Entrevista a Laura Plancarte, artista y documentalista mexicana

Sueño mexicano (Mexican Dream), es un film documental que sigue la vida de Male, una mujer latinoamericana que huyó a la Ciudad de México luego de una relación abusiva en busca de una vida mejor. Su exmarido se quedó con la custodia de sus tres hijos. Male lucha para cumplir sus sueños, recuperar a sus hijos y volver a ser madre con su nueva pareja. Para ello necesita someterse a un tratamiento complejo. ¿Pero es eso lo que realmente desea?

Laura Plancarte, su directora, es una reconocida artista mexicana que reside en Londres. Sueño mexicano acaba de ganar el premio a la mejor película en la reciente edición del Docs Barcelona. Tuvimos el honor y el placer enorme de conversar con ella el día de su estreno internacional en el festival Hot Docs de Toronto y nos relató la historia detrás de su película y el apasionante recorrido desde sus comienzos como artista plástica hasta llegar al cine documental.

Uno de los rasgos de originalidad de Mexican Dream se halla en que es una película hecha en colaboración con la protagonista, María Magdalena Reyes, ‘Male’. “Tenía en mente hacer una película sobre una mujer latinoamericana fuerte, que rompa con este estereotipo de que las mujeres latinoamericanas son sumisas. También quería romper con esta idea de que siempre se retrata a los personajes latinoamericanos como sufridos, especialmente las mujeres, o metidos en el crimen organizado. Quería un personaje que nos hable desde otro ángulo de cómo es la vida real”, explica Laura. Y agrega “Empiezo a tener entrevistas con mujeres que estaban interesadas en contar su historia. Pero el día que conozco a Male no me quedó la menor duda que era ella, porque Male rompe con todos los estereotipos de lo que es la mujer mexicana que siempre se retrata. Trabajamos dos años filmando entre las dos y le propuse hacer juntas una selección y decidir qué contar. Y entonces escribimos juntas su historia”.

La película rompe con estereotipos además, porque si bien Male finalmente se independiza, en un principio sí está dispuesta a ceder cosas por su pareja. Es un desafío para ella.

-Eso era una cosa que me parecía interesante, porque obviamente no es una película de Hollywood. No es una película prefabricada de lo que queremos muchas veces ver, que es la mujer que ya está totalmente liberada, sino lo que hablábamos al inicio, que es triste, pero esta pastilla de una sociedad patriarcal, machista, nos la hemos tomado todos, yo misma. Lo que fue interesante es poder retratar una mujer que tiene los elementos para romper con eso. Sin embargo, sí vive en una sociedad en donde se espera de ella y ella en algún momento ha creído que a lo mejor es lo que tiene que hacer o es su deber. Pero es a través de cómo van sucediendo las cosas en su vida, que ella va diciendo ‘No. Yo tengo derecho a ser también una persona individual con mis propios deseos, con las cosas que yo quiero, independientemente de una pareja, de lo que diga la comunidad’.

-Tratas el tema del Patriarcado y además cómo atraviesa las clases sociales. Hay una escena en el lugar de trabajo y se escucha hablar a la dueña de casa, su empleadora, con un grupo de amigas y cómo les toca el patriarcado a ellas desde su lugar. ¿Fue tu intención desde el comienzo trabajar sobre esto?

-Para mí fue muy interesante cuando está el grupo de las señoras, vamos a decir, ricas, en la película. Yo me siento con ellas y ellas dijeron sí, podemos ser grabadas, pero que no se nos vea la cara. Y les dije que no había ningún problema. De hecho queda perfecto y además el centro es Male, no son ellas. Yo pude ser muy franca con ellas y decirles que el público que va a ver esta película, de antemano no las va a querer para nada porque se tiene una idea de que son privilegiadas y tienen la vida resuelta. El público va a ver la película y enseguida va a decir ‘Ahí están esas mujeres que son las tontas, las ricas, las que lo tienen resuelto’. Eso es lo que la gente, yo pienso, va a pensar. Entonces les dije que a mí me gustaría que hablemos de qué es lo difícil de ser ellas. Me dijeron ‘nos parece muy bien’. Entonces ellas empiezan a hablar y nunca me lo hubiera imaginado pero nunca había escuchado de una manera tan directa que para mí fue muy impactante el hecho de oírlas decir ‘Bueno, en cierta manera yo tengo que estar disponible 24 horas y de una manera sexual y si el otro tiene amantes o no llega, tú tienes que tolerar y aguantar, pues tiene un precio’. Y tienen que estar además como en la sombra. Y además no poder ser. Pero además tienen que tener a sus hijos de lo mejor y ellas verse increíbles y empiezan a pasar los años y a lo mejor ya no te ves igual de increíble cuando tienes 40 o 50 que cuando tenías 25 y se te puede ir tu esposo con una de 25. Te deja y te quedas sin nada, en la calle. Entonces algo que me pareció interesante es poder cruzar y ver que aunque Male y ellas tienen realidades distintas, ser mujer aquí y donde queramos, no es tan distinto. Muchas veces también se tiene esta idea de que esta es solamente una realidad latinoamericana, o a lo mejor se vive también en Middle East. Pero yo, viviendo en Inglaterra me doy cuenta que con diferente fachada, es universal.

-¿Cómo empezaste a trabajar en cine, por qué y cómo llegas a mudarte a Inglaterra?

-Van de la mano. Yo antes trabajaba como artista plástica y visual en México. Y hacia instalación, vídeo arte, perfomance. Hice circuitos en la Ciudad de México, estuve en el Museo del Chopo, Ex Teresa, todos los lugares de arte contemporáneo. Pero llegó un momento en que saqué una beca para hacer un diploma de un año en Inglaterra. Llegué a Londres y pasó que me enamoré del cine por completo. Lo que encontré en el cine, es que yo como artista me estaba repitiendo. Recuerdo que iba a inaugurar mi última exposición y viajé a México. Iba en el camión y me toca junto a una chica que era de una zona en México que se llama Tierra Caliente. Es una zona sumamente conflictiva. Y ella me cuenta su historia. Y la historia de ella me deja a mí sin palabras. Llegué a montar en el museo y vi mi obra y dije ‘qué superfluo, con lo importante que sería contar la historia de esta mujer y de su familia’. Y entonces ahí es cuando migro a trabajar con gente real. Me dije ‘yo puedo igual ser creativa y ser artista pero puedo contar cosas mucho más trascendentes’. Ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. He vivido unas experiencias increíbles haciendo cine y encontré por fin mi lugar en el mundo. Creo que mi lugar es estar detrás de la cámara. Mi lugar es usar la creatividad para ver formas nuevas, encontrar otros ángulos. Pero creo que lo más interesante es trabajar con gente, historias reales que abran conversaciones, sobre todo un mundo tan polarizado donde parece que si ya no opinas lo mismo que yo, estás fuera. Me interesa más que nunca trabajar en distintas comunidades y con distintos personajes donde no necesariamente todo es de un lado o del otro, sino mostrar lo compleja que es la realidad.

Vanesa Berenstein
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Encargada de Programación del Festival de Cine Latinoamericano de Toronto (LATAFF)

Investigadora en MAP Centre for Urban Health Solutions, St. Michael's Hospital, Unity Health Toronto