Esta es una de las recetas saludables más sencillas de todas: solo hay una forma segura de evitar las críticas, y es no hacer nada, no decir nada, no aspirar a nada, no ser nada.
No importa lo bueno que seas en tu trabajo o en lo que hagas. Siempre habrá alguien que te critique. Cuanto antes lo aceptes, mejor. Y cuanto antes aprendas a lidiar con ello, más saludable será. Algunas personas simplemente se alimentan haciendo que otras se sientan mal o atacando sus trabajos, o peor aún, su personalidad.
Muchas veces verás que son personas que nunca han hecho ni creado nada. No estoy diciendo que no debas escuchar los comentarios de los demás, sino que aprendas a distinguir entre la crítica constructiva y la destructiva. Revisa este capítulo en el libro Es tiempo de cambiar; te brindará autoayuda y te va a encantar.
Cuanto más discutas con esas pobres almas, más duramente te criticarán. No puedes razonar con ellas. Para ellas, es un juego. Están ahí para lastimarte. La mayoría de las veces, son personas que no han creado nada por falta de confianza en sí mismas. Así, eligieron el camino fácil: criticar a los demás.
Si les respondes o te ofendes por sus críticas, han ganado. Estás tomando en serio su opinión.
Para mí, son personas tóxicas, y no las quiero en mi vida. Simplemente ignóralas y no respondas a sus provocaciones. Responde: “Gracias, sí, lo sé, ok”.
Y probablemente esta sea la mejor manera de callarlas: darles la razón. Di: “Tienes razón, gracias”. Esa es la mejor forma de silenciar a tus críticos. No se lo esperan. Esperan que los contradigas, que te sientas mal, que te ofendas. Cuando estás de acuerdo con ellos, no saben cómo responder.
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