El Congreso de Estados Unidos impulsó en los últimos días una investigación sobre el ataque a la sede del Capitolio federal el 6 de enero de este año, pero los detalles sobre cómo se llevará a cabo todavía están bajo un manto de incertidumbre.
Sobre este tema, los miembros del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes llegaron esta semana a un consenso para establecer una comisión bipartidista que se encargue de la pesquisa.
Sin embargo, queda mucho por hacer hasta que la propuesta legislativa, impulsada por los demócratas llegue al plenario de la Cámara Baja y del Senado, y mucho más difícil, que esté sobre el despacho del presidente Joe Biden para convertirse en ley.
Los detalles sobre ese asalto a la sede del Congreso, realizado por seguidores del exmandatario Donald Trump, están en el centro de una pesquisa que realizan desde hace varios meses diversas agencias norteamericanas, incluyendo las unidades que protegen la sede del Legislativo.
El proyecto de ley para crear ese panel prevé su integración con un número igual de demócratas y republicanos, lo que ofrecería la oportunidad de cerrar una larga negociación entre los líderes.
“Es imperativo que busquemos la verdad de lo que sucedió el 6 de enero con una comisión bipartidista independiente, similar a la que se conformó tras los atentados terroristas del 11 de septiembre”, dijo Nancy Pelosi (D-California), presidenta de la Cámara de Representantes, en un comunicado.
El proyecto bajo consideración, que pudiera llegar al plenario de esa instancia legislativa en los próximos días, solicita una investigación sobre los disturbios, así como la interferencia de estos con el proceso de transferencia pacífica del poder, incluyendo hechos y causas relacionados con la preparación y respuesta de la Policía del Capitolio, así como los factores que fomentaron tal ataque.
La comisión incluiría 10 miembros con experiencia en aplicación de la ley y antecedentes de seguridad nacional, y cada partido nombraría a cinco.
Pelosi intentó anteriormente mantener a la comisión estrechamente enfocada en los eventos previos al ataque del 6 de enero, mientras que el Partido Republicano presionó para cubrir las protestas violentas en general, haciéndose eco de las quejas anteriores sobre los manifestantes de Black Lives Matter.
Una figura clave para la aprobación de esta propuesta legislativa, es el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R), quien dijo esta semana que no avalaría esta medida.
“No puedo apoyar esta legislación, debido a las desviaciones políticas que empañaron este proceso, la naturaleza contraproducente de este esfuerzo, y porque el alcance previsto para este panel no incluye otras formas de violencia política”, dijo McCarthy en un comunicado emitido el martes.
El congresista explicó que no podía apoyar la legislación porque la líder demócrata Pelosi se negó a negociar de buena fe sobre los parámetros de la comisión.
“La presencia de esta violencia política en la sociedad estadounidense no se puede tolerar ni pasar por alto”, escribió McCarthy, en referencia a las manifestaciones contra la brutalidad policial y el racismo que tuvieron lugar en meses recientes.
Según expertos citados por el diario The Hill, la oposición de McCarthy probablemente llevará a que más republicanos se le unan para votar en contra del proyecto de ley que intenta crear la comisión bipartidista, aunque varios legisladores del partido rojo declararon que siguen indecisos. Aun así, McCarthy y otros republicanos pidieron que se amplíe el alcance de la comisión, en medio de una campaña de esa agrupación política para minimizar el papel del expresidente Donald Trump en los eventos del 6 de enero, aunque todas las fuentes apuntan que fue el exgobernante y magnate inmobiliario el principal culpable de este ataque sin precedentes en la historia de Estados Unidos.