Hoy en día, las presiones financieras, laborales, los presupuestos, los business plans, la rutina en las actividades de visita o cobertura médica, el merchandising farmacéutico, los eventos y demás tareas cotidianas, llevan a las personas a llenarse de preocupaciones y amarguras que terminan por convertirse en ese peligroso proyectil (bala) que será disparado a la mínima provocación, dejando como resultado corazones heridos, autoestimas y amistades lastimadas, relaciones quebrantadas, por mencionar solo algunos de los efectos colaterales de la palabra “proyectil”.
Te comparto esto porque nuestras palabras, a veces, son como un cuchillo que no perfora la piel, pero sí rasga el alma. Nemotécnicamente, las vamos a considerar como proyectiles (balas), disparados por un arma (nosotros), la misma que está cargada de proyectiles o bendiciones, y siempre lista para ser descargada en cualquier momento, haciendo víctimas a las personas que nos rodean.
Recuerda lo que hemos explicado en el libro Es tiempo de Cambiar – It’s time to Change: tus palabras tienen poder. Son proyectiles (balas) y no debes subestimar su impacto. Las palabras son como piedras lanzadas: una vez que salen de tu boca, ya no puedes detenerlas ni dar marcha atrás, y pueden causar dos cosas: beneficios o graves daños, y a veces situaciones irreparables.
Utiliza tus palabras para construir, para expresar tus experiencias. Recuerda que se convertirán en tus prácticas de vida. En algún momento de tu vida, ¿lanzaste una piedra en una protesta? Aún lo recuerdas, ¿verdad?
Estoy seguro de que en el transcurso de tu vida personal o laboral has vivido momentos en los que las palabras han causado mucho daño. Pero eso no es todo: el daño colateral de esas palabras dichas, o de aquellas que no fueron utilizadas en su debido momento, también puede hacerte daño a ti, aunque te calles. Sé muy observador contigo mismo y analiza cómo hablas contigo, independientemente de lo que pienses sobre ti.
Si en esa observación encuentras mucha autocrítica, quejas, juicios, comparaciones o auto-tortura, entonces hay mucho espacio para mejorar, crecer y CAMBIAR.
La mayoría de las veces, no eres lo suficientemente consciente ni cuidadoso al escuchar tu diálogo interno: esa vocecita que a veces es dulce y consentidora, pero otras es cruel y fría. Siempre está ahí dentro de ti y, sin darte cuenta, genera automáticamente juicios, críticas y opiniones sobre todo lo que sucede a tu alrededor.
Empieza a cambiar, y leer el libro Es tiempo de Cambiar te ayudará a enfocarte en lo positivo. Es un programa que contribuirá a que prestes mayor atención a autoescucharte, autoobservarte y notar cómo se manifiestan los resultados en tu día a día.
Realmente parece solo una pequeña voz en tu cabeza, una voz interior que en este momento acaba de preguntarte muy sutilmente: “¿De qué voz estás hablando?” Esa voz opina sobre todo lo que sucede a tu alrededor. Te cuestiona: “¿Qué es eso del CAMBIO? ¿Qué historia te estás contando ahora? ¿Qué cuentos son esos?”
Esa pequeña voz constantemente te dice cosas como que no eres lo suficientemente atractivo, que estás viejo, que hoy se notan más tus arrugas, que tu cintura ha aumentado; tal vez te dice que estás débil, que hoy no eres ágil, o que es un día perezoso. Y tú respondes a cualquiera de esos comentarios en modo automático: “Sí, es verdad” o “tienes razón”. Esa voz te pone en estado de impotencia ante circunstancias externas, como cuando dice: “Hoy va a llover mucho, mejor quédate en casa.” Y tú, ¿qué haces al respecto?
Así es como se ve tu mundo: tu día a día está influenciado por ese diálogo interno que convierte esas palabras en profecías autocumplidas, gracias a tu cooperación. ¿Te das cuenta de lo inteligentes que somos para sabotearnos?
Por eso, tu diálogo interno tiene un gran impacto en tu vida, en tus proyectos y en tu bienestar. Ten cuidado con cómo te describes. Nos podemos convertir en aquello que nos repetimos a diario. Las palabras silenciosas de tu diálogo interno son como las sugestiones que repite un hipnotizador durante una sesión.
Por otro lado, si dices que estás feliz, alegre, sano, bendecido o que te sientes bien, excelente y mejorando, también lo reflejarás.
Es tiempo de cambiar esas palabras que usas para hablar contigo mismo. Es tiempo de cambiar la forma en que lo haces. Es tiempo de cambiar lo que piensas de ti mismo. El CAMBIO impactará en cómo te sientes contigo, en cómo actúas y en los resultados que obtienes. También en la percepción que los demás tienen de ti.
Hagamos este ejercicio nemotécnico:
Estás desayunando en casa o en un hotel durante un viaje de negocios, preparándote para salir a la oficina. Sales de tu apartamento, tomas el ascensor hacia el estacionamiento y, al conducir tu auto para salir, notas que los vehículos que entran están completamente mojados. La lluvia acaba de comenzar a caer sobre tu coche.
Aparece esa voz interior que dice:
“¡Wuua! Está lloviendo muy fuerte”,
“Qué día más horrible será hoy”,
“En la oficina, con este clima, me dará sueño”.
Esa auto-conversación genera pensamientos que se convierten en una profecía, y se autocumple. Ya lo habíamos mencionado.
Gracias a tu cooperación, esto puede llevarte a la frustración y a la ira. Al conducir con estrés, tratando de llegar más rápido, usarás más el claxon, perderás la paciencia y quizás conduzcas de forma imprudente, exponiéndote a riesgos innecesarios.
Pero estas situaciones pueden cambiar. Y hoy es tiempo de cambiar.
Mira la sugerencia alternativa:
> <<< Apenas sales del estacionamiento y la lluvia empieza a mojar tu auto. OK, está lloviendo, ¿qué hacemos al respecto? Mejor aprovecharé este buen momento como pretexto para desviarme y comprar una taza de café bien caliente y una torta de naranja que tanto me gustan. Llevaré unas cuantas para compartir con mis compañeros en la oficina a la hora del descanso. Pasaremos unos minutos muy alegres, compartiendo un momento de relax, agradeciendo como lo hacen los agricultores cuando la lluvia riega sus cultivos tras una larga sequía. Será una mañana alegre para todos. Estoy seguro de que les encantará esta deliciosa torta. >>>
Generar este tipo de pensamientos positivos te llevará a acciones positivas, a una aceptación más saludable de las circunstancias y a disfrutar de la tranquilidad.
Cambia e incorpora una actitud más positiva y optimista, que te ayudará a cambiar de perspectiva y transformará tu día.
Utiliza pensamientos positivos que nutran tu autoconfianza y autoestima de forma consciente. ¿Qué tal estos?
“Excelente y mejorando cada día.”
“Me siento feliz siempre.”
“Me siento afortunado de poder disfrutar de mi familia.”
“Me quiero cada día más.”
“Quiero ser mejor cada día.”
“Mis amigos son un gran regalo de la vida.”
Recuerda que tu mente subconsciente no entiende la palabra “NO”.
Nuestra mente subconsciente procesa palabras como imágenes. Por ejemplo: si te digo “no pienses en un unicornio rosa”, tu mente acaba de imaginarlo. La palabra “NO” no aparece en la imagen mental.
Por eso, concéntrate en lo que quieres, pídelo, proclámalo y prepárate para recibirlo. Hoy puede ser el mejor día de tu vida. Solo necesitas una frase positiva en tu mente, y ella se encargará de atraer lo mejor.
Recuerda siempre: tus palabras y, especialmente, las preguntas que te haces, influyen directamente en tu realidad. En lugar de pensar: “Eso es imposible de lograr”, autopregúntate: “¿Cómo lo consigo? ¿Cómo lo logro?”
No importa en qué circunstancias te encuentres hoy: si te autopreguntas cómo, tu cerebro buscará una respuesta… y la encontrará.
Sí es posible cambiar tus resultados y tu historia de vida.
Solo necesitas modificar esos patrones, comportamientos, actitudes o pensamientos que están afectando tu existencia.
Hacerlo realmente puede cambiar tu vida.
Y hoy es tiempo de cambiar tu forma, tu estilo de lenguaje y la manera en que te comunicas contigo mismo.
Hazlo de manera positiva.
Haz preguntas diferentes, para obtener resultados diferentes.
¡Disfruta y comparte esta receta saludable del café con Victor Alban!