzas autocráticas y a quienes las respaldan.
En su alocución, también hizo hincapié en la crisis climática global, al recordar que 2024 fue el año más caluroso de la historia y destacar la necesidad de implementar el Acuerdo de París en aras de limitar el calentamiento global.
“La COP30 de Belém (Brasil) será la COP de la verdad, un momento para que los líderes demuestren la seriedad de su compromiso con el planeta”, afirmó Lula.
Además, defendió la importancia de la justicia social y la reafirmación del Estado de derecho en América Latina, aludiendo a recientes acontecimientos políticos que requieren vigilancia constante para proteger la democracia.
El llamado de Lula al financiamiento climático para los países en desarrollo fue considerado un mensaje vital a favor de la región, que necesita recursos para enfrentar la vulnerabilidad ambiental y económica.
Petro
Por su parte, el presidente colombiano, Gustavo Petro, pronunció un discurso valiente y radical que resonó en la Asamblea por su enfoque en la crisis global que afecta directamente a América Latina y otras regiones.
Denunció lo que calificó como un genocidio en Gaza y exigió acción inmediata para detener la violencia y la masacre perpetradas allí por Israel desde octubre de 2023.
Al respecto, señaló la paralización del Consejo de Seguridad sobre ese tema debido a los vetos de las grandes potencias, y propuso una votación de la Asamblea para conformar una fuerza internacional de protección.
La exhortación de Petro enfatizó la necesidad de transformar urgentemente la ONU hacia una alianza de pueblos subordinada a la vida, en contraposición a la impunidad y la diplomacia estéril.
Vinculó la crisis en Gaza con problemáticas globales que afectan a América Latina, entre ellas la migración, el narcotráfico y el cambio climático, al apuntar que “la codicia es el veneno de la vida que bloquea las transiciones necesarias hacia energías limpias y sostenibles”.
También planteó la condonación de la deuda externa de los países pobres y un plan mundial vinculante para la descarbonización, mostrando una visión integradora que liga justicia social, ambiental y política.
Latinoamérica
Como reportaron medios de prensa, la Asamblea General fue para América Latina una plataforma de reafirmación de su rol en el multilateralismo con voz fuerte y respetada.
A pesar de sus desigualdades internas, esta área geográfica posee una fuerza que puede contribuir constructivamente a los grandes desafíos mundiales si se respetan sus derechos soberanos y se apoyan sus estrategias de desarrollo sostenible.
La denuncia de las interferencias externas, la defensa de la autodeterminación y los reclamos de un mayor apoyo en financiamiento para políticas públicas y adaptación al cambio climático resultan temas fundamentales a tener en cuenta.
Una vez más se evidenció que América Latina no solo pide cooperación internacional, sino que exige respeto a su autonomía y reconocimiento de sus aportes particulares a nivel planetario.
Esta Asamblea, expusieron analistas, fue una oportunidad para que la región expusiera sus prioridades y valores en el foro mundial más importante.












