Elaine Vilar: la literatura le ofrece al ser humano infinitas posibilidades de comunicación

Inmersa en la escala de grises dentro de la cual navegan historias heredadas de sus ancestros, pero que a su modo de ver nos permiten entender y aproximarnos a lo que somos como individuos, Elaine Vilar Madruga desnuda sus memorias a través de una escritura “hecha por mujeres, para mujeres y también para los hombres que nos leen” y que a través de ese ejercicio pueden entender esos espacios que también les estaban vedados, etiquetados por género, pero que ahora aparecen mixturados y convertidos en historias de seres humanos que quedan visibles en la literatura.

De esta manera, la galardonada escritora Elaine Vilar Madruga (Cuba, 1985) describe el universo que aborda como novelista, poeta y dramaturga, en sus más de 30 libros publicados en Cuba, Estados Unidos, Canadá, España, Chile, Francia, República Dominicana, Italia y México, que le han merecido más de un centenar de galardones internacionales.

Su escritura abarca una variedad de géneros que oscilan entre lo fantástico, el terror y la ciencia ficción, los cuales le sirven de marco para contar historias sobre mujeres, su sexualidad y cosmovisión en su contexto personal, sociocultural y político.

Vilar se desenvuelve entre Cuba, España y Canadá como escritora y profesora universitaria en periodismo y escritura creativa. Algunas de sus publicaciones más destacadas son “La tiranía de las moscas”, “Salomé” y “El cielo de la selva” (Lava, 2023).

Sobre estas y otras novelas, la escritora conversó con los asistentes al encuentro “La Tiranía de la Selva” celebrado el lunes pasado en la ciudad de Toronto, como parte del Ciclo de Narrativa Contemporánea organizado por la iniciativa cultural Inspirad@s.

Con un estilo comunicativo cercano y empático, Vilar aseguró que al igual que está sucediendo en otros ámbitos, la literatura se está reescribiendo para ofrecer infinitas posibilidades de comunicación.

“Esto es fabuloso, porque a las mujeres nos habían quitado la palabra o nos habían dicho que nuestras historias eran domésticas, de los espacios íntimos, y que no podíamos estar hablando mucho de eso porque a lo mejor no le interesaba a nadie”. De allí que lo contado eran mayormente historias épicas ocupadas por cuerpos masculinos, y desde sus voces, acotó.

Frente a ello, resuenan con fuerza las historias filtradas desde los fogones, de boca de los ancestros que han vivido para servir a sus familias en una suerte de “esclavitud amorosa”. Según la escritora, con estos relatos bien se podrían develar los misterios de quienes fueron enterrados con verdades no dichas y que, justamente por ello, “siguen vivos, latiendo y sufriendo”.

-La revelación de nuestros abuelos y bisabuelos, quienes fueron enterrados con secretos llevados a la tumba por cuestiones morales, por dolor o por el ¨bienestar¨ de la propia familia, nos lleva a los nietos y bisnietos a convertirnos en una especie de historiadores, inventores, ficcionalizadores de la realidad. Nos tocó un poco el oficio del desenterrador -y esto lo digo amorosamente- no solo para sacar lo sucio, sino también lo hermoso, de las historias de la familia.

Vilar se reconoce como una lectora apasionada y fiel oyente, quien entiende la literatura desde los fogones. “Desde niña me sentaba a escuchar las historias que mi abuela me contaba mientras cocinaba, en esos espacios que históricamente nos han dado a las mujeres y desde donde ahora estamos cocinando nuestras historias”, dijo.

La escritora confiesa que le interesan los temas que tienen que ver con la política, su crianza y su esencia. “Con la mujer que soy y las preocupaciones del cuerpo (…) En este momento de mi vida me doy cuenta que me preocupa mucho el tema de la maternidad, la biológica y la espiritual, y que me estoy acercando a los temas de la menopausia que están atravesando muchas de mis amigas. Esa urdimbre de tejidos maternales femeninos ha estado presente a lo largo de toda mi vida”.

Por otra parte, refirió que tras escuchar las historias de su abuela, quien desde hace cinco años decidió que era su hora de contar las verdades sobre las historias que han sido recontadas en su familia a lo largo del tiempo, comenzó a replantearse dónde empieza la ficción y la realidad de lo que se cuenta.

“Lo terriblemente hermoso es la poca o mediana fiabilidad de esas historias. Lo que queda son las cosas que los ancestros nos quieren contar a su manera, con sus ficcionalizaciones, omisiones y aportaciones. Por eso creo que cada que cada ser humano es un escritor en potencia, cada quien tiene el material para saber de dónde venimos y quiénes somos, acotó.

Agregó que el ser humano siempre tiene esa inquietud de saber dónde estamos y qué nos sustenta. El buscar nuestros orígenes es el disparador que nos permite ir a otros sitios, ampliar la comprensión “porque si no sabemos de dónde venimos, nos costará más trabajo saber a dónde vamos y quiénes somos”.

Agregó que la experiencia humana es universal y la literatura ayuda mucho al ser humano a entenderse, “porque cuando yo te cuento mi historia es seguro que va a tener algún punto de contacto con la tuya y, partiendo de ese principio, al conectarnos formamos una rama, la raíz del árbol que nos ayuda a construir una historia conjunta”.

Por ello insiste en que la labor del escritor no es la de entregar una historia completa, ni la del lector la de consumirla pasivamente. Lo ideal es que a mitad de camino “podamos encontrarnos en ese punto de la encrucijada y juntos construir el texto literario que un poco también es la vida”.

El cielo de la selva

Sobre su más reciente publicación, “El cielo de la selva” la escritora reveló que con esta novela se siente muy satisfecha no solo porque ha sido muy bien recibida por el público lector, sino porque con ella logró lo que se había propuesto, esto es, escribir una historia circular con múltiples puntos de vista, donde hablara de sus bisabuelas pero en una vertiente que no era realista, sino desde el punto de vista del horror.

Esta novela obtuvo el Premio Nollegiu a la mejor novela del año en español, fue elegida entre los 10 mejores libros del 2023 por Babelia, de El País, y también fue incluida en la Shortlist del Premio Finestres de Narrativa en Castellano, uno de los más importantes en España. Sus derechos han sido adquiridos por diversas editoriales a lo largo del mundo.

Sobre sus nuevos proyectos, adelantó que se encuentra escribiendo una novela muy ambiciosa, ¨La piel hembra¨ con la cual reescribe el canon de la figura Mariana y se estima que será publicada el próximo año en España.

“Confieso que esta novela se me ha ido de las manos. Es la más grande, tanto en pensamiento como en la complejidad del texto, y aborda la figura de María que espera durante mucho tiempo a un Mesías prometido”. En esta novela interactúan dieciocho personajes primarios que se debaten en los intríngulis de un mismo pueblo durante cuatro generaciones. Inicialmente estaba previsto que el texto fuese de 200 páginas pero ya alcanza las 600.

Canadá es mi otra casa

La escritora que estudió Dramaturgia y Música en La Habana, Cuba, actualmente se considera “una ciudadana el mundo con una identidad siempre en construcción que está a mitad de tiempo entre España, La Habana y Toronto”.  

Sobre su vinculación con Canadá, destacó que “gran parte del ser humano y la escritora que soy se lo debo, por ejemplo, a la ciudad de Toronto, donde llevo diez años viniendo. Canadá me brindó la oportunidad de abrirme muchas puertas intelectuales y tecnológicas que me fueron muy útiles en mi formación como escritora”.

-También considero un regalo inmenso de este país el haber aprendido otro idioma, una manera distinta de pensar, de manejar las economías y coexistir en un mundo multicultural, donde se respetan las diferencias y conviven tantos pensamientos distintos, acotó.

Sobre su legado, Elaine Vilar confesó que -aunque pueda parecer ambicioso- desea que su escritura perdure entre la buena literatura, pero nada le interesaría más que la parte humana sobreviva a la escritura.

Concluyó mencionando que como en los tránsitos por el mundo del arte “es muy fácil perderse uno mismo, contaminarse y que el alma se te llene de tristeza y de oscuridad” le gustaría ser recordada por sus seres queridos y la gente cercana, como un buen ser humano, que ama a los perros, que le encanta escribir, que pasó la vida viajando, bailando y disfrutando lo que hacía y que trata de hacer un poco de bien a los demás.

Mariela Gomez
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