Los números no engañan y Coco Gauff acertó de llenó en la contratación del catalán Pere Riba como entrenador antes de Wimbledon. Desde el tercer grande, ha decantado a su favor 11 de los últimos 12 partidos disputados.
La estadounidense, campeona de Washington en el inicio de la gira americana de pista dura, ha dado continuidad en Cincinnati a su buen momento de juego.
Gauff, que venía de ganar por primera vez a la número uno Iga Swiatek en las semifinales del certamen de Ohio, acabó con la resistencia de Karolina Muchova, por 6-3 y 6-4.
Es el quinto título de la norteamericana como profesional, el primero de categoría 1000. Eso le permite afianzarse en el ‘top6’ mundial antes del US Open (28 de agosto al 10 de septiembre) donde es la gran esperanza local.
Y es que a Coco, de 19 años, hace tiempo que se le ha colgado el cartel de relevo natural de las hermanas Williams.
TENIS MASCULINO
Carlos Alcaraz y Novak Djokovic protagonizaron la madrugada del domingo otra final que será recordada durante mucho tiempo. Esta vez fue con el título del Masters 1000 de Cincinnati en juego.
El murciano, que venía de derrotar al serbio sobre la hierba de Wimbledon, cedió en tres apretados sets tras 3 horas y 49 minutos. Nunca antes había durado tanto un partido en la última ronda de Cincinnati. Era la final a tres sets más larga desde 1990 en el circuito ATP.
Por eso Djokovic lo celebró como si se tratara de una corona de ‘Grand Slam’. Los que conocen al balcánico saben lo mal que lo pasó con su derrota en el tercer grande del curso. En su palmarés figuran 95 entorchados, pero sólo en una ocasión lo había celebrado de manera tan efusiva.
Su celebración, destrozando su camiseta Lacoste por la mitad, recordó a la instantánea que dejó en enero de 2012 cuando se llevó el Open de Australia ante otro español, en este caso Rafael Nadal. La lucha se alargó por espacio de 5 horas y 53 minutos.
“Los españoles nunca mueren”, le decía Alcaraz en tono de broma a la conclusión. “Es una frase que ya había escuchado antes”, contestaba ‘Nole’, en clara referencia a su rivalidad con Nadal, la más repetida en la historia del deporte de la raqueta con 59 enfrentamientos (30 a 29 para Djokovic).