Con una actitud positiva: Lucha contra el cáncer

Con una metástasis en su cuerpo, Ariadna Ospina o Ari, como le dicen de cariño, es originaria de Colombia, estudiante de Veterinaria y, aunque ya terminó sus materiales, las quimioterapias no le han permitido cerrar el ciclo escolar.

Ama a los animales, en un futuro le gustaría poner un refugio, pero también disfruta cantar, lo hace cuando se siente triste, cansada o abrumada. En sus ratos libres toca el ukelele.

A sus 21 años de edad, Ari, lucha contra el cáncer por segunda ocasión, la primera, fue cuando vivía en México con su esposo, ella dijo: “tuve una masa muy grande en el ovario, lastimosamente en el hospital Juárez de México me hicieron la cirugía mal y de ahí viene toda esta recaída después”.

Ari se comenzó a sentir mal. Ella recuerda que no aguantaba el roce de la ropa pues le dolía a la altura del ovario derecho, pero pensaron que era por el cambio de alimentación y le pusieron una dieta muy estricta.

Con un peso de 43 kilogramos y una barriguita de un embarazo de seis meses, como ella lo dice, poco después del día del padre, se empieza hacer estudios por presunta colitis  e infección intrauterina. Ari comentó: “se dieron cuenta que era el ovario el que estaba afectado. Después de hacerme una tomografía y diferentes exámenes me dijeron que era un cáncer limítrofe, que con quitarme el ovario estaba bien”.

Al llegar a Colombia, después de su mala experiencia en el Hospital Juárez de México, se somete a la cirugía para que le retiraran el útero, los doctores le confirman que ella tenía un carcinoma, uno de los más agresivos y mortíferos.

Después de las primeras quimioterapias, el cáncer hizo la primera metástasis fuera del útero, por lo que tiene una histerectomía total. Ari comentó que “este segundo cáncer no mostró síntomas. Yo estaba en la universidad, me dio un dolor de estómago muy fuerte, fuimos me tomaron una ecografía para mirar que era lo que estaba pasando, si era una obstrucción, si de pronto yo estaba con un estreñimiento que no me había dado cuenta, resulta que no, era una masa, un poco grande”.

Con un nuevo cáncer en su cuerpo, Ari reconoce que pasó por muchos estados de ánimo, desde enojarse hasta maldecir la vida, pero siempre el acompañamiento de su madre y esposo han sido fundamentales para que ella siga.

 “Mis primeras quimioterapias fueron muy feas, entonces obviamente yo llegue con el tema de no quiero volver a sentir esto nuevamente. Dije que no me iba hacer quimios, pase por todos los momentos que no te imaginas”.

Ari terminó sus quimioterapias, le sigue un año con medicamentos para determinar qué mutación genética tiene, ya que el tratamiento es paliativo no curativo. Ella recomienda “no está mal estar mal, no está mal necesitar ayuda y no está mal enojarse, gritar, llorar, frustrarse, incluso maldecir. Creo que si nos permitimos sentir nuestras emociones como son, vamos a lidiar de mejor forma esta lucha con el cáncer que nos tiene muy oprimidos porque es muy dura”.

Alejandra Gutierrez
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