Entrevista a Peter Porta, director de The Click Trap

¿Qué tienen en común las publicidades que se nos aparecen todos los días en internet con la proliferación de fake news y la debilitación de la democracia? De este tema tan actual habla The Click Trap, documental estrenado recientemente en el festival Hot Docs. En su paso por Toronto, entrevistamos a su director.

Es mitad de la semana, primeras horas de la tarde, y los asientos de la sala del complejo Scotiabank Theatre se encuentran completamente ocupados. El público espera atentamente el estreno mundial de The Click Trap, una de las películas que integró el programa Made In de Hot Docs que este año puso el foco en España. La temática del film despertó tanto interés de la audiencia que luego de agotar las dos funciones originales previstas, el festival decidió agregar una tercera que también se agotó. Al terminar la película nadie se movió de su asiento. Nadie quería perderse la charla posterior con Peter Porta y su equipo. El film es dinámico, honesto, humano y revela de manera clara la parte oculta de los anuncios en internet. “Para mí personalmente es muy preocupante que gente mayor, por ejemplo, esté recibiendo estafas cada día en su feed, en una plataforma. Y sé que mucha gente pensará que nadie cae en esto, pero hay muchas personas en situación vulnerable que quizás no tiene la educación digital, o por el motivo que sea, y que puede caer en estafas. Hemos entrevistado a gente que ha sufrido consecuencias devastadoras. Y esto es algo que hay que solucionar de forma urgente”, expresa el realizador.

-Quisiera comenzar pidiéndote que cuentes un poco sobre The Click Trap  para quienes no la han visto.

-The Click Trap es una película que muestra el lado oculto de los anuncios digitales. Estamos hablando de una industria que es gran parte de la economía moderna. Es difícil saber el valor pero es una industria de entre billones y trillones de dólares. Y es una industria que es opaca. Es lo que está detrás del internet. Es el motor que financia el internet de hoy en día y es una industria que está en manos de un puñado de compañías que no están reguladas. Es un sistema tan opaco y difícil de controlar que incluso para la gente que trabaja en anuncios digitales es difícil saber dónde termina cada anuncio, en qué momento sale y dónde va el dinero, esos billones de dólares que se invierten. Esto permite, por ejemplo, a estafadores utilizar los anuncios digitales para atacar a víctimas vulnerables y también permite a creadores de desinformación y de odio no solo distribuir su mensaje, sino también monetizarlo. Una de las revelaciones que intentamos dar en el film es que la desinformación es un modelo de negocio gracias al sistema automatizado de anuncios. Y esto es una novedad porque ya sabemos que la desinformación y el contenido polarizante se amplifican más en las plataformas que en la vida real. Lo que yo no sabía es que hay un incentivo económico detrás de crear contenido polarizante, de crear odio hacia minorías, de crear desinformación. Y esto es un problema, especialmente en democracias que no están tan consolidadas.

-¿Cómo surgió la idea de hacer el film?  

-Yo estaba trabajando en otro proyecto documental acerca del ciber-estafador más buscado de la historia de España. En un momento estaba entrevistando a los agentes de la unidad de ciber-crimen de la policía española y ellos dijeron que este estafador gastaba mucho dinero en anuncios Google Ads. Y yo me pregunté por qué un estafador gasta dinero en anuncios digitales. Me revelaron que no era un caso aislado, sino que realmente los estafadores utilizan los anuncios digitales como un medio para encontrar a sus víctimas y estafarlas. Y al empezar a tirar de la cuerda, enseguida me di cuenta de cuántas capas y tentáculos tenía la historia.

-¿Cuánto tiempo llevó la investigación? Debe haber sido compleja y larga. ¿Puedes contar algo de ese proceso?

-El proceso completo de investigación ha llevado alrededor de tres años. Hemos hablado con la mayoría de los expertos mundiales en anuncios digitales y en odio en internet. Ha sido una de esas historias investigativas que vas sacando capas y cada nueva prueba es más chocante que la anterior. Y de hecho lo complicado ha sido llegar a cerrar un poco la historia porque es un problema que tiene muchas derivadas.

-¿Qué países o regiones del mundo están a la vanguardia en cuanto a la búsqueda de soluciones a estos problemas?

-Hasta ahora ha sido todo totalmente desregulado y las plataformas no tenían ninguna consecuencia legal. Ahora es un momento crucial porque, por ejemplo, en Europa, y eso lo contamos en el documental, se acaba de estrenar la Digital Services Act que es un paquete legislativo que va a regular muchos de los problemas que ocurren ahora en las plataformas. Falta ver si realmente esto se traslada a una ‘accountability’ de las plataformas. Se ha visto hace años con el reglamento de protección de datos que se hizo en Europa que aplicar estas legislaciones es muy complicado. Parece ser que la ley europea funciona como buque insignia de las nuevas leyes que potencialmente veremos aparecer en varios países, pero la solución tiene que ser global.

-¿Cuál va a ser el recorrido de la película? ¿Cuáles son tus expectativas?

-La película ha tenido muy buena acogida. Estamos muy felices de haber estrenado en Hot Docs con tres funciones sold out y va a tener recorrido de festivales internacionales. Mi objetivo siempre ha sido poner el tema encima de la mesa. Yo no creo que tengamos que abandonar todas las plataformas y volver a la era de antes de internet. Pero sí creo que el sistema está creado de una forma que incentiva que malos actores puedan hacer uso indebido del sistema económico y del de anuncios digitales. Y creo que es algo que se tiene que solucionar. Los documentales somos mejores en exponer temas que en dar soluciones. Como explican muchos de los expertos que aparecen en el film, harían falta regulaciones más estrictas y más ‘accountability’, más transparencia, entender dónde va el dinero de las marcas, que las marcas tengan capacidad de decidir si quieren aparecer y, por lo tanto, financiar una web que niega el cambio climático, por ejemplo. Los medios tradicionales también tienen un papel muy importante en esta crisis de la desinformación que tenemos. No tienen que dejarse arrastrar por la inmediatez que venden las redes sociales. Las redes sociales publican y luego ya veremos si es verdad o no. Y un medio serio no tiene que tener complejo de decir, pues no, no lo publicamos nosotros porque no sabemos aún si es verdad o no. Saber si es verdad o no requiere tiempo, requiere dinero, requiere mandar un periodista, hablar con testigos, verificar si una imagen o un video es verdad o no. Y cuando sepamos si esto es información o no, lo publicaremos. Creo que los medios tienen un papel especialmente relevante en dar información y no amplificar la desinformación de las redes.

Vanesa Berenstein
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Encargada de Programación del Festival de Cine Latinoamericano de Toronto (LATAFF)

Investigadora en MAP Centre for Urban Health Solutions, St. Michael's Hospital, Unity Health Toronto