TURISMO EN EL CARIBE: Las Islas Caimán y sus gigantescas esculturas que se esconden en las profundidades del mar

Las Islas Caimán son un Territorio Británico de Ultramar y ubicado al noroeste de Jamaica, entre la isla de Cuba y la costa de Honduras, en aguas del Mar Caribe. Considerada un paraíso fiscal, la economía de las Caimán es una de las más sólidas del Caribe. De las casi 40 mil compañías que se encuentran registradas en la isla 600 son bancos, los cuales manejan 500 mil millones de dólares estadounidenses en activos. El turismo también es otra importante fuente de ingresos y está orientado a viajeros de altos ingresos, principalmente del área de Norteamérica.

Una de las principales atracciones de Gran Caimán, la mayor de las tres islas, es Seven Mile Beach, con varios hoteles y centros turísticos. Los visitantes también son atraídos por lugares naturales como las Cuevas de Cristal o históricos como el Castillo St. James en BoddenTown. Las tres islas ofrecen extraordinarias oportunidades para el buceo. La Granja de las Tortugas es un centro turístico y de conservación ubicado en el distrito West Bay, que se ha convertido en un atractivo turístico, centro de investigación y un gran proyecto de conservación, así como la atracción más grande en tierra de las Islas Caimán, que acoge a más de 500.000 visitantes al año.De enero a septiembre del actual año las Islas Caimán recibieron 323.038 turistas de estancia y 930.621 cruceristas con el arribo de 296 buques-cruceros. Las visitas de enero a septiembre para este periodo se situaron en el 84% respecto al mismo periodo de 2019. Siendo los principales mercados, Estados Unidos 83,6% y Canadá 6,4%.Uno de los atractivos más grandes de la isla Gran Caimán, son sus gigantescas esculturas submarinas que decoran las profundidades de sus cristalinas aguas. “Anfitrite” es una pieza esculpida en piedra, que representa a una figura de la mitología griega, mide 2,7 metros de altura y desde hace décadas es visitada por buceadores y nadadores que se desplazan hasta el lugar. Curiosamente, “Anfitrite” comparte el mundo con “Princesa Esmeralda”: una escultura similar, ubicada desde 1989 en las profundidades del río Powell, en Canadá.“Anfitrite” surgió como un proyecto innovador, que se concretó en el año 2000, a 50 metros de la costa sureste de la isla de Gran Caimán, con el objetivo de sumar una escultura inédita al paisaje paradisíaco del Caribe. Su diseño en piedra, que se destaca por el nivel de detalles que incluye, estuvo a cargo de Simon Morris, un artista y experto buceador canadiense, quién se inspiró en una figura de la mitología griega fácil de identificar. De esta manera, quienes lleguen hasta la orilla de la playa Sunset House Resort e inicien un paseo guiado hasta el emplazamiento de “Anfitrite”, podrán contemplarla sin mayores esfuerzos. Según los turistas, la escultura de Anfitrite, que permanece en las profundidades del Caribe desde hace 23 años, es gigante. Y esta no es una ilusión óptica, ya que es una obra de arte de grandes dimensiones, emplazada en un sitio único. También a pocos metros de la costa de las Islas Caimán, en pleno corazón del mar Caribe, hay otra gigantesca estatua conocida con el nombre de “Guardián del Arrecife”, que sorprende a los buzos desde hace 9 años. Esta enorme escultura, que se colocó para transmitir un mensaje puntual, representa una figura mitológica y se puede visitar en diferentes paseos submarinos. La historia del “Guardián del Arrecife” inicia cuando el escultor Simon Morris, autor de “Anfitrite”, diseñó cada detalle de la pieza, que a su vez está relacionada con otras tres del mismo nombre. Una vez finalizado su trabajo, programó, junto a Nancy Easterbrook, el hundimiento de la enorme estatua, que llegó al lecho marino el 12 de abril de 2014. Una de las primeras sensaciones que transmite el “Guardián del Arrecife” es el asombro. Sucede que, con sus 5 metros de altura y 500 kilogramos de peso, no pasa inadvertido bajo el agua. Además, también sorprende con su diseño mitológico, mediante el cual se lo identifica como una figura que combina la impronta de un antiguo guerrero, que sostiene un cetro, con la de un caballito de mar.

José Luis Perelló Cabrera
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Investigador. Cátedra de Estudios del Caribe «Norman Girvan»

Universidad de La Habana