El oscurantismo del siglo XXI

Hace algunas semanas, escuchando noticias en la CBC, me encontré con una investigación de The Fifth Estate que me sorprendió y me dejó muy preocupada. Recomiendo leerla y escuchar el video que produjeron. Un trabajo muy profesional, por cierto. Resulta que existe una guerra en la sombra, un tanto silenciosa, en contra de las bibliotecas y de los libros, especialmente aquellos que hacen referencia a la identidad de género.  

Me pareció increíble que algo así esté ocurriendo en Canadá, un país conocido y apreciado hasta ahora por su tolerancia, diversidad y sentido democrático. Pero todo indica que estamos presenciando, aquí también, el retorno del oscurantismo medieval en pleno siglo XXI.

Tal como se está haciendo en Estados Unidos, en donde PEN America ha documentado casi 16,000 prohibiciones de libros en escuelas públicas de todo el país desde 2021, esta censura está siendo movilizada en Canadá por grupos conservadores que buscan evitar de manera deliberada que determinados hechos y conocimientos sean difundidos a la ciudadanía.  Para lograrlo recurren al miedo y a las pasiones más básicas.  

Se trata de un movimiento amplio, principalmente en Alberta, Valleyview, Jasper, Edmonton, Red Deer, Calgary y Grande Prairie, al que le preocupa que los libros, las bibliotecas y las escuelas corrompan a los niños.  

Los investigadores The Fifth Estate descubrieron que antes de la pandemia de COVID, la pequeña cantidad de impugnaciones se centraba en material que podría considerarse racista u homofóbico. Después de la pandemia, las impugnaciones se centraron en materiales 2SLGBTQ+, incluidos libros sobre identidad de género, libros educativos sobre sexualidad e incluso libros que tienen personajes homosexuales o transgénero. Como cosa curiosa, los mismos títulos suelen ser objeto de censura en Canadá y en Estados Unidos.

Al parecer las impugnaciones logran que los libros se trasladen de una sección a otra de la biblioteca, pero no han logrado que se retiren por completo, al menos hasta el momento. Pero comienzan a verse libros relacionados con temas y personajes 2SLGBTQ+ en los inodoros usados en el baño de mujeres. Puro vandalismo. Una total barbaridad que refleja no solo un indecoroso comportamiento, sino un total desprecio y falta de respeto a la comunidad 2SLGBTQ. Hay un odio que subyace y que se manifiesta de esta forma. Al menos asi lo percibo.

Y no se trata solo de libros. Eso es lo terrible. También se censuran espacios de convivencia, de encuentro, de diálogo y de conocimiento mutuo. En las bibliotecas es en donde los jovenes trans y queer encuentran un lugar seguro. Aquí se sienten bien recibidos. Qué va a ser de estos jovenes si se comienzan a cerrar estos espacios.

Cómo es posible que un grupo pequeño se sienta con el derecho de decidir por otros que leer y que no.  La censura es algo que uno piensa que fue superado, que no es compatible con sociedades verdaderamente democráticas, pero resulta que no, que ha vuelto y quizás con más armas, con más fuerza. No podemos permitirlo.

¿Por qué tanto miedo a los libros? ¿Por qué tanto miedo a las ideas? ¿Por qué tanto miedo al pensamiento crítico? ¿Por qué tanto miedo al conocimiento? Qué época tan oscura la que parece estamos viviendo.

Ana Cristina Castañeda Sánchez
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Periodista y comunicadora