Adáptate y disfruta

Cuando decides migrar debes tomar en cuenta que muchas cosas van a cambiar, aun cuando te mudes a un país vecino con tu mismo idioma y aspectos en común, encontrarás diferencias. Pero si te mudas a un lugar que tenga otro idioma y costumbres muy diferentes, los cambios es posible que sean más radicales. En cualquiera de las dos situaciones, lo más seguro es que te encuentres entre dos situaciones:

La primera: es adaptarte al cambio y adoptar lo que el nuevo país tiene para ofrecerte en todos los aspectos. Si elegiste un lugar con un idioma diferente, lo mejor es aprender a hablarlo para poder incorporarte al mercado laboral. También es posible que algunos de los ingredientes de tu comida puede que sean difíciles de encontrar; y muchas veces que no estén disponibles. Aprende a utilizar reemplazos;  en general los productos locales y de temporada son más económicos y eso puede ayudar a tu presupuesto. Otra forma sencilla que ayuda en la adaptación es integrarte a tu nueva sociedad, por ejemplo: visitar los centros comunitarios y bibliotecas que muchas veces ofrecen programas de ayuda al recién llegado y en los cuales puedes registrarte de manera gratuita. Acércate a los centros especializados que podrán mostrarte cómo aplicar para documentos necesarios tales como, tarjeta de salud, licencia de conducir, cursos para aprender el idioma, etc. Al igual que para las diferentes ayudas económicas que pueda ofrecer ese lugar. Utiliza los contactos que tengas para conocer las ventajas que te puede brindar tu nuevo territorio.

Adaptarse no es asunto de pocos días, pero si no te integras, la añoranza y la soledad pueden hacer de tu estancia un tiempo muy difícil.

Al migrar dejamos atrás familia, amigos y todo aquello que nos es conocido, pero llegar a un lugar nuevo abre las puertas a experiencias nunca vividas y la posibilidad de que estas sean positivas depende en gran parte de la capacidad de adaptación que puedas tener. Si te mantienes en un nicho entre personas de tu mismo lenguaje, de tu mismo país, personas con tus mismas costumbres, entonces estás perdiendo la oportunidad de aprender a crear nuevas raíces. No es que vas a dejar de lado quien eres, no, sino incorporar lo nuevo a tu realidad y disfrutar de ella.

La segunda opción: es regresar a tu punto de partida, pero si tomaste una decisión tan compleja como es migrar, evalúa claramente si volver es tu mejor movimiento. Después de un tiempo afuera las cosas en tu lugar de origen también pueden haber cambiado y a lo mejor si retornas vas a entender que ahora debes aprender a adaptarte de nuevo a tu país de origen.

Glennys Katiusca Alchoufi
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Integrante del Certificado de Escritura Creativa en Español de la Universidad de Toronto

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