Los Oklahoma City Thunder están a un solo partido de consagrarse campeones de la NBA. Y lo hacen con un equipo joven, eléctrico y hambriento, que parece decidido a escribir una nueva página en la historia de la liga.
En el Juego 4, cuando los Pacers parecían tener todo controlado, apareció la figura de Shai Gilgeous-Alexander con una actuación legendaria: 15 puntos en los últimos cinco minutos, un récord que no se veía desde 1971 en unas Finales. El MVP de la temporada acabó con 35 tantos, sellando una remontada épica (104-111) para igualar la serie 2-2 y recuperar el factor cancha.
“Sabía lo que se venía si perdíamos esta noche. No quería irme sin pelear”, dijo Shai, que fue clave para mantener con vida a Oklahoma. “Mis compañeros se merecen esto”, agregó con humildad.
Pero si el cuarto fue de Shai, el Juego 5 fue de Jalen Williams. Con una actuación estelar de 40 puntos, el joven All-Star lideró a los Thunder a un sólido triunfo 120-102 que pone la serie 3-2 a su favor. El equipo mostró carácter, consistencia y profundidad ante unos Pacers golpeados anímicamente y, sobre todo, físicamente.
La figura de Tyrese Haliburton cayó en una penetración ante Chet Holmgren y sufrió una lesión muscular en el gemelo derecho, quedando limitado el resto del partido. Terminó con solo 4 puntos y 0/6 en tiros de campo, su peor noche en mucho tiempo.
Pascal Siakam y T.J. McConnell intentaron la heroica: el primero terminó con 28 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, y el segundo fue una chispa imparable en el tercer cuarto. Sin embargo, la defensa sólida y la constancia de Gilgeous-Alexander y Williams frustraron cada intento de remontada.
