Cuba. Recuperación tras el azote del huracán Melissa

Tras el azote del huracán Melissa en la parte oriental de Cuba, autoridades, trabajadores y el pueblo en general comenzaron labores de recuperación sin descuidar los peligros derivados de los efectos secundarios de un evento climatológico que tocó tierra con categoría tres, de un máximo de cinco, en la escala Saffir-Simpson.

Como alertó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en una reunión del Consejo de Defensa Nacional, fue necesario atender los vientos residuales, la saturación del suelo, el desbordamiento de ríos, las inundaciones, derrumbes de puentes, interrupciones de servicios básicos y eventuales brotes epidemiológicos.

Melissa, uno de los fenómenos de su tipo más poderosos de la historia reciente y responsable de devastar a Jamaica con el nivel superior de intensidad, llegó a la mayor de las Antillas en la madrugada del 29 de octubre por la sureña provincia de Santiago de Cuba y la abandonó en la mañana de ese mismo día por la vecina Holguín, al norte.

A su paso —de unas ocho horas de duración— dejó severas afectaciones en hogares (45 282 afectados, según saldo preliminar oficial), carreteras y otras infraestructuras, comunicaciones telefónicas, tendidos eléctricos y cultivos varios, incluidos café y vegetales.

Frente a la devastación, que una vez más pone a prueba la resiliencia de los cubanos, resultan necesarias numerosas acciones en el contexto de una compleja situación económica. Pero “nadie quedará abandonado a su suerte”, ratificó Díaz-Canel, quien ha recorrido varios de los territorios perjudicados.

En su cuenta en la red social X, el mandatario añadió que se “reciben y entregan donativos de naciones, organismos, instituciones, mipymes y del hermoso movimiento de solidaridad de todo nuestro pueblo”.

Hasta el momento de redactar este texto, no se reportaron pérdidas de vidas humanas, lo cual es considerado una evidencia clara de la participación, la organización y el cumplimiento de las indicaciones del sistema de Defensa Civil.

Tal estructura, a partir de la amplia experiencia acumulada ante estos meteoros, decretó alarma ciclónica desde Guantánamo hasta Camagüey (además de los territorios mencionados previamente, se incluyen Granma y Las Tunas) y alerta para Ciego de Ávila y Sancti Spíritus.

Paralelamente, se realizaron evacuaciones masivas hacia zonas seguras de personas vulnerables a los probables perjuicios (más de 120 mil permanecían así todavía el miércoles) debido a significativas inundaciones, sobre todo, y se implementaron disímiles medidas de protección en sectores diversos.

Junto a la suspensión de las clases y las actividades recreativas en el centro y oriente del país, fueron activadas brigadas médicas en zonas de riesgo con el fin de atender cualquier eventualidad.

Al igual que en otras ocasiones, entre las tareas que se acometen y seguirán en días posteriores están el restablecimiento progresivo de los servicios de electricidad, agua potable y comunicaciones, así como el retorno ordenado y seguro de las personas evacuadas a sus hogares, teniendo en cuenta las necesarias garantías de seguridad.

Según el criterio de una residente de Granma, que bien puede replicarse en otros lugares, los cubanos tienen memoria histórica de huracanes y saben que después de la tormenta viene la reconstrucción.

Lo han hecho antes y lo harán de nuevo, con el mismo espíritu de solidaridad que los caracteriza y que motiva gestos de apoyo a nivel mundial.

Turismo

A juicio de las autoridades, el sector turístico demostró su adecuada preparación ante la emergencia, y fueron evacuados tanto vacacionistas extranjeros como nacionales.

“Cuando decimos que Cuba es un destino seguro, incluye la protección y la defensa ante fenómenos naturales de esta magnitud”, afirmó Juan Carlos García, ministro de Turismo, en un programa de la televisión y la radio de la isla caribeña.

Ejemplificó que, gracias a la coordinación con touroperadores y aerolíneas, 1 807 canadienses retornaron a su nación, mientras que otros fueron trasladados a hoteles en Ciego de Ávila, fuera de la zona de peligro.

“Nos podemos recuperar rápido, según la evaluación preliminar realizada”, opinó el titular, aunque aclaró que es necesario esperar a que todas las condiciones del sistema vial, las comunicaciones y la electricidad funcionen con normalidad.

Diony Sanabia
Corresponsal/La Habana |  + posts

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