Con tono firme, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva vaticinó que la COP30, que se inaugurará la próxima semana en Belém, será un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático.
“Estoy seguro de que haremos la mejor COP (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima) de todas las realizadas hasta ahora”, manifestó Lula durante una entrevista con medios internacionales, en la que combinó optimismo, autocrítica y reflexión sobre los desafíos geopolíticos.
El foro, que se desarrollará del 10 al 21 de noviembre en la capital del norteño estado de Pará, reunirá a más de 50 mil participantes, entre jefes de Estado, científicos, activistas y delegaciones de todo el mundo.
La elección de esta ciudad amazónica —de difícil acceso y con infraestructura limitada— fue una decisión deliberada, según el mandatario.
“No queríamos comodidad, queríamos desafíos. Queríamos que el mundo viniera a ver la Amazonia, con sus contradicciones y su grandeza”, afirmó.
Para Lula, realizar la conferencia en la mayor selva tropical del planeta tiene un sentido político y ético: demostrar que la preservación ambiental no puede seguir desconectada del desarrollo social y de la justicia económica.
Anunció que Brasil impulsará la creación del Fondo de Bosques Tropicales para Siempre, dotado con una inversión inicial de mil millones de dólares, destinado a compensar a los países que mantengan sus bosques en pie.
Además, propondrá la formación de un Consejo Mundial de Medio Ambiente, vinculado a la ONU, con poder real de supervisión sobre los compromisos climáticos.
“Queremos dejar de hablar solo de metas y empezar a hablar de acciones”, subrayó Lula, al tiempo que reconoció las tensiones internas en su propio gobierno por la reciente aprobación de exploraciones petroleras cerca del Amazonas.
“No vamos a renunciar a nuestra soberanía energética, pero actuaremos con extrema precaución. Nadie arriesgará lo que consideramos un bien para la humanidad”, concluyó.










