Canadá reelige a los liberales, en ‘referendo’ contra Trump y su propuesta de anexión

La elección de sus vidas para millones de canadienses, en la que incluso su soberanía estaba en juego.

Y en solo cuatro meses, los canadienses —llenos de un nacionalismo renaciente— abandonaron su deseo de cambio de gobierno y este martes prefirieron darles un cuarto mandato a los liberales.

Un ‘referendo’, por así decirlo, contra las amenazas del presidente Donald Trump, sus aranceles y su deseo de anexar a Canadá como el estado 51.

También influyó un certero golpe de timón en el liderazgo liberal: un banquero con amplia experiencia en manejo de crisis económicas y asesor de gobiernos previamente, asumió interinamente como primer ministro tras la caída en popularidad de Justin Trudeau. En diciembre, se preveía que Pierre Poilievre, líder conservador, formaría un gobierno mayoritario.

Es pues Mark Carney el ganador, un recién llegado a la política, quien logra algo que no se veía en Canadá desde las décadas de 1970 y 1980, cuando los liberales ganaron cuatro elecciones consecutivas.

Tras la renuncia de Trudeau en marzo, Carney ganó la jefatura del Partido Liberal y se convirtió en primer ministro. Una de sus primeras decisiones fue eliminar el impuesto al carbono —una medida orientada a proteger e invertir en proyectos medioambientales— lo que redujo el costo de los combustibles. Además, le habló fuerte y claro a su contraparte estadounidense. Tanto así que, ante las amenazas de aranceles del 25 % a industrias sensibles como la automotriz, del aluminio y el acero, respondió con medidas similares contra productos estadounidenses.

Carney fue elegido parlamentario por primera vez en un distrito de la zona de Ottawa, la capital canadiense. Junto a él, 167 candidatos liberales ocuparán curules en el Parlamento.

De 59 años, Carney es economista y ha sido presidente del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, credenciales suficientes para enfrentar con templanza una relación comercial fracturada con el que sigue siendo el mayor socio económico de Canadá, así como una economía frágil, afectada por el alto costo de vida.

No todo es negativo para los conservadores, a pesar de que no lograron mantener los 25 puntos porcentuales de ventaja que llegaron a tener en las encuestas, ni su líder logró la reelección —un parlamentario que había ganado su curul siete veces.

Aun así, aumentaron de 128 a 144 el número de parlamentarios, lo que les permite convertirse oficialmente en el partido de oposición. Esto va en contra de los intereses del Partido Neodemócrata, que resultó fuertemente afectado por el llamado “voto estratégico” y perdió su estatus como partido.

Canadá eligió ayer 343 parlamentarios. Con el 99,16 % de los votos contabilizados, los liberales tienen 168 escaños. En el voto popular —la suma total de los votos a nivel nacional—, por primera vez en 40 años, dos partidos superaron juntos el 40 % del total.

La elección, interferida hasta el mismo lunes por los imprudentes comentarios en redes sociales de Donald Trump, redujo la abstención (37 %) y aumentó el voto anticipado, con un total de ¡7,3 millones!

Carney, muy aplomado y cortés, destacó en su discurso como ganador el papel de todos los partidos, los candidatos y los electores, y llamó a construir juntos una Canadá fuerte. Habló de dejar atrás las divisiones y la rabia por el bien del país. Al mismo tiempo, ratificó que Trump no podrá romper la unidad canadiense.

Sin duda, fue la elección de sus vidas para millones de canadienses. El volumen de votos hizo que se pausara el conteo luego de la medianoche, y esta mañana del martes se sabrá finalmente si los liberales alcanzan al menos 172 escaños en el Parlamento, suficientes para avanzar sin obstáculos en su agenda, o si deberán buscar el apoyo de otras fuerzas políticas, superando las diferencias para asegurar la prosperidad, seguridad y soberanía de Canadá.

Freddy Velez
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