Los canadienses ya no pueden permitirse comer: el hambre alcanza niveles históricos

La inseguridad alimentaria en Canadá ha alcanzado niveles sin precedentes, según el más reciente Hunger Count 2025 publicado por Food Banks Canada. El informe describe un panorama alarmante: el costo de vida se ha disparado por encima de los salarios, dejando a millones de personas incapaces de cubrir sus necesidades básicas.

Solo en marzo, se registraron 2,165,766 visitas a los bancos de alimentos, la cifra más alta en la historia del país y casi el doble de lo reportado en 2019. En los últimos cuatro años, los precios de los alimentos han aumentado un 25 %, lo que ha convertido a los bancos de alimentos en una necesidad permanente para muchas familias.

En su discurso previo al presupuesto, Mark Carney advirtió a un grupo de estudiantes que “su futuro no será como mi pasado” y que tendrían que hacer “sacrificios”. Pero para millones de canadienses, esos sacrificios ya son parte de la vida cotidiana. El informe revela que el 39 % de la población experimenta inseguridad alimentaria, mientras que uno de cada diez canadienses ha recurrido a un banco de alimentos en el último año.

La situación es especialmente grave para los niños: más de 710,000 visitas fueron realizadas por menores, que ahora representan un tercio de todos los usuarios. Además, el 23 % de las familias beneficiadas son biparentales, y uno de cada cinco usuarios tiene empleo, pero aun así no puede pagar la comida. Como resume el informe: “el empleo ya no es un escudo confiable contra la pobreza.”

Los propios bancos de alimentos también están al límite. Su gasto operativo promedio se ha más que duplicado —de $209,700 hace cuatro años a $535,700 hoy—, mientras que el 52 % de las organizaciones se vieron obligadas a repartir menos alimentos por falta de recursos.

Las cifras regionales confirman la tendencia. En Toronto, se registraron 4.1 millones de visitas entre marzo de 2024 y abril de 2025, un aumento del 340 % desde 2019. En Québec, casi 600,000 personas dependen cada mes de la red de Banques alimentaires du Québec, un 7.6 % más que el año anterior.

Lo que antes sería impensable se ha convertido en rutina. Como expresó un usuario: “La dependencia de los bancos de alimentos ya no es temporal; es una necesidad para sobrevivir.”

Canadá enfrenta así una nueva realidad: el hambre se ha normalizado, y con ello, la urgencia de soluciones reales para devolver a las familias su dignidad, sus hogares y la esperanza de un plato lleno en la mesa.

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