Más de dos años después de culminar en Estados Unidos una polémica presidencia (2017-2021), Donald Trump vuelve a generar numerosos titulares de prensa, y disímiles voces dentro y fuera de ese país se preguntan si la justicia, esquiva en otras ocasiones, será ahora protagonista.
Al parecer, aquellos dos juicios políticos, de los cuales salió ileso gracias al apoyo de sus copartidarios republicanos en el Senado, no fueron suficientes como marcas negativas de un mandatario (aunque el segundo terminó cuando ya no estaba en funciones), y el otrora ocupante de la Casa Blanca tenía que seguir aumentado los registros de ese tipo.
Nunca antes en la historia norteamericana un ex jefe de Estado enfrentó cargos penales; pero con Trump cambió la realidad: el 4 de abril fueron de conocimiento público la acusación y los documentos judiciales vinculados a un nuevo caso en su contra.
Las imputaciones, presentadas en una corte de Nueva York, son el resultado de la investigación del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, sobre supuestos pagos a cambio de silencio.
Realizados durante la campaña de Trump en 2016 por llegar a la Oficina Oval, tales desembolsos fueron a parar a las manos de mujeres que confesaron haber tenido relaciones íntimas con el magnate inmobiliario, algo que él rechaza.
Además del proceso de Bragg, existen otros problemas potenciales para el expresidente, pues el fiscal especial Jack Smith impulsa una pesquisa acerca de su responsabilidad en los ataques contra el Capitolio federal el 6 de enero de 2021, como parte de un intento por desconocer los resultados de los comicios presidenciales de noviembre de 2020, ganados por el actual mandatario, Joe Biden.
Unido a ello, aparece un jurado investigador especial que terminó un análisis sobre los esfuerzos del exgobernante a favor de anular las referidas elecciones en el sureño estado de Georgia.
Particularidades de la nueva acusación
De acuerdo con los documentos de la acusación en la corte de Nueva York, Trump falsificó repetida y fraudulentamente registros empresariales de esa ciudad para encubrir una conducta delictiva que ocultó información perjudicial al público votante durante los comicios de 2016.
Medios de prensa, incluidos la televisora CNN, expusieron que cada cargo penal (34 en total) contra el expresidente se vincula con una entrada específica de los registros empresariales de la Organización Trump.
No se recrimina al exmandatario por violación de la ley electoral o una conspiración relacionada con esa supuesta conducta asociada a la campaña. Pero, afirmaron los reportes, la falsificación de registros empresariales es un delito grave si se adulteraron con la intención de cometer u ocultar otro delito.
Trump tenía la intención de defraudar y la intención de cometer otro delito y ayudar a ocultar su comisión, apuntó el fiscal.
A criterio de Bragg, los registros empresariales fueron falsificados en 2017 en aras de esconder una conducta delictiva relacionada con la campaña de 2016.
Según los documentos incriminatorios, el editor en jefe del tabloide National Enquirer se acercó al entonces abogado de Trump, Michael Cohen, poco después de que una grabación del programa televisivo Access Hollywood se hiciera pública en octubre de 2016, y le dijo al letrado que la actriz porno Stormy Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, afirmaba que tenía una aventura con Trump.
Cohen, agregan los textos, negoció con Daniels un pago de dinero para asegurar su silencio y evitar la divulgación de información perjudicial en las últimas semanas antes de las elecciones presidenciales de aquel año.
Trump supuestamente ocultó los pagos de reembolso a Cohen al marcar cheques mensuales destinados a “servicios legales”, en un trato que los dos concretaron en la Casa Blanca.
En opinión de los fiscales, Trump firmó de manera personal los documentos para devolver el monto a su abogado, incluidos 130 mil dólares de un acuerdo de confidencialidad con Daniels, y también decidió remunerar a Cohen con 35 mil dólares mensuales durante un año.
La declaración de los hechos, que acompaña a la acusación, precisa que en febrero de 2017 el acusado y el abogado se reunieron en la Oficina Oval y confirmaron el convenio de pago.
CNN recordó que Cohen reveló públicamente uno de los cheques de la suma referida mientras testificaba ante el Congreso en 2019 en un esfuerzo por corroborar su historia de que Trump desempeñó un papel en la coordinación y orquestación de la entrega del dinero a Daniels.
Cada cheque fue procesado por la Organización Trump y fue disfrazado como un pago por servicios legales prestados en un mes determinado de 2017 de conformidad con un acuerdo de retención, sostuvieron los fiscales.
Aseveraron que los documentos de pago, guardados y mantenidos por dicha entidad, eran registros empresariales falsos de Nueva York.
Por otra parte, dicha declaración sostiene que a finales de 2018 la editorial American Media, Inc., que publica el National Enquirer, celebró un acuerdo de no enjuiciamiento con la oficina del fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York en relación con el desembolso a Karen McDougal, otra mujer que supuestamente tuvo una aventura con Trump, lo cual él también niega.
Plantea que American Media, Inc. expresó a las autoridades que nunca tuvo la intención de publicar la historia de McDougal (modelo de Playboy) y le dio dinero a ella para que “no publicara acusaciones perjudiciales” sobre Trump antes de las elecciones presidenciales.
Asimismo, cita la declaración de culpabilidad federal de Cohen, la cual afirma que él trabajó bajo la dirección de Trump para arreglar el pago a las dos mujeres (McDougal y Daniels) y así evitar posibles historias dañinas.
Rechazo a los cargos y declaración de inocencia
Como era de esperar, el exmandatario se declaró inocente de los 34 cargos en su contra, y antes, de camino al juzgado, publicó en Truth Social: “Parece tan surrealista. Wow, me van a arrestar. No puedo creer que esto esté sucediendo en Estados Unidos”.
Todd Blanche, abogado del exgobernante, respondió a reporteros que era “un día triste para el país” y “no esperas que esto le pase a alguien que fue presidente”.
Una frase parecida a la expuesta en la mencionada red, aunque en pretérito, pronunció Trump a cientos de simpatizantes reunidos en su propiedad de Mar-a-Lago, Florida, horas después de la comparencia en Nueva York, sede de la próxima vista presencial el venidero 4 de diciembre.
El único crimen que he cometido es defender sin miedo a nuestra nación de quienes buscan destruirla, manifestó el aspirante a un segundo mandato presidencial en los comicios de 2024.
Subrayó que el proceso en su contra, al cual catalogó de falso, se presentó solo para interferir en esas votaciones y debe abandonarse de inmediato.
Prácticamente todos los que han analizado este caso, incluidos los republicanos solo de nombre e incluso los demócratas de línea dura, dicen que no hay delito y que nunca debería haberse acusado, recalcó.
También criticó a Bragg, quien a su criterio presentó “esta ridícula acusación”, y lanzó a la par ataques contra el juez supervisor Juan Merchan, alguien que, sentenció, “odia a Trump”.
En la lectura de cargos, Merchan pidió a las partes evitar las declaraciones que tengan el potencial de incitar a la violencia y a disturbios civiles o a perjudicar la seguridad y el bienestar de cualquier individuo.
No se involucren en palabras o conductas que pongan en peligro el estado de derecho, específicamente en lo que se aplica a los procedimientos en esta sala de tribunal, instó el juez de origen colombiano y calificado por observadores como duro, pero justo.
Ante este contexto y un posible desenlace desfavorable para Trump, surge la interrogante de si pudiera aspirar otra vez, la tercera, a la mansión ejecutiva.
Desde un punto de vista jurídico y teniendo en cuenta la Constitución norteamericana, cumple las tres condiciones para que pueda ser presidente nuevamente: nacer en Estados Unidos, residir allí al menos 14 años y tener 35 o más años de edad.
Sin embargo, deben estar sobre las mesas de análisis y discusiones otros argumentos de diversa índole. Casi todo indica que esta nueva historia dará paso a no pocos episodios.
Ya el diario The New York Times recalcó que un exmandatario estadounidense no se había enfrentado previamente a un conjunto de investigaciones federales, estatales y del Congreso tan amplio como el actual.
Quizás, reflexionó el medio, son las consecuencias de una carrera empresarial y, al final, política, que Trump ha vivido al límite o tal vez por encima de cualquier límite.