Lo mejor que puedes hacer con tu vida es ser auténtico. Tenemos la capacidad de autoafirmación, es decir, de valorarnos por un hecho incuestionable: somos únicos e irrepetibles. Incluso biológicamente, no hay dos personas iguales. Cada ser humano tiene una forma diferente de ver y vivir la vida. Ese es el principal motivo por el que tenemos el “deber” de ser nosotros mismos, y no privar al mundo de lo que solo nosotros podemos aportar.
Nuestras experiencias definen nuestra personalidad, dependiendo de cómo asimilamos ese know how o bagaje vital. Pero cuando esas vivencias se convierten en una carga —podríamos decir, en una piedra— a causa de conflictos o heridas difíciles de manejar, la forma en que enfrentamos esas dificultades puede afectar profundamente a nuestro “yo” auténtico.
Esto puede sonar un poco bíblico, pero debo decirlo: quien no tenga “marcas, grietas o cicatrices” provocadas por el tiempo o la vida… que tire la primera piedra.
Lo sabía: no puedes. Y es porque eres humano. Disfruta de ser tú mismo en un mundo que constantemente trata de convertirte en algo que no eres. Ten mucho cuidado con eso.
La autenticidad va de la mano del éxito. Lo has visto en muchos emprendedores y personas influyentes. ¿Te has dado cuenta de que lo que más los distingue no es su avión privado, su yate o su mansión? Es su autenticidad. Disfrutan siendo ellos mismos, y eso es lo que los hace memorables.
Ellos conocen sus fortalezas y debilidades, y no temen mostrarse vulnerables ni aceptar sus errores. Tampoco les preocupa el “qué dirán”. No viven bajo el juicio ajeno.
Algo muy común es decir cosas solo para complacer a otros. Esa actitud es una señal de alerta. Insisto: sé tú mismo. Expresa lo que realmente piensas, no lo que crees que los demás quieren oír —excepto si estás en peligro o puede causarte problemas laborales. Sé prudente y evita herir innecesariamente, pero no pierdas tu esencia.
Tu opinión importa tanto como la de cualquier otra persona. Aunque tus ideas no coincidan con la mayoría, eso no las hace menos válidas. Exprésalas con respeto y convicción. Si alguien no lo tolera, tal vez esa relación no tenía mucho futuro de todos modos. Lo importante es que tú te mantengas fiel a ti.
Confía en ti. No temas expresar tu verdad. No permitas que el mundo, las redes sociales, la omnicanalidad o las circunstancias decidan por ti. Despójate de las máscaras, deja de complacer a todos.
Deja el show. No vivas la vida de otro. Sé ese auténtico e irrepetible “YO, mejor imposible”. Cuanto más auténtico seas contigo mismo, más puertas se abrirán y más personas se acercarán a ti con sinceridad.
Es tiempo de ser auténtico.
¡Disfruta y comparte esta receta saludable del café con Victor Alban!










