AGNU. Desafíos expuestos, ¿soluciones acordes?

   Como es costumbre año tras año, distintas posiciones, retos y sugerencias a la hora de enfrentar los múltiples desafíos del mundo actual encontraron espacio otra vez en la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), cuyo 78 periodo ordinario de sesiones se celebró la semana pasada y el martes último en Nueva York.

    A juicio de muchos, las críticas realizadas por una gran cantidad de oradores resultan muy necesarias y evidencian la importancia de encontrar soluciones a enormes problemas relacionados con la supervivencia de la especie humana, llamada a transformar la presente situación de incertidumbre.

   Otras voces, quizás contagiadas de altas dosis de escepticismo y malestar, calificaron el encuentro como un momento de pura retórica y carente de propuestas concretas y viables destinadas a enfrentar los desafíos en medio de disímiles adversidades a nivel nacional y global.  

   Para un tercer grupo, sin menospreciar los esfuerzos individuales y conjuntos todavía hay tiempo de ejecutar los cambios que demandan el orbe y las entidades internacionales en un contexto de paz y estabilidad, el cual debe preservarse a favor de las generaciones presentes y futuras.

AGNU

   El debate anual de la AGNU representa la actividad principal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en ella intervienen los 193 Estados miembros mediante sus presidentes, primeros ministros, cancilleres, otros altos funcionarios o jefes de delegación.

   Las agrupaciones regionales no participan de manera directa, pero muestran las posturas de los integrantes propios en el foro que es considerado la cúspide de la diplomacia mundial.

   Este 2023, según datos oficiales, la cita acogió a 88 presidentes (la más numerosa de la historia), 42 jefes de Gobierno, cuatro viceprimeros ministros y otros 50 oradores, y acontecieron un centenar de eventos paralelos y dos mil encuentros bilaterales.

   Además, 21 mujeres hablaron al auditorio y los discursos más largo y más corto correspondieron, de manera respectiva, a las delegaciones de Burkina Faso y Ruanda.

   Unos 13 mil representantes y diplomáticos llegaron a la sede de la ONU en Nueva York y dos mil 500 periodistas ofrecieron cobertura informativa

   Para la subsecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, el debate habría tenido un impacto más tangible con la participación de los mandatarios de China, Francia, Rusia y Reino Unido, miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

    En la inauguración del segmento de alto nivel el pasado 19 de septiembre, el presidente de la AGNU, el trinitario Dennis Francis, instó a la unidad entre los países en el convencimiento del propósito común y la solidaridad de la acción conjunta, y consideró que el orbe posee las fortalezas para efectuar transformaciones.

   A pesar de los muchos y complejos desafíos que enfrentamos, tenemos la capacidad de efectuar cambios trascendentales. Lo que nos falta es la voluntad de actuar, consideró.

   Dejando a un lado nuestras diferencias y superando las brechas, podemos brindar, debemos brindar paz, progreso, prosperidad y sostenibilidad para todos, en todas partes. Así que demos un paso al frente y actuemos ahora, exhortó.

   Francis se refirió a retos de marcada magnitud como las guerras, el cambio climático, la deuda, la crisis alimentaria y la pobreza, temas también comunes en discursos siguientes al igual que la demanda de reforma de la ONU y las modificaciones del orden internacional y de la arquitectura financiera global.

   Sobre los últimos asuntos, el secretario general de la ONU, António Guterres, reiteró que es hora de renovar las instituciones multilaterales basadas en los principios económicos y sociales del siglo XXI.

   El planeta necesita realidades políticas arraigadas en la equidad, la solidaridad y la universalidad, a tono con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional, expuso.

   Agregó que eso significa reformar el Consejo de Seguridad y rediseñar la arquitectura financiera global para que sea verdaderamente universal y sirva como red de seguridad para los países en desarrollo con problemas.

   Por otra parte, reconoció que las divisiones se amplían dentro de las naciones con la democracia amenazada y el autoritarismo continúa en marcha.

   Las desigualdades son crecientes y el discurso de odio va en aumento, frente a todos estos desafíos y más, el compromiso se ha convertido en una mala palabra, advirtió el diplomático de origen portugués.

    También se refirió a una presión sin precedente sobre la paz y la seguridad lo que demanda mayor prevención mundial y el aprovechamiento de la capacidad y el poder de convocatoria de las Naciones Unidas y los buenos oficios para salvar las divisiones geopolíticas.

    De acuerdo con Guterres, se requieren nuevos marcos de gobernanza para los países emergentes ante amenazas como la inteligencia artificial y los letales sistemas de armas autónomas que funcionan sin control humano.

   Al esbozar otros problemas, incluyó los discursos de odio, la desinformación y las teorías de la conspiración en las redes sociales.

VOCES LATINOAMERICANAS

   El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, invitó a la ONU a cumplir su papel de constructora de un mundo más justo, solidario y fraterno, y solo lo hará, explicó, si los miembros tienen el valor de proclamar su indignación con la desigualdad y trabajar incansablemente para superarla.

   Refirió que hace 20 años, cuando habló en este espacio por primera vez, el mundo aún no se había dado cuenta de la gravedad de la crisis climática, pero actualmente, agregó, “llama a nuestras puertas, destruye nuestras casas, ciudades y países, mata, e impone pérdidas y sufrimientos a nuestros hermanos, sobre todo a los más pobres”.    

   Señaló que el hambre afecta a 735 millones de seres humanos que “dormirán esta noche sin saber si tendrán algo de comer mañana”.

   Por otra parte de su alocución, Lula ratificó que Brasil seguirá denunciando medidas adoptadas sin amparo en la Carta de la ONU, como el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por Estados Unidos y la decisión de Washington de incluir a ese país caribeño en un lista como supuesto patrocinador del terrorismo.

El rechazo al referido bloqueo estadounidense estuvo presente en disímiles intervenciones, incluidas las de los mandatarios de Argentina, Alberto Fernández; Colombia, Gustavo Petro; Honduras, Xiomara Castro; Chile, Gabriel Boric; y Bolivia, Luis Arce.

    Quiero reafirmar también los legítimos derechos de Argentina sobre las Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes. Forman parte de nuestro territorio nacional y se encuentran ocupados ilegalmente por Reino Unido desde hace casi dos siglos, precisó Fernández.

    Aseguró que, de conformidad con las resoluciones de la ONU y su Comité Especial de Descolonización, la forma de resolver la situación es a través de la negociación entre las partes.

   Petro propuso a la ONU auspiciar dos conferencias para buscar una salida pacífica a las guerras de Ucrania y Rusia y de Israel y Palestina.

   “Nos hemos dedicado la guerra. Nos han convocado a la guerra. A Latinoamérica la han llamado para entregar máquinas de guerra, hombres para ir a los campos de combate. Se olvidaron que a nuestros países nos invadieron varias veces los mismos que hoy hablan de luchar contra invasiones”, manifestó el gobernante colombiano.

POSICIÓN DE EE.UU. Y CANADÁ

    De su lado y como diferentes analistas anticiparon, el presidente estadounidense, Joe Biden, solicitó más respaldo internacional para Ucrania y escudado en la Carta de las Naciones Unidas llamó a la ONU a enfrentar a Rusia, aspectos que de forma similar mencionó en su discurso el jefe de la delegación de Canadá, Robert Rae.

    Según el ocupante de la Casa Blanca, quien acusó a China de intimidar a su país, el actual es un momento de inflexión en la historia en el cual existe una batalla entre democracia y autocracia.

    Biden alabó logros de su administración, volvió a presentar a Estados Unidos como modelo a seguir para el mundo, y demandó más cooperación entre países en aras de abordar temas relacionados con el desarrollo, el clima y la infraestructura.

    Más allá de los reclamos de unos y otros, los desafíos siguen, y los hechos, sin dudas, deben superar las palabras para beneficiar completamente a la especie humana en lugar de marginarla aún más.

José Oscar Fuentes
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