Durante las últimas semanas, más de 900 vuelos de aerolíneas como Emirates, Qatar Airways, Etihad, Air France, United y Saudia fueron cancelados o demorados en aeropuertos clave de Dubái, Riad, Doha, Baréin y otras terminales importantes. Estas interrupciones, atribuibles al incremento de tensiones regionales, han generado fuertes impactos operacionales, logísticos y en la percepción de seguridad de los pasajeros a nivel global.
En contraste, América Latina y el Caribe registran en 2025 una marcada recuperación y expansión del tráfico aéreo. Según ALTA, en enero la región transportó 42,3 millones de pasajeros, un crecimiento del 2,4 % respecto a 2024. Este incremento fue impulsado por la reactivación de rutas, políticas de cielos abiertos y una creciente demanda turística, con mercados domésticos como el brasileño aportando casi la mitad del aumento regional, y rutas intra-regionales como Lima–Santiago consolidándose entre las más activas.
Asimismo, los datos más recientes de IATA reflejan un crecimiento interanual del tráfico de pasajeros del 10,9 % en abril para América Latina, superando el alza global del 8 % . Estas cifras colocan a la región en una posición destacada en cuanto a recuperación post-pandemia, mostrando incluso cifras que superan a muchos mercados matureados.
IATA proyecta que la demanda global en 2025 crecerá un 5,8 %, y que los ingresos totales de la industria aérea alcanzarán los USD 979 000 millones, con un récord en ingresos por pasajeros de USD 693 000 millones . Si bien los desafíos en la cadena de suministro y costos persisten, los resultados evidencian un entorno operativo favorable, con factores como menores precios del combustible y altos niveles de ocupación de vuelos (84 % promedio de factor de ocupación según IATA).
En América Latina, ALTA señala que la modernización de flotas y la sostenibilidad también han avanzado rápidamente: la edad promedio de las aeronaves se redujo un 18 %, situándose un 37 % más joven que las flotas en Norteamérica y un 22 % más modernas que las europeas. Las iniciativas de combustible sostenible (SAF), junto con mejoras en eficiencia operativa, han permitido reducir en un 28 % el gasto de combustible por pasajero por kilómetro desde 2011, y han hecho posible que la región represente solo el 4,8 % de las emisiones globales de CO₂ acumuladas entre 2013 y 2023.
Estos avances se enmarcan en esfuerzos regulatorios y de infraestructura respaldados por organizaciones como ICAO, que destacan la importancia de inversiones en aeropuertos, las políticas de impuestos aeroportuarios y la coordinación institucional para potenciar la competitividad regional. Además, más de 100 aeropuertos de América Latina y el Caribe han sido certificados por el programa de “Airport Carbon Accreditation” para gestionar sus emisiones y avanzar hacia prácticas más sostenibles.
Frente a este panorama, América Latina y el Caribe se consolidan como uno de los destinos más atractivos para el turismo y la aviación. Su entorno político y operativo estable, combinado con el dinamismo del mercado aéreo y una clara apuesta por la modernización y sostenibilidad, ofrece una alternativa segura y de largo plazo. En momentos en que otras regiones —como los hubs de Medio Oriente— enfrentan interrupciones crecientes, nuestra región destaca por su resiliencia y su capacidad para atraer inversiones y viajeros internacionales.
José Luis Perelló Cabrera
Investigador. Cátedra de Estudios del Caribe «Norman Girvan»
Universidad de La Habana










