Una noche de cine latinoamericano en Toronto con la directora Patricia Ramos

El reluciente salón de la Latin Roots House, conocido por sus actividades comunitarias como clases de baile, talleres para adultos mayores, lecciones de música, y eventos para jóvenes, se transformó en una sala de cine la noche del miércoles 23 de abril. Allí se celebró un cine forum organizado por el Festival de Cine Latinoamericano de Toronto (LATAFF), en colaboración con el Consulado General de Cuba en Toronto. La película elegida fue Una noche con los Rolling Stones, de la reconocida directora cubana Patricia Ramos, quien estuvo presente para compartir la proyección con un salón colmado de amantes del cine.

Las risas del público acompañaron los momentos de humor de esta entrañable comedia, que fue presentada por Oscar Vigil, director de LATFF y Jorge Yanier Castellanos, Cónsul General de Cuba en Toronto. Al finalizar la función, Ramos protagonizó una conversación abierta con los asistentes, en la que compartió anécdotas del rodaje, los desafíos del guion, el proceso de armado del elenco y algunas de sus influencias cinematográficas. Fue una oportunidad poco frecuente para dialogar de manera íntima con la cineasta y reflexionar colectivamente sobre la película.

Una noche con los Rolling Stones (2023) narra unos días en la vida de Rita —interpretada por la talentosa Lola Amores— justo antes del histórico concierto que la legendaria banda ofreció en La Habana en 2016. Rita, una mujer de unos cuarenta años, se encuentra en un momento de transición: su hijo adolescente quiere mudarse al extranjero con su padre, su madre enfrenta el avance del Alzheimer, su amante casado se resiste a desaparecer de su vida, y ella misma busca reconectar con sus deseos y sueños postergados, siempre acompañada por su inseparable mejor amiga. La película, con una fotografía bellísima, es también una carta de amor a La Habana y a sus entrañables personajes.

Durante el conversatorio, Ramos compartió cómo fue su camino hasta convertirse en directora. “Cuando entré en la escuela de cine de San Antonio de los Baños fue donde sentí que era lo que tenía que hacer, donde me sentí bien, feliz. Por esa sensación de tener control de la historia, entré en la dirección”, recordó. Su primer largometraje, El techo (2016), fue bien recibido, pero pasar de ese proyecto a Una noche con los Rolling Stones le llevó siete años, en parte por la pandemia.

Contó también que la historia de la película fue cambiando con el tiempo. “Inicialmente era una historia de amor más clásica, pero se fue transformando en la historia de una mujer y sus amores y desamores. Hay mucho de personal, historias de amigos y amigas. Creo que la creación va mutando hasta que llegás a algo con lo que te sentís más o menos satisfecho”, explicó.

Sobre el proceso de selección del elenco, reveló que siempre había pensado en Lola Amores para el papel de Rita, pero el largo proceso de desarrollo la hizo dudar. “Pensé que ya no era Lola. Pero hizo el casting y fue claro: era Lola. Me volví a conectar con la intuición, que a veces uno pierde por el tiempo y el agotamiento.” A partir de su elección, construyó el resto del reparto. “Busqué quién podía ser Cleo, su amiga inseparable, e hice muchas pruebas hasta encontrar la dupla. Y desde ahí, armé la familia, al hijo, los hombres de Rita. Es un proceso angustioso pero también muy bonito.”

Ramos también destacó la buena recepción que ha tenido la película en Cuba, especialmente entre el público femenino. “Me dijeron cosas muy bonitas, que agradezco mucho. Se estrenó en el Festival de La Habana y le fue muy bien”, señaló.

Uno de los elementos más llamativos del filme es la inclusión del concierto de los Rolling Stones en La Habana. Lograr los derechos para incluir imágenes del evento no fue tarea fácil. “Estuvimos tres años hablando con los Rolling Stones. Nos tomó seis meses encontrar el correo electrónico correcto. Y después, dos meses más para que respondieran. Fue gracias a una amiga de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, que conocía a alguien que conocía a alguien cercano a la banda. Nos pidieron ver el corte final antes de dar la aprobación. Finalmente, cedieron gratuitamente las imágenes y los derechos de autor de un minuto de una de sus canciones”, contó. “Fue un gesto de enorme generosidad. Siempre estaré agradecida.”

Durante la charla, también mencionó a los cineastas que más la han influido: Richard Linklater, Paolo Sorrentino y los hermanos Coen, una mezcla que da pistas del tono híbrido entre humor, melancolía y realismo con el que construye sus historias.

La velada cerró con una ronda de aplausos y agradecimientos, en una noche donde el cine latinoamericano brilló en Toronto, de la mano de una directora que sabe contar historias con humor, sensibilidad y una profunda humanidad.

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