Bolivia, ¿unidad o división?

 Como un gesto para evitar la fragmentación del voto de izquierda y frenar el avance de la oposición ha sido interpretado por algunos sectores el anuncio del presidente boliviano, Luis Arce, de no postularse a la reelección en las elecciones del próximo 17 de agosto.

    Para otras voces, el mensaje del mandatario, transmitido desde la sede del Gobierno en La Paz, refleja un contexto crítico entorno a la administración y expone las divisiones dentro del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), antes liderado por el otrora jefe de Estado Evo Morales.

    Arce justificó su renuncia de cara a la consulta en las urnas con un discurso enfocado en la unidad y la defensa del Estado Plurinacional al advertir sobre los riesgos de una derecha que, según él, busca desmantelar los logros del proceso de cambios.

    “No puede ser nuestro destino el dividirnos, pelearnos y ser derrotados”, apuntó el gobernante en un llamado a cerrar filas junto a un candidato con mayores posibilidades de victoria y como crítica a un proyecto que calificó de “fascistoide”.

    FRACTURA DEL MAS-IPSP

    Según analistas, el Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos atraviesa una marcada crisis interna y sus divisiones han dispersado el voto de izquierda en beneficio de una oposición diversa, pero capaz de capitalizar el desgaste gubernamental.

    Así, agregan, Arce reconoció el peligro y en una decisión pragmática o calificada de retirada forzosa, según disímiles evaluaciones, cedió su espacio en el actual escenario político.

   Sin embargo, su pedido de unidad no fue neutro, pues cuestionó directamente a Morales al recordarle que “constitucionalmente no puede ser candidato” en referencia a los límites de reelección y estimó que su insistencia solo favorecería a la derecha.

   También, instó a Andrónico Rodríguez, presidente del Senado, a liderar un frente unido y subrayó que la cohesión no debe ser meramente formal, sino programática y electoral.

    APOYO A EVO    

   La reacción de los seguidores de Morales no se hizo esperar, y dirigentes del Trópico de Cochabamba, bastión político del exmandatario, anunciaron una marcha hacia La Paz para exigir su inscripción como “candidato del pueblo”.

    Vicente Choque, uno de sus líderes, acusó al Órgano Electoral de buscar “mecanismos sucios” para inhabilitarlo, mientras el diputado Gualberto Arispe comparó la exclusión del exgobernante con la alternativa de impedir que “el mejor jugador” participe en un campeonato.

    Para quienes respaldan a Morales, la legitimidad de las referidas elecciones depende de la participación de su líder.

   En tanto, medios de comunicación masiva expusieron que la amenaza de no reconocer los comicios si Morales queda fuera evoca los conflictos postelectorales de 2019 y plantea un contexto de ingobernabilidad.

   ¿CANDIDATURA ÚNICA DE IZQUIERDA?

   La exhortación de Arce a la unidad es, en teoría, lo que el MAS- IPSP necesita para conservar el poder, pero la realidad resulta más compleja, subrayan informaciones periodísticas.

   “Reafirmamos nuestro compromiso con una unidad verdadera y transparente, construida de cara al pueblo y no mediante pactos oscuros o acuerdos a espaldas del pueblo”, escribió Rodríguez en su cuenta en la red social X.

     El dirigente, del sector cocalero del Chapare, en Cochabamba, consideró que hoy es necesario un cambio al que definió como radical.

   Lamentablemente, expuso, las extralimitaciones, el abuso del poder, los casos de corrupción, los hermanos campesinos encarcelados, las acusaciones y ataques incesantes, la división de organizaciones sociales y las movilizaciones a favor y en contra han erosionado la credibilidad orgánica, política e institucional y en consecuencia nos han llevado a una profunda crisis económica.

   Frente a este contexto, recalcó, mantendremos firme nuestra consecuencia y coherencia política, haciendo un llamado sincero a la unidad del bloque nacional popular, apelando principalmente a nuestras organizaciones y sectores sociales antes que a una dirigencia política que ha perdido conexión con las bases.

    Con poco margen a las dudas, como sostienen diversos criterios, la izquierda debe superar los problemas y así evitar la irrelevancia en la cual puede quedar más allá del discurso antiimperialista de Arce y la alerta sobre el saqueo de recursos naturales del país.

    El desafío inmediato ante el avance de la oposición está planteado.

José Oscar Fuentes
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