El pasado sábado se realizó la primera Feria de Empleo para Solicitantes de Asilo de la organización Catholic Community Services of York Region (CCSYR), en Rexdale Community Hub (Etobicoke). A este evento asistieron cerca de 500 personas recién llegadas y refugiados elegibles para trabajar en Canadá, interesados en las oportunidades laborales ofrecidas por un grupo de empleadores canadienses en las áreas de construcción, administración, salud, tecnología, manufactura, seguridad y grandes almacenes.
La Gerente de Servicios de Empleo del CCSYR, Martha Samer, refirió que este es el primero -de los cuatro eventos programados para este año en el GTA- que está enfocado, básicamente, en los Refugee Claimant que cumplen con las condiciones para trabajar en el país de manera formal. “La experiencia indica que la necesidad de apoyo financiero, de conectarse con empleadores es inmensa dentro de este grupo poblacional”.
Entre los programas del CCSYR destaca el Asylum Seeker Project, el cual facilita la obtención de empleo entre los recién llegados y quienes tienen más de dos años tratando de conseguir una ocupación formal. Otro de los pilares lo constituye un programa de vivienda que brinda orientación sobre el tema a los miembros de la comunidad.
Samer explicó que inicialmente estos programas estaban dirigidos a las comunidades africanas pero, debido a que tienen una estadística importante de gente necesitada a quien atender, decidieron incluir a otros grupos culturales, especialmente hispanos.
Sobre el área de atención de la organización, comentó que básicamente ayudan a los residentes de la región de York, pero últimamente se han expandido al GTA porque “allí hay mucha gente que está en refugios o con familiares, quienes nos han contactado solicitando el apoyo” para lograr su piso financiero.
Para ello, el CCSYR suscribió un acuerdo de trabajo formal con el Consejo de Desarrollo Hispano (HDC por sus siglas en inglés) para la ejecución de una serie de tareas referidas al empleo y otras variables de investigación social y comunitaria sobre este tema. Samer también destacó el gran apoyo de quienes conforman el grupo hispano de esa organización, Hispanic Community Connections (HCC), “que ha permitido elevar las conexiones con las comunidades”.
Problema histórico
Por su parte, el director del HDC, Duberlis Ramos, expresó que la masiva afluencia de latinos que se observó en esta feria es un símbolo del crecimiento cualitativo que ya se aprecia en la comunidad. “Como vamos avanzando, se comienzan a ver con más claridad las necesidades y las maneras en que podemos negociar con el gobierno” como grupo poblacional.
Explicó que entender lo que significa el civismo dentro de la comunidad es fundamental. “Debemos entender que esto implica hacer de la participación y la ciudadanía un derecho pero, también, la responsabilidad de manifestar nuestras necesidades y ambiciones. No podemos tan solo reclamar, sino también poner el trabajo. Creo que en ese punto es que vamos cambiando. Serán muy interesantes los debates que podamos tener sobre cómo maximizar, cómo transcender esta historia algo calladita que tenemos”, acotó.
Mencionó que la gran afluencia de hispanos-latinoamericanos en este tipo de eventos obedece a que dentro de la comunidad muchos están teniendo enormes problemas de empleo, desempleo y subempleo, “entonces, obviamente, estas ferias responden a esa necesidad”. Señaló especialmente la presencia de subgrupos, como el de los jóvenes, que acusan dificultades significativas para acceder a un trabajo formal. Esta realidad se pone en evidencia en un año en el cual estas estadísticas son de la más pobres en los últimos años.
Finalmente, Ramos señaló que a través de los ciclos históricos se observa que se va renovando la cantidad de gente que viene llegando al país desde nuestros países de origen, pero lo que obliga a mirar de cerca la situación es que históricamente los servicios de empleo nunca fueron privilegiados para este grupo poblacional, y eso es una realidad que debemos enfrentar de una vez por todas”.
