Haití. Crisis múltiple, violencia e inestabilidad política

En la madrugada del 7 de julio de 2021, cuando su esposo fue abatido a tiros en un magnicidio que dejó sumido a Haití en una mayor espiral de violencia y caos político, Martine Moïse también recibió varios impactos de balas, pero logró sobrevivir a la que ha sido descrita por sus abogados como “la noche más traumática de su vida”.
Dos años y medio después, cuando continúan las investigaciones sobre el asesinato del expresidente Jovenel Moïse, la viuda aparece entre una lista de medio centenar de personas acusadas por el crimen, el cual fue ejecutado por un comando fuertemente armado que incluía en su mayoría a mercenarios colombianos.
Así se recoge en un documento de 122 páginas elaborado por Walther Voltaire, el juez que preside la pesquisa sobre el deceso del exmandatario.
Ese material, fechado el último 25 de enero y que fue filtrado a varios medios de prensa el 19 de febrero, refleja que junto a la señora Moïse resultaron imputadas otras 50 personas, entre ellas 17 colombianos, el ex primer ministro de Haití Claude Joseph y el exjefe de la Policía Nacional León Charles, quien actualmente es el representante permanente del país caribeño ante la Organización de Estados Americanos.

MAGNICIDIO EN PAÍS CAÓTICO
Para el momento del asesinato de Moïse, Haití ya sufría una prolongada crisis política, económica y de violencia de pandillas, en medio de la cual el expresidente era una figura profundamente impopular, acusada de corrupción y comportamiento dictatorial, que además se encontraba en pugna abierta con el poderoso sector privado, de acuerdo con reportes de la agencia Prensa Latina.
Durante al menos tres años, decenas de miles de personas se manifestaron continuamente en contra de su gestión, y al final de su existencia contaba con muy pocos aliados.
Sin embargo, el crimen no trajo ningún bienestar a un territorio golpeado por la inseguridad, la pobreza y la inestabilidad política, pues desde entonces todos esos problemas se agudizaron aún más. Mientras tanto, las investigaciones en torno al magnicidio y sus responsables se fueron dilatando sin respuestas claras.
De hecho, la pesquisa estuvo paralizada durante meses. Antes de la designación de Voltaire al frente de las indagaciones, otros cuatro magistrados estuvieron encargados del caso, pero todos ellos renunciaron por diversos motivos, entre ellos el temor a ser asesinados.
Ahora, según la orden atribuida a Voltaire, existen cargos concordantes y pruebas suficientes para justificar la responsabilidad en los sucesos que se les atribuyen a los 51 acusados, quienes son remitidos “al Tribunal Penal, reunido sin asistencia de jurado, para ser juzgados por los hechos de asociación para delinquir, robo a mano armada, terrorismo, asesinato y complicidad en asesinato, delitos cometidos en perjuicio de Jovenel Moïse”.
En el caso específico de Martine Moïse y Claude Joseph, enfrentan los cargos de complicidad y asociación criminal, en tanto sobre León Charles pesan las imputaciones más graves: homicidio, intento de homicidio, posesión y portación ilegal de armas, conspiración contra la seguridad interna del Estado, y asociación delictiva.
El texto, citado por agencias de prensa como EFE y AFP, incluye parte del testimonio gráfico de la viuda, en el que ella relata cómo, mientras “perdía mucha sangre” y la daban por muerta en el suelo del dormitorio de la pareja, le susurró al presidente que intentaría conseguir ayuda médica, solo para darse cuenta de que él ya había fallecido.
De acuerdo con el informe del juez, las declaraciones de la mujer “están tan plagadas de contradicciones que dejan mucho que desear y la desacreditan”.
En particular, el reporte menciona su afirmación de que intentó ocultarse debajo de la cama, al explicar que, “tal y como está hecho ese mueble, ni siquiera una rata gigante, de entre 35 a 45 centímetros, puede meterse debajo para esconderse”.
PBY&A, el bufete de abogados que representa a Moïse, insistió en declaraciones a la cadena CNN que la ex primera dama es inocente, al manifestar que ella no tuvo ninguna motivación para el ataque y su inclusión entre los acusados se basa supuestamente en su recuerdo imperfecto de la traumática noche.
No hay ninguna base de hecho o de derecho para que sea acusada de este delito y su inclusión es una vergüenza que pone aún más en duda la legitimidad del actual Gobierno haitiano, añadieron los letrados de la viuda, quien tras el crimen se refugió en Florida, Estados Unidos.
Por su parte, en una declaración emitida tras divulgarse el contenido de la orden judicial, Joseph negó su implicación en el homicidio y acusó al actual primer ministro haitiano, Ariel Henry, de “militarizar el sistema judicial haitiano” y de usarlo como arma para perseguir a opositores políticos como él.
Según la agencia AP, entre las personas señaladas por el asesinato se encuentran también Christian Emmanuel Sanon, un pastor que se consideraba a sí mismo como el próximo presidente de Haití y que dijo que pensaba que Moïse sólo sería detenido; Joseph Vincent, un ciudadano de nacionalidades haitiana y estadounidense; y John Jöel Joseph, un exsenador haitiano.
Ellos tres fueron extraditados y los dos últimos condenados a cadena perpetua en Estados Unidos, donde un total de 11 sospechosos enfrentan cargos federales relacionados con el magnicidio.

PANORAMA DESOLADOR
Varios medios de prensa consideran que las acusaciones difundidas esta semana podrían desestabilizar todavía más a Haití, país que continúa bajo una violencia extrema que llevó a contabilizar casi cinco mil asesinatos y dos mil 500 secuestros en 2023.
En la nación caribeña, que comparte con República Dominicana la isla de La Española, los grupos armados controlan tres cuartas partes de la capital, Puerto Príncipe, mientras las fuerzas políticas parecen ignorar las cifras relacionadas con la violencia y rechazan alcanzar un acuerdo para mejorar la situación.
Un artículo de Prensa Latina detalla que, barrios otrora considerados seguros como Carrefour Feuilles, Solino, Tabarre, Petion Ville o zonas de Delmas, se unieron a la cada vez más larga lista de lugares bajo la influencia de las pandillas, lo que lleva a un éxodo descontrolado en esos sitios.
También durante el segundo trimestre de 2023 emergieron grupos de defensa barrial que ejecutaron a presuntos miembros de pandillas y permitieron recuperar áreas donde las bandas fueron incapaces de asentarse.
En ese contexto, más de 300 supuestos pandilleros murieron como consecuencia de las ejecuciones extraoficiales, pero expertos alertan que las brigadas de autodefensa podrían ser el inicio de nuevas pandillas.
“Estoy consternado por el alarmante grado de violencia cada vez mayor de los actos perpetrados por las bandas, que devastan la vida de los haitianos, en particular en Puerto Príncipe”, denunció recientemente el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres.
Un informe presentado a principios de febrero por la organización Défenseurs Plus indicó que la situación no mejoró en el primer mes de 2024, cuando se registraron 213 homicidios y casi 70 secuestros solamente en el área capitalina. Allí, los ataques con armas de fuego también dejaron un número considerable de heridos de bala, y se contabilizaron además decenas de casos de violación y robos a mano armada.
El colectivo de Défenseurs Plus pidió al Gobierno de Henry tomar medidas para garantizar la seguridad ciudadana, pues todos esos hechos constituyen violaciones flagrantes de los derechos humanos.
Al mismo tiempo, el Programa Mundial de Alimentos advirtió en enero que la situación alimentaria es alarmante en Haití, donde alrededor de 8,2 millones de personas presentan dificultades para acceder a productos básicos. Ello se debe a que, si bien hay alimentos disponibles en todo el país, muchos haitianos están imposibilitados de adquirirlos debido al alza de los precios de la comida.
La semana pasada, el presidente de República Dominicana, Luis Abinader, lanzó un llamado de auxilio en el Consejo de Seguridad de la ONU para “salvar a Haití” de la ola de violencia que lleva a miles de personas a escapar, sobre todo hacia el territorio vecino.
“Evitemos que Haití termine arrasado por el caos y la anarquía, no permitamos que la crisis que allí se vive se expanda por toda la región”, expresó el mandatario en la sede del organismo en Nueva York, e instó a las demás naciones a concretar las promesas de ayuda realizadas con respecto a ese país.
“República Dominicana luchará con todas sus fuerzas para evitar ser arrastrada al mismo abismo que Haití. Nuestra consigna, de hoy en adelante, será: ¡O luchamos juntos para salvar a Haití o lucharemos solos para proteger a República Dominicana!”, advirtió Abinader.

José Oscar Fuentes
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