Esta nueva ruta de transporte conectará de forma más eficiente a Asia, Europa y América, reduciendo la dependencia del Canal de Panamá y optimizando el comercio entre Estados Unidos y México.
El megaproyecto mejorará la infraestructura ferroviaria, pero también modernizará puertos claves en México, como los de Coatzacoalcos y Salina Cruz. Con una inversión que supera los 120.000 millones de pesos, el corredor ofrecerá una plataforma para el desarrollo de zonas industriales y parques logísticos en la región, potenciando la economía mexicana y posicionándola como un punto neurálgico para el comercio internacional.
La construcción de este gran corredor está posicionada para transformar el comercio internacional. Con más de 300 kilómetros de vías férreas, este megaproyecto unirá los océanos Atlántico y Pacífico y 3 continentes. En lugar de depender de una sola ruta, el comercio global podrá contar con una vía adicional, lo que reducirá tiempos y costos de transporte entre Asia, Europa y América. Será clave para México y Estados Unidos en 2025.
El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec es un proyecto de infraestructura que unirá los océanos Pacífico y Atlántico mediante una red ferroviaria moderna que cruzará la parte más estrecha del istmo, ubicada entre los estados de Oaxaca y Veracruz. Con esta iniciativa, que conectará dos océanos y tres continentes, México busca diversificar su economía y ofrecer una ruta estratégica para el comercio de mercancías, colocándose como competidor directo del Canal de Panamá.
El proyecto contempla no solo la creación de un corredor ferroviario, sino también la rehabilitación de puertos, la instalación de infraestructura tecnológica con fibra óptica, y la construcción de parques industriales. Esto facilitará la circulación de productos entre Asia, Europa y América, ofreciendo una opción más rápida y económica para el transporte de bienes, y fortaleciendo la posición de México en las cadenas de suministro globales.
Este corredor tendrá un impacto significativo en el comercio internacional, y Estados Unidos se beneficiará directamente de su operación. Con la creciente tendencia del nearshoring, donde empresas estadounidenses que trasladen su producción a México, este megaproyecto será crucial para asegurar una logística eficiente entre ambos países y el resto del mundo.
Además, la diversificación de rutas comerciales permitirá que EE. UU. reduzca su dependencia del Canal de Panamá, una vía que, aunque eficiente, enfrenta limitaciones debido a su capacidad y el aumento de la demanda mundial. Con el Corredor Interoceánico, se agilizará el tránsito de mercancías, fortaleciendo la relación comercial entre Norteamérica y mercados en Asia, Europa y América Latina.
El proyecto estará completamente operativo en 2025, aunque algunas de sus fases ya están en marcha. Las autoridades mexicanas estiman que para ese año el corredor podrá mover más de 100.000 contenedores al año. Si bien la magnitud de esta cifra es menor en comparación con el Canal de Panamá, que genera más de 100 millones de dólares diarios, el Corredor Interoceánico será una opción competitiva y rentable.
Además de su contribución al comercio internacional, el megaproyecto traerá grandes beneficios para las economías regionales de México, especialmente en los estados de Oaxaca y Veracruz. La creación de empleos, el desarrollo de zonas industriales y la atracción de inversiones internacionales son solo algunas de las ventajas que esta obra aportará. Asimismo, México podrá consolidarse como un centro logístico clave en el continente, conectando directamente los océanos Atlántico y Pacífico.
Las 5 claves de este megaproyecto se resumen en:
• Conexión estratégica: El megaproyecto tiene como objetivo conectar el océano Atlántico y el Pacífico a través de un enorme corredor comercial. Esto facilitará la comunicación y el comercio entre tres continentes: América, Europa y Asia.
• Clave para EE. UU. y México: El corredor será fundamental para fortalecer las relaciones económicas y comerciales entre Estados Unidos y México, especialmente en el contexto de las cadenas de suministro globales y la creciente demanda de rutas comerciales más eficientes.
• Iniciativa a partir de 2025: Se espera que este megaproyecto esté en funcionamiento a partir de 2025, consolidándose como una ruta comercial crítica que aliviará la congestión actual en otras vías de transporte.
• Interés geopolítico: La infraestructura será clave no solo para el comercio, sino también para las estrategias geopolíticas, mejorando la posición de América en la competencia comercial global y potenciando las exportaciones e importaciones con Europa y Asia.
• Impacto en el desarrollo regional: Este proyecto promete generar un impacto económico significativo en las regiones por las que atravesará, impulsando el desarrollo local y la creación de empleos, al tiempo que incrementará la inversión extranjera en los países involucrados.
José Luis Perelló Cabrera
Investigador. Cátedra de Estudios del Caribe «Norman Girvan»
Universidad de La Habana