Desde tiempo remoto los fuegos artificiales son un espectáculo de colores y brillo, una manifestación de alegría que para muchas personas representan una gran diversión. Pero como todo tiene un pero, hablemos de la parte no divertida de la pirotecnia. El primer punto es la contaminación ambiental: muchos estudios han reflejado que la cantidad de partículas contaminantes que los fuegos artificiales o la pirotecnia dejan en el aire, supera en hasta una decena la cantidad de partículas permitidas por las normas de la calidad del aire. Los elementos utilizados para impulsar el cohete, los metales pesados que permiten dar el color, y lo que se origina después de la explosión, son parte de los fuegos artificiales y son los responsables de las partículas que afectan el aire y que permanecen ahí por un buen rato comprometiendo la salud de quien respira ese aire. Este tipo de contaminación puede entrar fácilmente en nuestros hogares causando problemas respiratorios en especial a aquellas personas que sufren alguna afección de índole pulmonar.
Segundo, la contaminación acústica: El sonido representa para muchas personas un malestar severo, siendo los infantes y las mascotas del hogar los más susceptibles dado a la cantidad de decibeles que produce la pirotecnia. El ruido de las detonaciones puede provocar angustia, ansiedad y en especial en las mascotas pueden llegar hasta la muerte. La pregunta del día es ¿vale la pena el riesgo?
Y el tercer punto: es común escuchar que personas han sufrido algún accidente por causa de la pirotecnia. Al explotar algún cohete antes de salir impulsado al aire puede causar que la persona pierda dedos de la mano o quemaduras graves, siendo los niños los más propensos a estos accidentes. Se sabe qué es bonito ver la explosión de colores iluminando el cielo, pero también es bueno saber el daño que pueden causar. No importa si es un experto o un novato el que los está encendiendo, el aire contaminado es el de todos y el ruido lo escuchan todos.
En la próxima fiesta antes de encender un cohete, piense en el bebé o en el perro del vecino y en cómo estas criaturas van a percibir el sonido de su diversión.
Glennys Katiusca Alchoufi
Integrante del Certificado de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Toronto
Excelente mensaje. Hora de cambiar la celebración con fuegos artificiales!