La mayoría de los hechos de violencia de género e intrafamiliar en República Dominicana ocurre en las viviendas donde residen las víctimas, lo cual transforma el hogar en el escenario más frecuente de agresión.
Así lo concluye el análisis de “Sentencias Judiciales de República Dominicana en Delitos de Violencia de Género e Intrafamiliar, Tortura o Barbarie, y Ciberviolencia (2020-2024)”, realizado por el Poder Judicial. El estudio, de la Comisión para la Igualdad de Género del Poder Judicial, liderada por la magistrada Nancy Salcedo, busca fortalecer el conocimiento sobre los fallos y la formación jurídica con enfoque en derechos humanos.
Además, en la mayoría de los casos la víctima mantiene o mantuvo una relación conyugal o de afinidad cercana con el agresor; predominan los sucesos protagonizados por exparejas y, en menor medida, por parejas actuales o personas del entorno familiar y social inmediato. “Esta circunstancia agrava el impacto emocional y psicológico del delito y evidencia la persistencia de relaciones de poder, dependencia y control que caracterizan la violencia de género en el ámbito privado”, indica la investigación.
Para el análisis, se revisaron 20 sentencias de violencia de género, de distintos distritos judiciales del país, de las cuales 17 resultaron condenatorias y tres absolutorias. En los casos de absolución fue evidente la no comparecencia de la víctima en dos y la abstención de declarar en uno.
Como resultado se conoció que solo el 10 por ciento de los imputados admite su participación en los hechos; el cinco por ciento la justifica; el 45 por ciento (dividido en tres partes iguales) la niega, pide perdón y declara en su defensa; y el 40 por ciento calla.
También se determinó que los agresores utilizan de forma principal su fuerza física, en ocasiones los dientes, objetos contundentes, armas blancas, palabras obscenas e hirientes, y amenazas de muerte para generar miedo.
Las principales motivaciones encontradas detrás de los delitos fueron la no aceptación de la separación de la pareja, el enojo por la incapacidad de controlar a la víctima y los celos.










