Los siete triples de Juancho Hernangómez (el nuevo jugador de los Toronto Raptors) disparan a la selección, que da un paseo a Francia y conquista su cuarto Eurobasket, con un triunfo de 88-76.
El oro imposible se hizo realidad en Berlín para rematar la mayor sorpresa en la historia de la selección española. Cualquier término grandilocuente que se utilice para definir esta gesta hará justicia a lo vivido e incluso probablemente se quede corto; porque el equipo que parecía más debil ha terminado haciendo algo sobrenatural: ganarle a Francia en la final (88-76) y conquistar el considerado como mejor Eurobasket de la historia. Es el cuarto oro continental para España. Una epopeya que daría para escribir libros o guiones de película
Tuvo que superar España calamidades en forma de retiradas, renuncias y lesiones. Carecía de las grandes estrellas de otras selecciones, pero contaba con 12 patrones de lo imposible que se han comportado como un equipo mayúsculo en manos de Sergio Scariolo y jugaron por todos los mitos del pasado.
Este grupo tiene un ADN ganador que va pasando de generación en generación independientemente de los nombres. Ahora mandan los de Juancho Hernangómez, autor de siete triples, seis de ellos en un segundo cuarto inolvidable. Como los 40 puntos de Pau, los triples a una pierna de Navarro… Los de Jaime Fernández, que no había sumado ni un punto en los últimos tres partidos y metió 13 en la final además de recuperar balones como loco. Los de Garuba y Alberto Díaz, baluartes defensivos. Los de Willy, MVP del campeonato, y Brown (11 asistencias), la sociedad de la nueva era. Los de todos.
Como si este grupo hubiera jugado infinitas finales, su puesta en escena fue sensacional, sobre todo en defensa. Una maravillosa coreografía de cambios y ayudas que volvió loco a sus rivales. Los españoles tocaban balones, los recuperaban y llegaban a todo. El juego táctico de Scariolo que un momento parecian Los Raptors. Jaime Fernández dejó sus mejores minutos del torneo para la final: cinco puntos, tres robos y una asistencia en siete minutos. Junto a un Willy que no se arrugó ante Gobert (uno de los mejores centros de la NBA).
En ella apareció Juancho, que al inicio del segundo acto falló el primer triple que lanzó. Debió de ser para ajustar la punteria, porque después entró en un trance propio del mejor tirador: 6/7 en tan sólo seis minutos, incluidos cuatro seguidos.
¿No necesitaba triples la selección? Ahí estaban, en el día más oportuno. Llegó a acumular un 8/11 y al acabar, 15/31. Para frotarse los ojos. Así se disparó España hasta los 21 puntos de ventaja (47-26, min 18). Un ciclón azotaba el Mercedes Benz Arena. Pero remitió justo antes del descanso. Francia se agarró al choque con un parcial de 0-11 liderado por Fournier. Alcanzaba el vestuario con vida (47-37).
Pero Francia seguía marcando y anotando (49-46). Ahora era España la desconcertada. Hasta que Scariolo pidió un tiempo muerto que revitalizó a la selección. La adrenalina la puso Jaime Fernández, que sumó cinco puntos y un robo en un parcial de 9-0 que devolvió algo de calma. Pero Francia había conseguido que hubiera partido donde antes había un monólogo.
La selección templó el partido en el periodo final con un Garuba imperial en defensa. No se puso nerviosa ni con una jugada polémica que acabó con técnica a Scariolo. Juancho anotó su séptimo triple y la presencia de Brown y Díaz a la vez volvió a ser decisiva. Entre los dos metieron 10 puntos seguidos mientras el pelirrojo rozaba la perfección en defensa. Un triple suyo a falta de 1:33 aseguró el título (85-70). No había mejor colofón para su particular cuento de hadas. Ni para el de la selección, que se llevaba su oro el más insospechado de siempre.
El capitán Rudy Fernandez, conquista su undécima medalla e iguala a Pau Gasol como los más laureados de la historia del baloncesto español.
Alemania sella el bronce en casa y vuelve a un gran podio 17 años después
No debería ser una sorpresa saber que Alemania sigue ‘tocada’ tras su caída en semifinales ante la España de Scariolo. Pero durante todo el EuroBasket, Alemania mostró un carácter y una atrevida forma de jugar que les devuelve a la aristocracia del baloncesto. Han regresado, 17 años después, tal y como certificó su victoria en el tercer y cuarto puesto ante Polonia (82-69). Cierran el podio y su futuro es brillante.
Hace 17 años, la generación que lideraba Dirk Nowitzki completó un ‘historic run’ -como dicen en la cultura anglosajona- al ser medallistas en el Mundial de Indianápolis 2002 y el EuroBasket de Serbia y Montenegro 2005. 2022 es el curso de su regreso, liderados por el talentoso Dennis Schröder (25+6+1), que repitió como pieza clave en el duelo ante Polonia.
Alemania no soltaría su preciada chapa (82-69). Esa que le da el regreso a la aristocracia del baloncesto del ‘Viejo Continente’. No, no tienen a Dirk Nowitzki. Pero vuelven a un podio, y es el primer paso necesario. Bronce del EuroBasket además de desplegar uno de los mejores juegos en todo el torneo.