En Canadá, 173 mujeres y niñas murieron de forma violenta en 2021, de acuerdo con el Observatorio Canadiense del Feminicidio para la Justicia y la Responsabilidad (CFOJA, en inglés). La mayoría de estos casos se dieron en Ontario (52) y en Quebec (26).
Debido a que este problema se da en muchas familias latinas, CorreoTV entrevistó a Natalia Calderón, consejera de violencia contra la mujer y trabajadora de apoyo de transición y vivienda en el Programa de Violencia contra la Mujer del Centro para Gente de Habla Hispana, quien explicó por qué se sigue dando este problema y las alternativas que hay para romper el ciclo de violencia en el hogar.
La especialista explicó que los casos de violencia se continúan dando porque no se han roto las cadenas de violencia en los hogares y recalcó que aún persiste en muchas familias latinas un fuerte machismo impregnado en la educación, la religión y la cultura.
“Cuando hablamos de familias inmigrantes, son aquellas que vienen a Canadá pero traen consigo las bases que tienen en su país. En las mujeres inmigrantes, un tipo de abuso frecuente es cuando conocen a alguien por Internet y se trasladan a Canadá para vivir con esa persona. Ellas no hablan el idioma por lo que no están completamente informadas de las leyes. Sus parejas tampoco les explican cuáles son los derechos de las mujeres y los niños aquí, más bien las amenazan de que si no hacen lo que ellos les piden, las devuelven a su país. El lenguaje es algo que toman como ventaja las personas abusadoras acá en Canadá”, detalló la consejera.
La Organización Mundial de la Salud ha identificado la violencia doméstica como un problema mayor que afecta a millones de personas y puede tener consecuencias negativas inmediatas o a largo plazo con efectos sociales y económicos. Este tipo de violencia impacta en personas de todos los géneros, edades, estrato socioeconómico, razas, etnias y religiones. Sin embargo, las mujeres registran hoy las cifras más altas como víctimas de abusos en el hogar, mayormente perpetrados por hombres.
De hecho, en un reciente estudio del CFOJA se detalla que de los 173 casos de feminicidio en Canadá el año pasado, en 133 los acusados como causantes del crimen fueron hombres.
Las leyes canadienses prohíben explícitamente las manifestaciones de la violencia doméstica, pero a pesar de ello los reportes de la policía en 2019 develaron que las cifras de mujeres que experimentaron abusos en el seno de su hogar era 3.5 veces más alta que los hombres que sufrieron los mismos problemas.
Las mujeres migrantes son también blanco frecuente de este tipo de violencia de género y su condición les impide muchas veces acudir a buscar la ayuda necesaria por desconocimiento, temor o poco manejo del idioma. Sin embargo, en Canadá existen programas de apoyo a la mujer y sus hijos que enfrentan algún tipo de violencia intrafamiliar.

Para entender el problema en toda su magnitud, Calderón recordó que hay que olvidar el estigma de que el abuso son sólo golpes. “Hay maltrato sicológico, emocional, económico de mujeres que ponen a trabajar y luego les quitan todo su sueldo, sexual y físico. El abuso emocional o psicológico es precisamente cuando una persona le dice constantemente a otra que no tiene valor alguno, que se ve mal, que es inútil. Todo ello va creando inseguridad en la mujer y eso es lo que el abusador necesita: necesita poder sobre la otra persona”.
La especialista en violencia de género señaló que muchas veces las mujeres confunden el control al que son sometidas con muestras de amor, lo que dificulta que sean capaces de comprender la situación real en que se encuentran. En este caso se encuentran aquellas que, por ejemplo, piensan que los celos excesivos son muestras de afecto sin darse cuenta de que les van limitando de actividades como estudiar, trabajar o salir con sus amigas.
“Es muy difícil cuando uno llega a un país nuevo donde no habla el idioma, no sabe transportarse y a veces no tienen incluso acceso a Internet en sus hogares. También tenemos casos de hombres que han traído mujeres para solamente explotarlas sexualmente en los hogares”, dijo Calderón.
Una mano siempre dispuesta a ayudar
La oficina de Violencia contra la Mujer del Centro para Gente de Habla Hispana ofrece a la comunidad un servicio completamente gratuito, confidencial y en español.
“En nuestra oficina damos consejería de crisis vía telefónica y con cita. También tenemos talleres informativos y grupos de apoyo. Brindamos además orientación legal de familia que es un tema delicado cuando la pareja tiene hijos y necesita saber los pasos para la custodia, la manutención, la toma de decisiones legales. Por ejemplo, aquí en Canadá no existe el concepto de ´abandono de hogar´, uno de los principales temores de muchas mujeres latinas que acuden a nuestros servicios. Nuestro abogado de familia les explicará los detalles a aquellas mujeres que lo necesiten, aplicará la ley y las representará en la corte”, explicó la consultora a CorreoTV.
Otra útil alternativa que maneja la entidad es el trámite de subsidios de hogar para aquellas mujeres que decidan abandonar la vivienda que comparten con el abusador y no tengan a dónde ir.
“En Canadá todo el mundo tiene derecho a aplicar a subsidio de hogar. Mi tarea es para aquellos casos que necesitan prioridad. Esto comprende tres categorías: abuso doméstico, tráfico humano y personas que le quedan dos años de vida. En este proceso se tiene que hacer la aplicación general del subsidio, luego se hace la aplicación para prioridad especial donde se presentan las pruebas de que la persona convive con el abusador. Después esperamos a que aprueben el caso. El subsidio regular demora unos 10 años pero cuando se acepta una prioridad este tiempo se reduce a un año o un año medio”, detalló Calderón.
La especialista explicó que otra alternativa son los shelters o refugios para aquellas madres que deban abandonar su hogar porque su vida se encuentra en peligro. “Existe (el servicio de) Assaulting Women´s Helpline que es dónde se llama para conseguir un shelter especial para mujeres abusadas y sus hijos. Estos refugios tienen como característica que no se devela su ubicación para garantizar la seguridad de las mujeres y niños que ahí se encuentran. Allí compartirán una habitación con otra mujer, a veces contarán con una cocina común o recibirán los alimentos y realizarán actividades con las otras residentes”.
Ante la pregunta de cuándo sería el mejor momento para tomar la decisión de salir del hogar violentado, Natalia Calderón dijo que “una mujer debe abandonar una relación abusiva desde el primer golpe. Entiendo que a veces las personas desean conservar su hogar pero hay que salir de una forma segura. El mejor momento es cuando el abusador no está en casa para evitar los enfrentamientos. Debe asegurarse de tener consigo todos sus documentos y la ropa inmediata”, aconsejó la profesional para todas aquellas mujeres que se encuentren en una situación de violencia intrafamiliar y agregó que después de dejar la vivienda, la mujer podrá regresar acompañada de la policía a recoger sus demás pertenencias.
La especialista coincidió que sin duda aún falta mucha educación sobre esta problemática, tanto para hombres como para mujeres, pero que por lo pronto un primer paso es que se conozcan y se manejen todas las herramientas que existen para romper los ciclos de violencia en el hogar.
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Centro para Gente de Habla Hispana
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Email: ncalderon@spanishservices.org
(*) Nota realizada a partir de la entrevista de Isabel Inclán para CorreoTV. Vea la entrevista en el canal de YouTube de Correo Canadiense.