Martiriza a toda aquella que se cruza en su camino con su competitividad, pero las desquicia con su serenidad, esa silenciosa templanza asesina que define a los ganadores cuando el rival aprieta y la presión ahoga. Tras alardear de agallas para forjar una remontada sólo una vez vista, Napheesa Collier se elevó a la media vuelta con 8,8 segundos por jugar de la prórroga y poner a las Minnesota Lynx por delante (93-95) para darle la victoria en el primer partido de las Finales de la WNBA contra las New York Liberty en Brooklyn.
La culminación de lo sólo una vez testimoniado en la historia: un equipo remontando 18 puntos en una final, lo que, irónicamente, lograron las Liberty ante las Houston Comets de Amaya Valdemoro en 1999. Unas Finales que acabaron ganando el equipo de la leyenda española, con tres anillos en su haber.
“Esto son las Finales, a nadie le importa si estás cansada”, dijo Collier, clara y simple, como la naturalidad y simplicidad con la que ejecutó a las Liberty de Sabrina Ionescu y Breanna Stewart.
La estadounidense, una todoterreno hasta el punto de que es la Defensora del Año reinante, anotó 21 puntos por los 22 de Kayla McBride y los 23 de Courtney Williams.
Todas las estrellas de New York cumplieron, con 24 puntos para la ex MVP Jonquel Jones, 19 para Ionescu, 18 para Stewart y 17 para Leonie Fiebich, pero el conjunto neoyorquino empezó a dilapidar pronto la ventaja de 39-21 que tenía a falta de 6 minutos para el final del segundo cuarto reducida la diferencia de manera significativa ya al descanso (44-36).
El Game 2 de esta serie al mejor de cinco partidos llega en la madrugada del domingo al sábado, también en Nueva York. La historia verá algo inédito, sea las Liberty levantando su primer título o las Minnesota Lynx convirtiéndose en el mejor equipo de todos los tiempos alcanzando un quinto entorchado que nadie tiene. Desde el momento en el que el Game 1 ya testimonió una historia nunca vista en 25 años, las Finales de la WNBA prometen.
