Un espacio muy importante para visibilizar, dar a conocer mejor, e intercambiar múltiples conocimientos… así resumieron autoridades, maestros y participantes la celebración en La Habana del VII Coloquio Internacional Científico Técnico del Ron Ligero Cubano, un producto de más de 160 años de historia.
Del 11 al 13 de diciembre, el Colegio Universitario y lugares cercanos en el centro histórico de la capital de la mayor de las Antillas acogieron también a expertos, investigadores, vendedores, proveedores y distribuidores de la sede, Italia, España, Países Bajos, Francia y México.
Presentamos caminos, trabajos y tendencias, también aprendimos, todos ganamos con un encuentro muy positivo y que debemos mantener, afirmó en diálogo con el periódico Correo Canadiense la maestra ronera de Cuba Salomé Alemán, poseedora de esa categoría desde 2016.
A Alemán, trabajadora durante más de tres décadas y media en la occidental Ronera de Santa Cruz del Norte, provincia de Mayabeque, y demás integrantes del Movimiento de Maestros, que lidera Juan Carlos González, fue dedicada esta cita, a dos años de la declaratoria de los saberes de tales profesionales como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La elaboración del ron tiene en cuenta un conjunto de elementos que deben unirse para poder llegar a su calidad final, a todo lo que se transmite, hasta la venta mediante una marca determinada, explicó la especialista, quien defendió su labor de manera integral más allá del nombre de un producto específico.
Somos maestros del ron cubano aunque laboremos en una fábrica determinada, sabemos que el marketing es un tema complejo, pero nos toca velar por las interioridades de un producto lleno de historia, identidad y cultura, recalcó la autora de una de las más de 10 ponencias presentadas en el Coloquio, cuya primera edición aconteció en 2013 en Santiago de Cuba.
Junto a la parte académica, con reflexiones sobre el patrimonio, la publicidad, el patrocinio, la ciencia, la tecnología y las tradiciones vinculadas a la caña de azúcar, base fundamental para la creación de la mencionada bebida espirituosa, hubo degustaciones, competencias, presentaciones de nuevas propuestas y visitas a infraestructuras como el museo del Havana Club.
Ese ron, de gran fama dentro y fuera de la isla, y ganador de diversos premios en concursos a nivel mundial, propició el surgimiento en 1993 de Havana Club Internacional, empresa asociada a Pernod Ricard, de Francia.
Según Andro Abón, presidente de la Corporación Cuba Ron, organizadora principal del evento, resulta necesario defender esa cultura que nació en 1862 y llega hasta la actualidad gracias a buenas prácticas y sin descuidar la aplicación de la ciencia.
Nosotros somos depositarios de una tradición, de una herencia, recalcó el maestro ronero cubano Francisco Javier Sabat antes de destacar la importancia de enseñar a las nuevas generaciones de profesionales y ser ejemplo para todos.
Cuando conocí este mundo (unos 40 años atrás) me di cuenta de lo extraordinario que es, de lo infinitas que son las bebidas espirituosas; entonces me enamoré de una bodega de añejamiento y nunca más he podido salir de ella, contó este químico de formación y exprofesor en la provincia de Pinar del Río.
Opiniones similares a las últimas de Sabat también fueron escuchadas por Correo Canadiense de boca de algunos jóvenes, encargados de continuar una obra, como afirmaron, que se empeña en seguir adicionando éxitos.