La amistad: un tesoro intangible

Desde que somos muy pequeños y hasta nuestro último día mantenemos contacto con personas de las cuales muchas se convierten en seres de suma importancia. Nos relacionamos por estudios, trabajo, por intereses en común, o simplemente por vecindad. Las personas conocidas pueden ser muchas, pero a ¿cuántos de ellos podemos llamar amigos? Los amigos son esos seres que alegran nuestros días, con los que compartimos nuestros éxitos sin el menor rastro de envidia; por el contrario los celebran como si fueran suyos. Son esas personas a las que les contamos lo que nos entristece o nos hace reír. Son ellos con quienes a veces compartimos las tonterías que solo diríamos en la soledad de nuestros corazones. De ahí que, muchas personas se mantengan en un mismo círculo de amigos, porque se sienten confortables, animados e incluso ayudados en muchos aspectos. Los amigos son ese sustento que hacen las penas más ligeras y las alegrías más escandalosas.

Con ellos nos reímos a carcajadas. No tenemos que disimular cuando nos sentimos tristes o eufóricos. A ellos les contamos los padecimientos de salud y los problemas con otros miembros de la familia. A veces tenemos amigos que son más cercanos que algunas personas con las que compartimos lazos de sangre.

Debemos ser agradecidos de poder cultivar una unión sin obligaciones más allá del querer estar en la vida de esas personas. Los amigos de verdad no se enojan contigo por más de unos pocos minutos y la amistad no cambia aunque la distancia sea de kilómetros. La verdadera amistad sigue estando ahí, aunque se muden de ciudad o de país. Al volverlo a verlos es como si el tiempo nunca hubiese pasado, los abrazos son tan cálidos como siempre. Esos buenos amigos que se mantienen cerca y que con el correr de los años nos unen tantos recuerdos y anécdotas. Donde los hijos de unos son los sobrinos de los otros, porque todos los amigos son tíos. Celebran juntos cumpleaños, bautizos, bodas y si la distancia no lo permite, la comunicación a través de sistemas de videoconferencias es una buena alternativa. El contacto está y la forma no es impedimento para continuar atando vidas.

Los buenos amigos son tan valiosos porque son por elección y no por imposición. Contar con amigos es contar con una fortuna. Valoremos esas personas que nos rodean y que están dispuestos a reír o a llorar junto a nosotros.

Glennys Katiusca Alchoufi
+ posts

Integrante del Certificado de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Toronto