Más de la mitad de los habitantes de Guatemala viven en situación de pobreza, un panorama complejo que se ha mantenido casi invariable en la última década, mientras ese indicador se combina con fuertes desigualdades económicas entre los diferentes territorios del país centroamericano.
El pasado 21 de agosto, el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi 2023) la cual arrojó que 9,7 millones de guatemaltecos se encuentran en la pobreza, una cifra equivalente al 56 por ciento de la población total.
Dicho dato representa solamente una ligera disminución con respecto a 2014, cuando ese indicador era del 59 por ciento.
También hubo decrecimiento en lo relacionado con la cifra de personas en pobreza extrema, que pasó de 23,4 por ciento hace 10 años a 16,2 por ciento en la actualidad. Sin embargo, el medio local República indica que los cambios en la metodología para medir este tema hacen que los valores no sean comparables en el tiempo.
De cualquier modo, aun cuando las reducciones sean reales, los números actuales significan que 2,8 millones de guatemaltecos son pobres extremos, con el problema mucho más acrecentado en algunos lugares del país: en departamentos como Alta Verapaz y Quiché, nueve de cada 10 personas son pobres, mientras en Huehuetenango, Baja Verapaz y Jalapa, el porcentaje está entre el 80 y el 81, advirtió el periódico La Hora.
En el extremo contrario, Guatemala (21,6 por ciento), Sacatepéquez (38,7) y Escuintla (39,1) son los departamentos que muestran la cantidad más baja de personas en esa situación, como reflejo de una desigualdad que se expresa también entre el escenario rural, donde el 66,3 por ciento de los residentes son pobres, y el urbano, con tal indicador en 46,6 por ciento.
De acuerdo con La Hora, estos datos podrían reflejar el fracaso en cuanto a las políticas para combatir el flagelo, pues en los 10 años transcurridos desde la Encovi 2014 se han implementado múltiples programas, supuestamente, en favor de las clases más desposeídas, así como para disminuir la desnutrición.
El medio revisó los presupuestos del Ministerio de Desarrollo Social durante esa década y constató que la institución dispuso de 18 mil 720 millones de quetzales (unos dos mil 417 millones de dólares), el 42 por ciento de los cuales se utilizó en iniciativas contra la pobreza.
LOS RETOS DEL ACTUAL GOBIERNO
Cuando el presidente Bernardo Arévalo asumió las riendas del país en enero pasado, medios de prensa locales y foráneos mencionaron a la pobreza como uno de los principales desafíos a enfrentar por el gobernante, quien tiene además como obstáculo los altos niveles de corrupción registrados en la nación centroamericana.
En abril el jefe de Estado presentó una iniciativa intersectorial llamada Mano a Mano con ocho entidades implicadas en reducir la pobreza y la malnutrición en territorios priorizados, y en ese momento se comprometió con acciones concretas y perdurables que transformen la realidad de todos los pueblos de Guatemala.
“Sabemos que la verdadera grandeza de una sociedad se mide por cómo protege y promueve el bienestar de sus miembros más vulnerables y que aún tenemos un largo camino por recorrer y una deuda histórica que saldar”, manifestó entonces.
Al recibir oficialmente este mes los datos de la Encovi, su vicepresidenta, Karin Herrera, destacó que esas cifras actualizadas son indispensables para la construcción de proyectos que respondan efectivamente a las necesidades de la población, así como para focalizar y utilizar los recursos en favor del desarrollo nacional.
El actual Gobierno tiene más de tres años, hasta 2028, para tratar de que sus iniciativas en la materia realmente den frutos y reduzcan de forma considerable las alarmantes cifras de pobreza.