¿Cómo capturar la atención de los compradores?

Al principio de la primavera fui contratado por una familia para vender la casa en la cual vieron crecer sus hijos (dos niñas, un varón y un perrito llamado Campeón) el señor estaba bastante enfermo y la señora se veía francamente agotada, física y emocionalmente, es decir, no tenían ni energías, ni ánimo para ponerse a limpiar, deshacerse de elementos de sobra y decorar su vivienda. ¿Qué hacer en ese caso? ¿Traer al fotógrafo para que tome fotos del desorden? ¿Mostrar la casa en condiciones que sabemos de sobra, no son las más atractivas y que por ende atraeran ofertas bajas e incluso oportunistas? La respuesta a esta encrucijada fue muy sencilla, nos pusimos todos a trabajar en equipo para lograr que la propiedad se viera lo más atractiva posible, usando eficientemente los recursos a nuestro alcance. Fue así como en menos de una semana, la casa lucía totalmente diferente, las puertas ya no chillaban, las paredes estaban limpias y con un retoque de pintura, la nevera y demás electrodomésticos estaban relucientes, los baños tenían nueva silicona y hasta las ventanas recobraron su brillo y transparencia original. Lo mejor de todo fue que gastamos menos de mil dólares en todo esto y la familia estaba tan feliz con la transformación, que casi me causa un infarto cuando a manera de broma, pero en tono serio me dijeron: “Esta tan bonita la casa, que ya ni queremos venderla” a lo cual yo repliqué sin demora “nos quedo tan bueno todo, que hasta yo quiero comprarla”. La cereza del pastel, es decir, el toque final, fue un columpio que el hijo mayor de la pareja nos ayudó a construir en el viejo roble del patio, nos dijo entre sonrisas y un asado esa tarde, que cuando era un niño creciendo en esa casa, siempre soñó con tener un columpio en ese árbol, pero al ver lo duro que sus padres debían trabajar para sostener y sacar adelanta a la familia, nunca se atrevió a compartirles su deseo. Ese día, mientras todos los presentes limpiabamos y embelleciamos el lugar, el mismo nos construyó un fantástico columpio, lo hizo con dos cuerdas y una llanta de carro, la cual pintó de varios colores. Al lado del columpio colocamos una mesita con dos sillas y un lindo florero con flores naturales amarillas. El comprador final, días más tarde, me confesó que lo que más le había gustado a su hijo de 6 años y a su esposa, había sido el patio y lógicamente el columpio. Además nos dijo, que de todas las casas que habían visto, la nuestra había sido la que más energía positiva tenía y en la única en la cual se lograron imaginar viviendo felices. Esta por demás decir que esta familia no estaba buscando una casa para inversión, estaban buscando un lugar en el cual establecer su hogar y eso fue exactamente lo que les vendimos.

Estoy convencido de que buena parte del éxito al presentar una propiedad para la venta, reside en los pequeños detalles que logran capturar la atención y la imaginación del comprador. Creanme que el limpiar, deshacerse de elementos de sobra y decorar con buen gusto y cariño su hogar, será el tiempo y el dinero mejor invertido de sus vidas y la recompensa además de económica, se verá representada en el invaluable recuerdo del esfuerzo y la dedicación que le pusimos a la venta de uno de los bienes más preciados por una familia, su Casa.

Me despido reiterandoles mi completa disposición a servirles y ayudarles en cualquier necesidad u oportunidad inmobiliaria que la vida les presente.