La estadounidense Amanda Anisimova confirmó en Pekín que ha regresado para quedarse. Tras un período difícil en su carrera debido a problemas de salud mental, la joven tenista volvió a brillar con fuerza al proclamarse campeona del WTA 1000 de Pekín, uno de los títulos más importantes del circuito femenino.
Su victoria, que llegó después de perder las finales de Wimbledon y del US Open, consolida su regreso al más alto nivel y la coloca nuevamente entre las grandes del tenis mundial. Con apenas 24 años y ya situada en el puesto número 4 del ranking, Anisimova derrotó a la checa Linda Noskova, de 20 años y número 27 del mundo, por 6-0, 2-6 y 6-2 en una hora y 46 minutos de juego.
Anisimova, de ascendencia rusa y nacida en Nueva Jersey, fue considerada desde muy joven como “la nueva Maria Sharapova”. Su familia emigró de Rusia a Estados Unidos y se instaló en Miami cuando ella tenía tres años. Allí comenzó su vínculo con el tenis, inspirada por su hermana mayor, Maria.
El mundo la conoció en Roland Garros 2019, donde alcanzó las semifinales con solo 17 años, dejando ver un futuro prometedor. Pero pocos meses después, su carrera se vio interrumpida por la repentina muerte de su padre y entrenador, Konstantin Anisimov, un golpe emocional del que le costó recuperarse.
“Fue lo peor que me pudo haber pasado en la vida”, declaró tiempo después. En 2022 comenzó a perder la motivación y finalmente anunció en mayo de 2023 que se retiraría temporalmente del circuito para priorizar su salud mental.
Siete meses después, regresó con nuevas fuerzas. Su proceso de recuperación emocional ha sido largo, pero exitoso. En 2025, su talento volvió a florecer: conquistó el WTA 1000 de Doha en febrero y ahora el de Pekín, reafirmando su condición de estrella.
Aunque todavía no ha ganado un Grand Slam, sus actuaciones en Wimbledon y el US Open —donde perdió ante Iga Swiatek y Aryna Sabalenka, respectivamente— demuestran que está lista para competir con las mejores.
Durante la ceremonia de premiación en Pekín, Anisimova dedicó su triunfo a su familia y especialmente a sus sobrinos Jackson y Kylo, recordando con emoción a su padre. Con este título, recibió un premio de 1.124.380 dólares.
En paralelo, las italianas Sara Errani y Jasmine Paolini, actuales campeonas olímpicas, se coronaron campeonas de dobles al vencer por 6-4 y 6-4 a la pareja formada por la taiwanesa Chan Hao-ching y la rusa Veronika Kudermetova.
El partido, de una hora y 28 minutos, fue una batalla de intensidad y consistencia. Errani y Paolini lograron su tercer título del año y reafirmaron su éxito tras ganar la medalla de oro en París 2024, consolidándose como una de las mejores duplas del tenis femenino actual.