Usar, reusar y reciclar

Entre los siglos XX y XXI, la población creció de forma exponencial. Esto puede deberse al avance de la ciencia que ha permitido controlar algunas enfermedades que otrora eran mortales. La longevidad también hace su parte. Pero con el crecimiento de la población hay un problema mayor que se agiganta cada vez más: es el control de los desechos.

Algunos países han creado estrategias para evitar que el cúmulo de basura y desperdicios continúe en una vertiginosa carrera hacía la alza, pero eso aún está en sus inicios.

El reusar o volver a utilizar materiales, envases o contenedores en vez de lanzarlos al cesto es una alternativa que se traduce en darle una segunda utilidad a esos objetos sin cambiar su estructura o aplicación.

Reciclar es la mejor opción cuando ya no es posible volver a utilizar ese producto en la forma que está presentado, entonces hay que convertirlos en materia prima que se vuelve la base de un nuevo producto. En esta etapa cada ciudadano debe clasificar y separar los materiales tales como: plástico, cartón, vidrio, metal, etc….

También hay una tercera opción, que es dar uso al cúmulo de desechos orgánicos y convertirlos en abono; para ello la población debe estar consciente de lo importante que son las tareas de reusar, reciclar y abonar. Los productos orgánicos que desechamos a diario tales como pieles de frutas y verduras son una excelente fuente de nutrientes para la tierra. Lo que de la tierra viene regresa para producir y ayudar a recuperar la salud del suelo.

Todas estas actividades son factibles. La educación al ciudadano en las diferentes alternativas es de suma importancia, al igual que los gobiernos y entidades privadas que deben abocarse a ofrecer contenedores señalizados donde colocar esos materiales, y una vez clasificados, coordinar el proceso de recolección.

Algunos artículos mencionan que la información de reusar, reciclar, y reutilizar los desechos orgánicos es algo nuevo, que las personas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX no sabían nada del reciclaje y el reúso de los materiales. Sin embargo, recordemos que antes de la era tecnológica era normal que cada ama de casa llevara sus bolsas de tela para hacer las compras, rutina que cambió con la aparición de las bolsas plásticas. También era normal ver al vendedor de leche con envases de vidrio, haciendo entregas y recogiendo aquellos vacíos para volverlos a utilizar, lo mismo sucedía con los envases de bebidas gaseosas. Esto cambió cuando aparecieron las latas y los envases plásticos. Ahora casi todas las bebidas y muchos productos se venden envasados en aluminio o plásticos, que una vez vacíos van a la basura.

El índice contaminante del plástico y el tiempo que toma para que se descomponga, ha llevado a muchos países a reemplazar las bolsas plásticas por bolsas de papel o tela (que son reusables), pero estamos muy lejos aún de controlar la gran cantidad de desperdicios plásticos, cartones y metales, que a diario se acumulan sin más suerte que formar parte de las pilas de basura en los vertederos. Son una fuente de contaminación a nivel global.

Es una labor titánica, pero se debe tratar de evaluar el daño de lo que le estamos haciendo al planeta. Los animales como aves, reptiles y mamíferos marinos son los más propensos a sufrir las consecuencias; muchos desechos llegan al mar. Sin hablar de los desechos tóxicos, que ya son parte de otra materia.

Glennys Katiusca Alchoufi
+ posts

Integrante del Certificado de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Toronto

2 COMENTARIOS

Comments are closed.