Hola a todos,
Esta semana continuamos con la segunda parte de la Receta Inspiradora sobre cómo evitar ser perfecto y superar esa frustración. Es un tema que ha generado mucho interés en la comunidad hispanohablante en Canadá, y quiero empezar con este editorial para recordarles que hoy es el momento de comportarnos como una persona feliz, pero no perfecta; comprometida con la excelencia y enfocada en hacer lo mejor posible día tras día.
Hoy compartiré trucos empresariales poderosos para eliminar gradualmente el perfeccionismo. Si pasas cada día pensando en cada detalle de tu producto o servicio ideal, probablemente sea porque lo quieres perfecto.
Ahí está el problema: hazlo simple y práctico. Así lo hacen las empresas farmacéuticas cuando lanzan al mercado una tableta de un antiinflamatorio AINES de 200 mg con una posología de tres tomas al día o cada ocho horas, y luego presentan la dosis única de 600 mg una vez al día. Lo mismo ocurre con las empresas de desarrollo de aplicaciones (Apps), que ofrecen versiones gratuitas con publicidad y limitaciones de uso para luego invitarte a adquirir la versión Premium sin anuncios.
¿Ves la simplicidad de todo esto? Me alegra, porque estos autoobstáculos —así llamo a la búsqueda constante de la perfección— nos impiden soñar, emprender, escribir un libro o iniciar un negocio. Empieza ya, da tu primer paso y considéralo tu primer borrador. Recuerda que estás construyendo un proyecto en evolución y que lo mejorarás día a día.
Esto te quitará la frustración, reducirá el estrés y la ansiedad, y te ayudará a hacer las cosas más fáciles y sencillas.
Considera tomarte un descanso de vez en cuando. A veces, lo mejor es distraernos cuando surgen pensamientos negativos o ganas de rendirse. Haz ejercicio, ve al gimnasio, nada en la piscina, sal a correr o anda en bicicleta. También puedes escuchar música, relajarte, visitar lugares que te apasionen como restaurantes o cafeterías y luego volver a analizar tu proyecto, decisión o tema con una nueva perspectiva.
Recomendarte evitar el perfeccionismo y predicar con el ejemplo es como aplicarte la ley del karma: “No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”.
La vida es extraordinaria y muchas veces nos pone ante situaciones de aprendizaje únicas. Solo por motivos nemotécnicos —y luego para que lo elimines de tu mente— te propongo este ejercicio:
Imagina esto: ¿qué harías si tu amigo o amiga te fallara terriblemente, te traicionara o te decepcionara? ¿Y si cometiera un error muy grave? Estoy seguro de que serías mucho más comprensivo con ellos que contigo mismo.
Es momento de cambiar. Este ejercicio nemotécnico te deja una enseñanza personal y empresarial clave: empieza a quererte, a amarte y a tratarte con la misma compasión con la que tratarías a los demás. Acepta el fracaso y los errores en ti como lo harías con los demás.
La próxima vez que sientas que el perfeccionismo te invade, recuerda que el Desafío de 28 días “Yes, I Can – Sí, Puedo” podría ayudarte a dejar atrás esos hábitos que se han convertido en un problema en tu vida. Realiza algunos de los ejercicios mencionados y explora los que se encuentran en los workbooks o cuadernos de trabajo.
Tómate el tiempo necesario para cambiar y reentrenar tu mente. No importa lo que te hayan dicho o lo que haya sucedido en tu pasado.
Es solo cuestión de perseverancia y práctica.
¡Disfruta y comparte esta receta saludable del café con Víctor Albán!