Granjeros de Ontario, unos de los más afectados por la pandemia del COVID-19, coinciden en que sin la mano de obra de los trabajadores agrícolas temporales prácticamente no podrían cultivar ni cosechar ni procesar su producción para consumo nacional y de exportación..
“Este año los jornaleros llegaron un mes tarde debido a la pandemia de COVID-19. Nos atrasamos en muchas cosas porque nos ayudan a la poda, el amarre, pero logramos ponernos al corriente”, dijo Israel Ornelas, propietario de la productora de uva para vino Reuther Farm en Niagara on the Lake.
En esta granja trabajan tres mexicanos y siete jamaiquinos, que ya lograron hacerse residentes permanentes. “Pese a la pandemia, no me fue necesario conseguir gente extra. Si no hubiesen venido los mexicanos no nos hubiéramos dado abasto”, agregó el empleador, quizá el único de origen latinoamericano.
Destacó la importancia de esta mano de obra calificada para las labores del campo: “Si la pandemia continúa y no pudiesen venir los jornaleros estaríamos en un gran problema porque no creo que haya canadienses dispuestos a hacer este trabajo por 14 dólares la hora aguantando el sol o el frío; si así fuera habría canadienses en los campos. Los mexicanos son buenos en el campo, saben el oficio”.
Poco más de 50 mil trabajadores migrantes en su mayoría de México, Guatemala y Jamaica vienen cada año a laborar a granjas canadienses, de costa a costa, en el cultivo de vegetales, frutas, flores, tabaco y más recientemente marihuana, legalizada en octubre del 2018.
Los migrantes agrícolas vienen bajo programas laborales bilaterales y son reclutados desde sus países de origen. Si bien es cierto que vienen a trabajar en forma legal y gozan de los beneficios laborales, también se ha criticado que el hecho de estar sujetos a un solo empleador los coloca en una situación de desventaja.
Hace unas semanas, el trabajador agrícola mexicano Luis Gabriel Flores Flores vino a Toronto a demandar a la granja Scotlynn Farms por 40,401.35 dólares. Apoyado por la organización proinmigrante No One Is Illegal, denunció que la granja lo despidió por denunciar ante los medios canadienses las mínimas protecciones que tenían contra el COVID-19, enfermedad de la que es un sobreviviente.
Más de mil jornaleros se han contagiado de COVID-19, según denunció Syed Hussan, director ejecutivo de Migrant Workers Alliance for Change, organización que exige el estatus migratorio para los trabajadores temporales.
Entre el 30 de mayo y el 20 de junio murieron tres trabajadores agrícolas mexicanos: Bonifacio Eugenio Romero, de 31 años, Rogelio Santos Muñoz, de 24 años y Juan López Chaparro, de 55 años, todos trabajadores de granjas en la zona de Leamington y Windsor-Essex.
Los canadienses no pueden
hacer este trabajo
La granja Andrews Scenic Acres, en Milton, Ontario, ha tenido por muchos años trabajadores agrícolas mexicanos, quienes comentaron que en general son bien tratados y que en esta pandemia están aplicando las medidas sanitarias correspondientes.
Esta granja de flores y frutas ha sido sede por muchos años de la tradicional “Elotada” del grupo Enlace Community Link, que realiza varias actividades para apoyar a los trabajadores mexicanos de Ontario. El año pasado la granja tuvo siete trabajadores mexicanos y esta temporada sólo cinco.
La representante de la granja, Lorraine Fiset, dijo que con el retraso de trabajadores debido a la pandemia trataron de que su personal canadiense hiciera las labores del campo, “pero el resultado no fue exitoso”.
“Los trabajadores agrícolas temporales son profesionales y eso quedó demostrado con esta pandemia”, aseguró. Si la pandemia continúa, la granja adelantó que pedirán que los trabajadores lleguen antes para poder sacar la producción en sus campos que ocupan una amplia área de 67 hectáreas.
En este mismo sentido, Ken Forth, presidente de Foreign Agricultural Resource Management Service, el organismo privado que coordina el requerimiento de estos jornaleros, y quien tiene una granja de brocoli con 17 trabajadores de Jamaica, se refirió a los jornaleros como trabajadores esenciales en esta industria.
“Si por el coronavirus no podemos cosechar nuestros cultivos, los cultivos se perderán. Si no hay trabajadores el próximo año, prepárense porque todo será importado. Eso se ve bien ahora, pero cuando el país de suministro envíe más de un barril, los precios serán muy diferentes a los de hoy. ¡Nuestras granjas se perderán!”.
La pandemia del COVID-19 ha puesto en evidencia las condiciones en las que laboran los más de 50 mil trabajadores agrícolas, de los cuales 27 mil son mexicanos. El gobierno de Canadá está siendo presionado por los defensores de los migrantes para que conceda la vía para que los trabajadores temporales del campo, considerados esenciales, puedan tener acceso a la residencia permanente
si así lo desean.
Israel Ornelas, propietario de Reuther Farm, con sus trabajadores
Fotos: isabel Inclán