Sus impresionantes estructuras arqueológicas, su oferta gastronómica y los vibrantes mercados son algunos de los principales atractivos turísticos del sitio, que han sido incluidos en la lista de los 52 lugares a visitar este año por el diario estadounidense The New York Times. El reconocimiento coloca a este atractivo en el centro de la atención mundial, al destacar su valor tanto cultural como turístico, y posicionándolo como un espacio patrimonial que no solo preserva la historia, sino que también ofrece una rica experiencia contemporánea.
Ollantaytambo es un antiguo sitio arqueológico ubicado en el “Valle Sagrado de los Incas”, en la región de Cusco, Perú. Es conocido tanto por sus impresionantes ruinas como por ser uno de los pocos lugares en el país donde los habitantes actuales mantienen intactas las trazas del urbanismo incaico. El nombre proviene de “Ollanta”, un personaje de la mitología inca, y “tambo”, que significa lugar de descanso o estación de paso.
El complejo arqueológico es famoso por su majestuosa fortaleza, construida en la ladera de una montaña, que incluye grandes terrazas agrícolas, templos, plazas y una espectacular estructura de piedras gigantescas que aún desconcierta a los expertos por su exactitud en la talla y ensamblaje.
Entre las estructuras más destacadas se encuentran el Templo del Sol y las terrazas de cultivo, que no solo tenían un propósito estratégico y ceremonial, sino también agrícola.
Además de su valor histórico, es un importante centro turístico que atrae a miles de visitantes cada año. Los turistas no solo se sienten fascinados por su legado cultural, sino también por la belleza natural que lo rodea, incluyendo el río Urubamba. Ollantaytambo también ofrece una variedad de servicios turísticos, como hospedajes, mercados coloridos y restaurantes que permiten a los visitantes experimentar la vida tradicional andina, fusionando la historia con la cultura viviente del Perú.
La distinción de este sitio se debe a sus construcciones como “las ruinas libres de multitudes”, alojamientos sostenibles inspirados en terrenos glamping” y “restaurantes locales” que cuentan con los platos típicos de la región; ofrecen comida de la granja a la mesa, que rinde homenaje a las ofrendas de la tierra”. Además, destaca que las llamas se encuentren caminando de manera libre por las colinas, los paisajes y las tierras de cultivo, que son parte de este pueblo. A su vez, hacen mención al barril en una cervecería que ofrece sus bebidas elaboradas con las frutas de la localidad.

También se resaltan las costumbres que se vive en el lugar y sus hospedajes, precisamente, en El Albergue que tiene 100 años de antigüedad, pero permiten ser parte de la experiencia de “ensuciarse las manos en la granja” de maíz, quinua y papas.
Si bien Ollantaytambo es la ruta para llegar a Machu Pichu, una de las siete maravillas del mundo, este pueblo es imposible que no se encuentre dentro de los planes al momento de viajar a Cusco, debido a que sus construcciones incaicas te obligan a conocerla. El nombre se deriva del vocablo quechua que significa “lugar para ver hacia abajo”.
El cultivo que se observa y las grandes ruinas construidas muestran una impactante vista, considerándose como una de las mejores rutas. En este pueblo se puede visitar: Las ruinas de Ollantaytambo, Museo Catcco, Plaza de Armas, el pueblo, laguna Yanacocha, Camino del Inca y otros. Este pueblito es pequeño, por lo cual la visita se puede realizar a pie, pero con un guía.
El territorio también se divide en dos grandes sectores: ciudad y parques arqueológicos construidos en el reinado del inca Pachacútec. Ollantaytambo fue considerado distrito en enero de 1857. Tiene aproximadamente 11 mil habitantes dedicados al sector de turismo, ganadería y agricultura.

José Luis Perelló Cabrera
Investigador. Cátedra de Estudios del Caribe «Norman Girvan»
Universidad de La Habana