Aunque otros puedan decirte algo diferente, en el libro Es tiempo de cambiar, verás que la vida te devuelve todo lo que dices o haces. Invierte en tus acciones; la vida te lo retribuirá bien.
Leer Es tiempo de cambiar nos ha permitido entender que hay momentos en la vida en los que nuestras acciones pueden ser inteligentes o no tan inteligentes, pero eso no nos convierte en personas cuestionables o tontas. Solo nos identifica como personas inteligentes que, en algún momento, han tomado decisiones equivocadas.
¿Quizás te ha ocurrido en algún momento? A veces actuamos de forma impulsiva, sin pensar, guiados por nuestras emociones, y luego vemos su impacto en las consecuencias de nuestras acciones. Un capítulo muy interesante del libro Es tiempo de cambiar trata precisamente sobre las consecuencias de nuestras decisiones. Revísalo, te será de gran utilidad. En otras ocasiones, en cambio, actuamos sin siquiera saber por qué.
Esto es fácil de comprender: nadie es perfecto. Aprende esto y preocúpate por ser feliz, no por ser perfecto. De esa forma, los efectos colaterales de tus decisiones personales, laborales y de negocios serán más saludables.
Seguro has experimentado esta situación. En la vida hay escenarios en los que el “general” siempre aparece después de la batalla, es decir, es muy fácil juzgar nuestras decisiones como incorrectas una vez que ya conocemos sus resultados.
Lo escuchamos todos los días en la radio o la televisión, especialmente en el fútbol. Esto nos hace pensar que sí, tal vez podríamos haber hecho algo diferente, pero considera que, en el momento de tomar esa decisión, te pareció la mejor opción posible con la información que tenías en ese instante.
Debes considerar que tus acciones, en la mayoría de los casos, no tienen nada que ver con tu valor e identidad como persona. No te identifiques con lo que haces. Evitar errores es imposible, pero cometerlos no te hace menos valioso que nadie, así como no cometerlos tampoco te convierte en alguien superior.
Es importante que tengas claro que, incluso si alguna vez has actuado de manera imprudente o equivocada, tu valor, esencia e identidad como persona siguen siendo los mismos.
Y esto sucede porque siempre intentas hacer lo mejor que puedes, de acuerdo con tu nivel actual de crecimiento profesional, laboral, personal y de conciencia. Tus decisiones y acciones siempre están basadas en el conocimiento que tienes en ese momento.
A lo largo de la vida, puede que hagas o digas cosas de las que te arrepientas más adelante, pero eso solo ocurrirá porque tu nivel de conciencia habrá cambiado con el tiempo.
No permitas que tus errores definan tu valor, esencia o identidad. Lo que hagas o dejes de hacer, lo que digas o calles, siempre será lo mejor que podías hacer en ese momento, incluso si fue un poco imprudente.
No dejes que las decisiones impulsivas o equivocadas ataquen tu autoestima. Aprende de tus errores y evita repetirlos en el futuro.
Eso es invertir en uno mismo y fomentar un pensamiento de alto rendimiento tanto en la vida personal como en la laboral.
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