RECETA#6. Ser “sencillo” te hace grande y evita la falsa autoestima

Estos conceptos debemos diferenciarlos muy bien; tomémonos unos minutos para ello. Una cosa es la autoestima o autoconfianza real, y otra muy distinta es una actitud arrogante, egoísta, con tintes narcisistas, etc. Cuidado con estas diferencias, ya que son señales de una falsa autoestima, una falta de verdadera autoconfianza.

Proyectar una falsa autoestima no es más que una pretensión de la autoestima real; es un respeto falso hacia la imagen de uno mismo, que no corresponde con la realidad. Podemos interpretar esto como la ilusión de tener ciertas características deseadas: creernos un personaje o una celebridad no es lo mismo que proyectar nuestra verdadera autoconfianza y autoestima.

Creo que todos hemos vivido experiencias como estas. En algún momento, una persona —un compañero de trabajo, jefe o directivo— entra a la oficina o al salón de conferencias; o un invitado llega a una fiesta, una cena, una conferencia académica o al lanzamiento de un producto, y lo hace con atraso, “presumiendo” y deslizándose como, diríamos en la jerga de amigos, el actor principal: el pavo real.

Dicho en otras palabras: llegó el dueño, el gerente, el jefe de compras de la distribuidora farmacéutica o de la cadena de farmacias, el director del servicio médico del hospital, o el prescriptor más influyente del producto, la empresa que más servicios contrata mes a mes.

Esos comportamientos probablemente proyectan una autoestima sobredimensionada o exagerada. Son actitudes contrarias a una autoestima real y saludable. Incluso puedes evaluarlas y analizarlas contrastando con la realidad: datos de mercado, índices y volúmenes de ventas o compras, para tomar decisiones con mayor seguridad.

Considera que las personas con mayores niveles de autoconfianza y autoestima son, en su mayoría, personas humildes y sencillas: los verdaderos líderes de opinión. No necesitan mostrarse ni exhibirse.

Traigamos estos pensamientos a la vida cotidiana, a nuestra oficina o lugar de trabajo. Generalmente, la persona que actúa con una falsa autoestima lo hace para protegerse y disminuir la ansiedad de ser considerado equivocado, vulnerable o inexperto. También hemos visto esto en el silencio del “nuevo trabajador”: ese nuevo compañero o reciente contratación que, a través del silencio excesivo, intenta proyectar una falsa sensación de seguridad, cuando lo más recomendable es ser natural y sencillo.

Estoy seguro de que has vivido estas situaciones con compañeros de trabajo. Así buscan aliviar su necesidad de tener una autoestima real.

Entonces, quienes tienen una falsa autoestima se valoran a sí mismos de forma parcial y condicionada por sus logros o resultados, y no por lo que verdaderamente son. No observan ni disfrutan de su esencia.

Donde sea que estés desempeñando una función jerárquica, recuerda que todos somos reemplazables, pero nuestro estilo de dirección, nuestra comunicación y nuestra capacidad de transformar lo bueno en excelente, son nuestra marca personal. Esa es la diferencia. Esa es tu esencia, única e irrepetible en el mundo.

La verdadera autoconfianza y autoestima se basan en la realidad, en la vida diaria, en el desempeño y comportamiento. Se fundamentan en la sencillez, la humildad, el éxito cotidiano y las prácticas reales del día a día —ya sea en lo personal o profesional—, y no se pueden ocultar.

Estas experiencias, seguramente, las has vivido o al menos las has presenciado en personas cercanas a ti o en tu entorno laboral.

Es momento de promover la sencillez en la vida: eso es lo que verdaderamente te hace grande. Y esa grandeza es el resultado de tus capacidades, competencias y esfuerzo, del trabajo duro —el hard work—, día tras día.

¡Disfruta y comparte esta receta saludable del café con Víctor Albán!

Víctor Albán
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