Durante la primera sesión de la Escuela de Educación Cívica para la Comunidad Hispana 2023, la concejal por el circuito de Davenport en Toronto, Alejandra Bravo, abordó el tema de la participación ciudadana y política de los latinoamericanos residentes en el país, enfatizando que a pesar “del alto nivel de compromiso social, sofisticación política, capacidad de entendimiento y análisis de nuestra comunidad, quizá lo que nos han faltado son los recursos para poder unirnos y trabajar”.
La treintena de miembros de la comunidad que participan en este programa de ocho semanas impulsado por el Consejo Canadiense para la Herencia Hispana (HCHC), tuvieron una visita guiada por las instalaciones de la Alcaldía Municipal de Toronto y luego mantuvieron una conversación muy franca e informativa con la única concejal de origen latinoamericano que hay en la municipalidad.
A su manera de ver, es “increíble con lo que nuestra comunidad puede contribuir. Es altísima la cantidad de personas que han mantenido luchas, que hacen trabajo social y poseen un compromiso social derivado de las vivencias en sus países de origen”, caracterizados -en su mayoría- por situaciones de inestabilidad política, económica y social.
Al ser consultada sobre el elemento diferenciador de la participación hispana en la política canadiense, la concejal sostuvo que el impacto real sería el aporte de todo el conocimiento inherente a la base social y política que la gente experimenta en carne propia, y lo que les ha legado a sus hijos.
A manera de ejemplo, recordó las expresiones de organización social latinas que tuvieron lugar a principios de los años 90 en la ciudad de Los Angeles, Estados Unidos, cuando se registraron fuertes hechos de violencia y anarquía entre comunidades de inmigrantes. En esa ocasión, fueron líderes latinoamericanos quienes proyectaron las diversas estrategias creativas para aminorar el conflicto.

“Y es que la tecnología de cómo organizarse en comunidades viene de América Latina, el trabajo de formar células de apoyo mutuo también se inventó en nuestros países. Es increíble su nivel de tecnología, metodología y pedagogía social. Esto es nuestro, y por eso tenemos que rescatarlo, promoverlo y levantarlo como algo que nos llena de orgullo”, agregó.
A su juicio, esto debe inspirar a los jóvenes para que se sientan orgullosos de la base cultural, la parte pedagógica y metodológica surgida en sus países de origen, la manera de formar una base colectiva y movilizar a la gente en procura de beneficios comunitarios.
“Lo que nos han faltado son los recursos para poder unirnos y trabajar”
Concejal Alejandra Bravo
“Además tenemos una diversidad increíble dentro de nuestra comunidad. Todos pertenecemos al mismo continente y tenemos una historia de colonización que nos acerca. Somos descendientes de españoles, pero también de portugueses y otros países europeos. También tenemos raíces indígenas y africanas, esa multiculturalidad que posee un origen común hay celebrarla y compartirla”, dijo.
Como hija de inmigrantes chilenos, la concejal Bravo menciona que su camino a la política fue más bien orgánico. “Yo comencé por fuera de un partido político, haciendo trabajo solidario y antirracista en los años 90. Mi familia y yo experimentamos mucho racismo por ser inmigrantes chilenos. Aunque esta situación no fue fácil, lo fantástico fue que tuve el legado de la generación de mis padres y pude asumir mi participación en la política con mucha responsabilidad”.
Dijo que su experiencia como líder en las juntas de padres de Davenport, en momentos en que “había que movilizarse porque el gobierno conservador estaba cerrando escuelas, cortando la educación, afectando especialmente a la población latinoamericana (…) me enseño mucho lo que significa ayudar a la gente a encontrar su propia voz. Hablen o no inglés, sepan o no cómo funciona el sistema, todos conocemos nuestra realidad, los desafíos que tenemos como familia, como comunidad, y para mí, asegurarme de que la gente tenga voz y la utilice es mi pasión”.
Además del tema de la educación de adultos, Bravo llamó la atención sobre lo que considera la mayor crisis de la comunidad en Toronto: la vivienda. “Hay personas que viven sin techo y que están en las calles. Eso no es aceptable en una comunidad tan rica como esta”. Mencionó que la falta de vivienda, tanto como los recortes que se hacen al sistema de transporte público afectan muy especialmente a los latinoamericanos.
Sobre la participación política de la comunidad, la concejal aseguró que la mejor preparación para hacer una campaña política es saber quién es uno y en que cree. En segundo lugar, olvidar que, por ser inmigrante, refugiado, o carecer de un determinado nivel educativo o currículo, no se puede participar.
“En los entrenamientos que hago con comunidades que están viviendo en situaciones marginales desde el punto de vista económico, y que no tienen acceso al poder, les digo que el trauma, la lucha diaria por sobrevivir, de ir a trabajar, criar a los hijos, ya de por sí supone una buena preparación política. Si uno realmente ha experimentado una lucha y la proyecta por el bien colectivo, entonces la gente confía en uno y lo apoya. Creo que el solo hecho de inmigrar ya de por sí es una gran lucha. Eso le da a uno una gran cantidad de autoridad moral para participar”, dijo.