Después de su elección en noviembre de 2022 como miembro de la Cámara de Representantes por el distrito 3 de Nueva York, el republicano George Santos tuvo una presencia mediática poco usual para un congresista recién electo, y no precisamente por motivos vinculados con su actividad legislativa.
Cuando en enero pasado quedó constituido el 118 Congreso de Estados Unidos y el hombre de entonces 34 años de edad ocupó su asiento en el Capitolio, ya era habitual su presencia en la prensa de ese país por las revelaciones sobre numerosas mentiras incluidas en su currículo y las denuncias de fraude en su contra.
Tales noticias acompañaron a Santos durante sus 11 meses como representante, posición en el cual permaneció contra viento y marea hasta el último 1 de diciembre.
En esa fecha, la Cámara Baja votó finalmente a favor de expulsarlo, una decisión extrema e infrecuente en un órgano legislativo que en más de 230 años de historia solo cinco miembros habían sido removidos antes por sus colegas, según datos del Servicio de Investigación del Congreso.
UN CAMINO LLENO DE ESCÁNDALOS
Luego de un intento fallido por convertirse en congresista en las elecciones de 2020, el republicano concretó esa meta dos años después, cuando se impuso al demócrata Robert Zimmerman en lo que fue descrita como una contienda histórica, pues ambos contendientes eran miembros de la comunidad LGBTQ.
Antes de su primer intento electoral, las redes sociales del hombre de origen brasileño carecían de contenido político de tendencia conservadora, pero comenzó a abrazar esa postura a partir de 2019, cuando se unió a un grupo de activistas pro-Donald Trump.
Como ha recordado la agencia de noticias EFE, Santos llegó a Washington presentándose como el ejemplo perfecto del “sueño americano”: un humilde hijo de inmigrantes que fue capaz de alcanzar una exitosa carrera en Wall Street y después saltar a la política. Además, sería el primer republicano abiertamente gay elegido al Congreso.
“El problema es que la mayor parte de su biografía resultó ser falsa, según ha ido sabiéndose en los meses posteriores a su inesperado triunfo electoral en las legislativas del año pasado”, apuntó al respecto dicho medio de comunicación masiva.
La intrincada madeja de sus desaciertos empezó a desenredarse en diciembre de 2022, cuando el diario The New York Times publicó un reportaje acerca de varias falsedades en sus antecedentes, entre ellas que mintió sobre las universidades en las que cursó estudios y sobre haber trabajado para Citigroup y Goldman Sachs. Poco después, el medio The Forward disputó las afirmaciones de Santos de que era de ascendencia judía y que sus abuelos habían huido del Holocausto.
A finales de ese mismo mes, el cuestionado congresista electo admitió en varias entrevistas haber “embellecido su currículo” y manifestó que nunca había cometido ningún crimen, pero el 2 de enero siguiente el Times difundió que las autoridades de Brasil intentaban revivir cargos de fraude en su contra por una chequera que presuntamente robó en 2008.
En las semanas posteriores las denuncias no hicieron más que crecer: The Campaign Legal Center presentó una queja ante la Comisión Federal Electoral en la que apuntó que el legislador usó ilegalmente dinero de campaña para pagar por gastos personales y entregó información falsa sobre las contribuciones.
Varias organizaciones periodísticas expusieron evidencia de que su madre no estaba en Estados Unidos en septiembre de 2001, a pesar de que él afirmó que se encontraba en el World Trade Center durante los atentados terroristas.
Un veterano discapacitado aseguró que le robó miles de dólares recaudados para su perro de servicio, y un exayudante lo acusó de acoso sexual.
De ese modo, y mientras crecían los llamados que pedían su renuncia del Congreso, el Comité de Ética de la Cámara de Representantes anunció una pesquisa sobre las finanzas de su campaña y la supuesta conducta sexual inapropiada.
El 9 de mayo fiscales federales le atribuyeron 13 cargos que incluyeron imputaciones de fraude relacionado con los subsidios de desempleo por la Covid-19, malversación de fondos de campaña y falsedades sobre sus finanzas personales.
Los cargos de ese tipo se elevaron a 23 en octubre, cuando se presentaron otros 10, entre ellos conspiración para cometer delitos contra Estados Unidos, hacer declaraciones falsas a la Comisión Federal Electoral, lavado de dinero, hurto de fondos públicos, robo de identidades de donantes y uso de sus tarjetas de créditos en gastos no autorizados.
MOMENTO DE LA EXPULSIÓN
Durante esos convulsos meses, Santos logró sortear varios intentos por sacarlo del Capitolio, pero esa suerte comenzó a cambiar a partir de la publicación el 16 de noviembre de un informe del Comité de Ética de la Cámara Baja, el cual concluyó que había “pruebas sustanciales de que el representante Santos violó las leyes penales federales”.
Según la entidad, que compiló más de 170 mil páginas de documentos, testimonios de testigos y estados financieros, encontró “una red compleja de actividades ilegales que involucran las finanzas de campaña, personales y comerciales” de Santos, quien “buscó explotar fraudulentamente todos los aspectos de su candidatura”.
Fue así como el 1 de diciembre, con 311 votos a favor y 114 en contra, la Cámara de Representantes aprobó la expulsión del republicano, con lo cual se convirtió en el sexto integrante de ese órgano en recibir tal castigo.
Antes que él, John B. Clark, John W. Reid y Henry C. Burnett fueron sacados de esa instancia legislativa en 1861, en el contexto de la Guerra Civil, por deslealtad a la Unión, al luchar del lado de la Confederación.
Posterior a ese conflicto bélico, sufrieron igual destino Michael Myers, en 1980, tras ser declarado culpable de soborno y corrupción en el llamado escándalo Abscam, por el cual fue sentenciado a tres años de prisión; y James Traficant, en 2002, luego de ser condenado por soborno, obstrucción de la justicia y evasión fiscal.
Con esos antecedentes, Santos constituye el primer miembro expulsado del Congreso desde la Guerra Civil que no fue condenado antes por un crimen grave.
A decir de la cadena televisiva CNN, “su lista de delitos, algunos presuntos y otros confirmados (incluso por él), es mucho más larga y lo ubica entre los principales personajes infaustos que han hecho presencia en la escena política de casi 250 años de antigüedad de Estados Unidos”.

Cámara de Representantes de EE.UU.
Missouri de quinto distrito.

Missouri, Trigésimo Quinto Congreso.
¿QUÉ VIENE TRAS LA EXPULSIÓN?
La salida de Santos pudo concretarse gracias a que 105 republicanos se unieron a los demócratas en la votación, pues muchos de ellos lo percibían como una carga para la imagen del partido y un obstáculo de cara a 2024, cuando el país vivirá elecciones presidenciales.
Sin embargo, también representa un golpe para la fuerza roja, que vio reducirse de cuatro a tres escaños su escasa mayoría en la Cámara de Representantes y en un año caótico en el cual tuvo serios problemas incluso para elegir al presidente de ese órgano.
A criterio del periódico The Hill, la partida del legislador crea problemas inmediatos al titular de la Cámara Baja, Mike Johnson, y su equipo de liderazgo, en momentos en los que tienen ante sí batallas de alto riesgo para evitar un cierre del gobierno y proporcionar nuevos fondos para Ucrania e Israel, dos temas que han creado feroces divisiones entre los republicanos.
Igualmente, según la publicación Axios, la dirigencia del partido enfrenta críticas por oponerse a última hora a la expulsión de Santos, bajo el argumento de que debía esperarse a una condena en los tribunales antes de considerar su salida del Congreso.
Dicha postura de Johnson y otros líderes fue rechazada por varios republicanos, entre ellos el congresista Max Miller, quien la calificó de vergonzosa y agregó que ellos conocían que Santos “es un delincuente”.
Las elecciones especiales para cubrir el escaño vacante se celebrarán el próximo 13 de febrero, lo cual supondrá una nueva lucha entre demócratas y republicanos por obtener una victoria en las urnas y completar el mandato de Santos, que finalizará en enero de 2025.
El exlegislador demócrata Tom Souzzi, quien representó al tercer distrito de Nueva York hasta que decidió emprender una fallida campaña para convertirse en gobernador del estado, ya dio a conocer que se postulará nuevamente para ese asiento, mientras del lado republicano se manejan nombres como el detective de policía retirado Mike Sapraicone y la veterana de la Fuerza Aérea Kellen Curry.
Según la cadena NBC, para los demócratas esos comicios especiales pondrán a prueba su capacidad de cambiar los distritos de la ciudad de Nueva York que se consideran vitales en sus planes de recuperar el control de la Cámara, mientras los republicanos participan en la contienda con gran fuerza en los suburbios de la urbe y lucharán por conservar el distrito mientras buscan mantener la estrecha mayoría.
