Dicen los más viejos que la receta del famoso Daiquirí que se prepara en El Floridita, lleva ingredientes tan sabrosos que hacen que las personas se enamoren del local y los visiten continuamente. Esa leyenda acompaña al bar por siglos.
Y ciertamente, los bartenders del lugar y los maestros cocteleros, se niegan a revelar al público todos los secretos de la preparación del delicioso trago.
El Floridita es de por sí, una leyenda en la historia de la coctelería cubana. Ubicado en el céntrico Boulevard de Obispo, tiene la dicha de ser el lugar donde un grande de la literatura universal, Ernest Hemingway, pasaba sus tardes disfrutando del mejor daiquirí del mundo.
Ubicado en La Habana Vieja, este famoso bar-restaurante cubano que ya cuenta con más de un siglo de antigüedad, es un ejemplo para los cantineros de Cuba y del resto del mundo, no solo por sus espléndidas ofertas gastronómicas, sino también por sus espacios que destilan historia combinada con glamour.
Tradiciones centenarias
Al Floridita lo distinguen fundamentalmente, las tradiciones centenarias de la coctelería criolla, que se han transmitido de generación en generación en ese local tan gustado de la Habana Vieja.
Esa profesionalidad ha caracterizado a los cantineros del Floridita desde inicios del siglo XX, a partir de que se incorporara a trabajar en el local Constantino Ribalaigua, un bartender catalán, considerado como el padre de los cantineros de Cuba y uno de los grandes cocteleros de la historia.
Ribalaigua es conocido como el creador del daiquirí frapeado, porque ese trago nació realmente en Santiago de Cuba, en las llamadas Minas de Daiquirí.
Se dice que allí se reunió el dueño de la mina con algunos amigos y solo tenían para brindar ron, limón y azúcar.
Así, decidieron mezclarlo todo y crearon el primer daiquirí de la historia. Fue un cantinero santiaguero quien trasladó la receta a La Habana, y Ribalaigua lo incorporó a El Floridita.
Allí se frapeó y se le agregó el marrasquino, que es el toque especial del coctel, además de otros detalles secretos que los bartenders siempre sonrientes, se niegan a especificar.
Dicen aquellos extranjeros que visitan el bar, que han probado Daiquirí en otras partes del mundo, pero como el de El Floridita ninguno.
Esa tradición hace que todos sus bartenders, sean maestros, ganadores de premios internacionales y jurados de competencias a nivel mundial. Una de las más especiales es el Rey del Floridita, a la cual se presentan maestros cocteleros de todas partes del mundo.
El Floridita, el bar de Hemingway
Un grande de la literatura universal, el famoso escritor Ernest Hemingway, contribuyó también a conformar la leyenda de ese espacio capitalino, cuyas ofertas gastronómicas se superan con el transcurso de los días.
Desde 1928, primera vez que visitó La Habana, Hemingway quedó completamente enamorado de El Floridita. “Mi mojito en la bodeguita y mi Daiquirí en El Floridita”, decía.
El escritor lo visitaba todos los días que estuvo en Cuba y como padecía de diabetes, el cantinero dueño del bar en ese momento le preparaba un Daiquirí especial para él.
Así nació otro trago sumamente cotizado por los visitantes del bar, el famoso Papa Doble, hecho con Toronja y sin azúcar, y llamado así por el apodo del escritor y por el número de ingredientes.

Claudia Rodríguez
Periodista, especialista en Social Media Marketing