Al igual que en otros territorios coloniales españoles en el Caribe, a partir del siglo XVI se construyeron fortalezas como el Castillo de San Felipe en Guatemala, San Felipe del Morro en San Juan, el Castillo del Morro en La Habana y el Castillo de San Pedro de la Roca, Santiago de Cuba, entre los más representativos; declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El Castillo San Felipe del Morro, construido en el islote de lo que ahora es el Viejo San Juan comenzó en 1539 y terminó en 1790. Durante esos 250 años, El Morro de San Juan pasó de ser un promontorio montado con un cañón a una fortaleza de seis niveles diseñada para enfrentar a los atacantes que se acercaban desde el mar.
A media milla de la desembocadura de la Bahía de San Juan se encuentra otro fuerte más pequeño llamado Fortín San Juan de la Cruz, conocido como El Cañuelo. Cuando los barcos enemigos intentaban ingresar a la bahía, los dos fuertes creaban un fuego cruzado que los españoles utilizaban para defender a Puerto Rico de las invasiones de los británicos, holandeses y piratas. Debido a su ubicación geográfica como la más oriental de las islas españolas en el Caribe, San Juan fue considerada una ciudad-puerto y frontera, sirviendo de punto de escala, junto con La Habana, para las legendarias flotas españolas en sus viajes a las Américas. Las fortificaciones fueron construidas para proteger contra cualquier invasión que convirtiera San Juan en una base del enemigo para invadir y atacar otros pueblos y naves españolas.
En 1625, una flota holandesa forzó su entrada a la bahía, desembarcó y asedió El Morro. Las tropas españolas resistieron con tesón y obligaron a los holandeses a abandonar la ciudad, no sin antes saquearla y quemarla, incluyendo la residencia oficial del gobernador.
Los gobernantes y oficiales españoles comienzan en 1765 a transformar a San Juan en una de las plazas más poderosas de las Américas. A fines de la década de 1780, se habían terminado las modificaciones de El Morro y este había adquirido su forma actual. Ya se había concluido además la construcción de la muralla alrededor de la ciudad.
También se construyó el Castillo de San Cristóbal, fortificación más grande construida por los españoles en las Américas, con 450 cañones. Esta estructura fue construida para proteger la ciudad de ataques terrestres, a diferencia del Castillo San Felipe del Morro, que protegía la entrada marítima. Estos fuertes son parte del Sitio Histórico Nacional de San Juan y Patrimonio de la Humanidad desde 1983.
En 1890, Cuba y Puerto Rico eran las Colonias Españolas que quedaban en América. En 1898 la Guerra Hispano-cubana-americana, culminó con la batalla de la Bahía de Santiago de Cuba. El 12 de mayo de ese último año una flota americana, al mando del Almirante William P. Sampson, bombardeó San Juan y en julio de 1898, el colonizador Nelson Miles desembarcó en Guánica, al suroeste de la Isla borícua.
Mientras las tropas de los Estados Unidos avanzaban hacia San Juan, España se rendía y firmaba el armisticio, poniendo fin a la guerra de Invasión de los Estados Unidos y a los más de cuatro siglos de colonialismo español. El 18 de octubre de 1898 las defensas de San Juan fueron entregadas oficialmente al ejército de los Estados Unidos, iniciando un nuevo capítulo en la historia de los castillos del Viejo San Juan.
A partir de 1914, los castillos pasaron a formar parte del complejo militar “Fort Brooke”. Durante la Segunda Guerra Mundial, se construyeron puestos de observación y refugios subterráneos en los castillos de San Juan para la defensa del Caribe. Estas construcciones de hormigón, usadas hasta los años 1960, aún permanecen.
En 1961, el Ejército de los Estados Unidos se retiró de El Morro y lo pasó al Servicio de Parques Nacionales para establecer un museo. En 1983, El Morro y la ciudad amurallada del Viejo San Juan fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Hoy en día, el Castillo del Morro de San Juan es una de las principales atracciones turísticas de Puerto Rico, con exhibiciones de artículos de la época de la colonización usados por españoles, indígenas y africanos. Otras exposiciones muestran modelos de barcos, así como datos históricos de la época. Cerca de dos millones de visitantes exploran esta fortaleza cada año.
José Luis Perelló Cabrera
Investigador. Cátedra de Estudios del Caribe «Norman Girvan»
Universidad de La Habana