HISTORIAS INSPIRADORAS – La Dama del Viento y el Agua

No hay edad para seguir los sueños cuando se tiene en claro lo que uno ama, desea y sabe hacer.

Con la compra de su primer velero llamado BELEN retomó ese sueño tan postergado en el tiempo, que venía como herencia de sus años de juventud. 

La náutica pasó a ser el deporte de su vida

Andrea Simian nació en Bahía Blanca y creció en Olivos, pasando largas horas en el Centro Naval, Club Náutico de la Armada Argentina, su padre, aviador naval, le inculcó el amor por la navegación.

Desde la adolescencia solía sacar un velero y sin demasiada instrucción técnica acompañaba a su padre a tirar “unos bordes” (como se dice en la jerga náutica)

Quizás esto sirva para comprender cuando se transmite con amor y sin imposición la vida hace que uno siga ese camino casi sin darse cuenta. Su padre había formado parte de la tripulación del Fortuna I, barco de la Armada Argentina con la que corrió una de las regatas Buenos Aires – Rio de Janeiro.

Con el tiempo la náutica pasó a ser el deporte principal de su vida, mientras trabajaba y estudiaba, poco a poco se insertó en el mundo de las regatas náuticas, empezó haciendo el curso de timonel “con un gran profesor Albero Enguix”.

Después hace el curso de Patrón de Yate bajo la supervisión del profesor Sánchez Pablo, y comienza a navegar, a ayudar en las clases de timonel del club, a participar en regatas con su barco, “a sumar millas y millas, primero Colonia, Quilmes, Zarate, Buceo, las Cien Millas”, nos cuenta Andrea Simian.

“La base de un buen navegante son la instrucción, las millas navegadas, la intuición y el respeto por las condiciones meteorológicas”.

Además esto le dio experiencia en formación de equipos, “las distintas posiciones de un equipo en el barco, desde trimar velas, o solamente estar en las bandas para hacer peso, todas tareas tan importantes como el que timonea”.

Porque a bordo todos somos un equipo y hay que estar bien aceitado y dar lo mejor en cada posición y momento” nos dice Andrea Simian.

Andrea es Cartógrafa, Máster de Neurolingüística, productora de la Sociedad Militar Seguro de Vida, deportista, patrón de vela y madre de dos hijos y también exesposa.

Aventura en alta mar

Ganó varios campeonatos, pero no todo fue fácil: pasó varias dificultades en alta mar, como desarbolar en una regata a Buceo, (perdido en medio del rio con una tormenta de 55 nudos de viento) y por suerte no haber perdido ninguna vida.

También participó de la regata Buenos Aires / Rio, en 2014, (tal cual la había corrido su padre en los años 50), se embarcó en el velero Vale Cuatro, 1280 millas sin paradas, decidió probar su fortaleza interior y su capacidad de adaptación a una tripulación desconocida.

Andrea nos cuenta que su preparación no solo fue el equipamiento, sino todo un trabajo mental, pidió el consejo de grandes navegantes oceánicos, entre ellos Ernesto Saikin, sus palabras fueron “nunca te saques el arnés, no te sueltes por nada, hasta el mejor navegante puede irse al agua en el mar”.

Las condiciones meteorológicas fueron una de las peores que hubo en la regata Buenos Aires / Rio, “muchos barcos abandonaron, fueron 12 días sin tregua una tripulación unida aguantando con todos sanos y salvos abandonamos en Florianópolis con el barco sumamente castigado”.

“Fue la experiencia más fortalecedora que tuve en mi vida” Andrea nos dice “Ahí supe lo que es manejar los miedos, superarse y saber que en una situación extrema no se afloja”.

A pesar todos estos momentos que jamás olvidará, no impidieron que siguiera adelante, tratando de superarse de regata en regata.

Un nuevo proyecto de vida y de trabajo

Fue una travesía de ida al mar, para no poder abandonarlo más, al regresar, comenzó a realizar viajes a Uruguay y embarcarse en Travesías Oceánicas, y al regresar se anotó en todos los cursos Internacionales STCW95, para poder navegar en el exterior.

Lo que fue un deporte se transformó en un proyecto de viday de trabajo, la idea de trabajar en Ibiza en temporada con barcos de Charter, ya va por su cuarto viaje de entrenamiento en Travesías Oceánicas y a la espera de unirse a ATV CHARTER para formar parte de la empresa con un velero Bavaria 44.

Andrea Simian, no tiene veinte años tiene 62, esto es simplemente para demostrar que no hay edad para realizar los sueños, los cambios de vida, no quedemos anclados en el pasado ni soñando sin ejecutar.

Esta es una historia donde te das cuenta que todos podemos soltar y volver a empezar…Buenos vientos!!! Los Sueños se realizan…

Nahuel Leto
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Periodista y Fotógrafo Digital (Instagram nahuelleto)