Entrevista a Patricia Franquesa, directora de My Sextorsion Diary

El festival de documentales más importante de Norteamérica, Hot Docs, se despidió hasta el próximo año pero sus repercusiones quedaron flotando en el aire. Muchas experiencias, muchos aprendizajes. Múltiples ventanas para detenerse a mirar y conectarse con diferentes universos, personajes y situaciones.

Una de las películas más interesantes y actual de la muestra llegó desde Barcelona con el sugerente título de My Sextortion Diary (Diario de mi sextorsión) y fue realizada por la documentalista y productora Patricia Franquesa.

¿Pero qué es la sextorsión, el tema que aborda Franquesa en el documental? La sextorsión consiste en el chantaje por parte de un ciberdelincuente para que la víctima realice una determinada acción o entregue una cantidad de dinero bajo la amenaza de publicar o compartir imágenes íntimas de las que se apropió. Es un fenómeno cada vez más extendido y afecta potencialmente a todos pero especialmente a los jóvenes.

Franquesa aborda este tema narrando su propia experiencia en forma de diario virtual mientras navega entre sus temores, interrogantes, su fragilidad y a la vez su entereza y sentido del humor. “Es el relato en primera mano del caso de sextorsión que me pasó a mí. Me roban el ordenador y al cabo de dos meses alguien ha accedido a ese ordenador robado, encuentra algo que era solo mío y lo utilizó en mi contra. La película narra los pasos que fui dando. Cuando me pasó a mí yo no sabía que era la sextorsión. No sabía ni cómo describirlo”, introduce la directora en una charla que mantuvimos luego de la primera proyección en Toronto.

-¿En qué momento decidiste hacer el documental con eso que te estaba pasando? ¿Fue durante, fue después?

-Fue el segundo día. El 1 de agosto de 2019 me entero que me estaban haciendo chantaje y la policía me dice ‘tienes que redactar un email’. No para que el hacker deje de enviar mis fotos, sino un email disuasorio para que la gente no abra esos emails del hacker. Yo no sabía qué me estaba pasando, entonces empiezo a buscar en internet. Es cuando veo que mi caso es un caso puntual entre un montón de gente a la que le pasa. Me dije ‘esto es un documental y yo soy documentalista’. Ahí me di cuenta de la responsabilidad que tenía, porque esto que me estaba pasando a mí, le pasa a mucha gente. Tenía que narrarlo y documentarlo.

-¿Y durante el desarrollo de la película, comenzaste a escuchar historias similares? ¿Se te acercaron personas a las que les pasó lo mismo?

-En un momento yo publico las fotos y me empezaron a entrar mensajes de gente conocida que había leído mi publicación. Me acuerdo una chica que me dijo que le había pasado con un ex novio suyo y que no lo había dicho a nadie. También a un amigo mío justo le estaba pasando lo mismo y como yo publiqué mi caso, él me vino a pedir ayuda. Una vez que ves que a alguien le ha pasado, sientes menos vergüenza: ‘Si a Pati le ha pasado lo mismo, entonces le puedo contar’. Y ahora proyectando la peli por las ciudades donde he ido, la gente viene y me dice que le ha pasado. Hoy mismo, hace una hora, una mujer me ha dicho que a su hijo le pasó lo mismo. Entonces sí, es lo bonito de la peli que cuando uno empieza a hablar, luego empiezan a salir todos los demás.

-En cuanto a la forma del documental imitando el mundo virtual, con mensajes de texto en pantalla contándole a tu amiga lo que te va pasando, con stories… ¿En qué momento decidiste que ibas a narrar la historia de esta manera?

-El concepto de la forma siempre fue que quería utilizar los elementos ‘hackeables’ que podrían haber sido hackeados por el hacker y por la gente que accede a nuestros datos. Hay este punto de voyeur, de cómo el hacker podría haber relatado mi historia. Había un punto de todos los elementos de alguien que no me conoce y que me puede observar. Entonces hay esta distancia de voyeur que a mí me interesa un montón.

-En la película dejas ver tu vulnerabilidad pero también tu fortaleza y que decidiste empoderarte. También le pones humor cuando podrías haberlo tomado de otra manera.

-Uso un poco el lenguaje en que me comunico con mis amigos y amigas, es como el mundo del sticker. Gracias a los memes y a los stickers me siento menos sola en mi desgracia.

-¿Nunca se supo quién era el hacker?

-No. Hemos encontrado y se ha sentenciado al ladrón. Pero del ladrón al hacker aún no. Lo bueno que como está sentenciado el ladrón, estoy vinculando la segunda denuncia de chantaje con el ladrón.

-Probablemente la difusión de la película ayude con eso.

-El sábado que viene estrenamos  en Barcelona y ahí es donde pasó. También quiero conseguir financiación para hacer social impact con la peli, porque creo que puede tener mucho. O sea, a nivel educacional y también a nivel de leyes cómo podemos mover esto.

Este fue el estreno canadiense. La película ya pasó por South by South West (SXSW). ¿Cómo continúa el recorrido?

-Sí. Fue un regalo haber estado en SXSW y luego en Hot Docs. En una entrevista en Austin me preguntaron qué significado tenía para mi SXSW y dije ‘No estoy loca’ ¿sabes? Porque en esta película hay una formalidad bastante arriesgada. Podría haber hecho algo un poquito más clásico. Ha sido como que me han validado festivales importantes. Luego vamos al Docs Barcelona. Luego al Seattle International Film Festival donde estoy en la sección con Isabel Coixet. Estoy muy contenta, muy feliz y satisfecha.

-Es muy bueno que se vea porque a veces se siente que no se está haciendo lo suficiente.

-Para mí es importante que la peli se distribuya en sistemas educativos porque quiero que la vean adolescentes y también los padres de los adolescentes, y los amigos. Que la gente vea la peli y que si un amigo dice me está pasando esto, ya sepas lo que tienes que hacer, no pagar, que es importante recoger todas las pruebas del chantaje. Quiero que sea útil.  

Vanesa Berenstein
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Encargada de Programación del Festival de Cine Latinoamericano de Toronto (LATAFF)

Investigadora en MAP Centre for Urban Health Solutions, St. Michael's Hospital, Unity Health Toronto